Genesis 34 Biblia Peshitta en Español (Holman Bible Publishers, 2015) | 31 versitos |
1 Entonces Dina, la hija que Lea le había dado a luz a Jacob, salió a ver a las muchachas del lugar.
2 Y al verla Siquem, hijo de Hamor heveo, príncipe de la tierra, la forzó, y acostándose con ella, la violó.
3 Pero él se prendó de Dina, hija de Jacob; se enamoró de la joven y habló amorosamente a la joven.
4 Enseguida Siquem dijo a su padre Hamor: Tómame a esta joven por esposa.
5 Cuando se enteró Jacob de que habían violado a su hija Dina, sus hijos estaban con el ganado en el campo. Entonces Jacob guardó silencio hasta que llegaron.
6 Luego Hamor, padre de Siquem, se dirigió a Jacob para hablar con él.
7 Y llegaron del campo los hijos de Jacob, y al enterarse los hombres se entristecieron y se indignaron mucho por haberse cometido tal vileza en Israel, porque habían violado a la hija de Jacob, cosa que no debía haberse hecho.
8 Pero hablando con ellos Hamor, les dijo: A mi hijo Siquem le agrada su hija. Concédansela por esposa.
9 Emparenten con nosotros; dennos ustedes sus hijas, y nosotros les daremos las nuestras.
10 Residan con nosotros; delante de ustedes está la tierra. Habítenla, comercien y tomen posesión de ella.
11 Entonces Siquem dijo al padre y a los hermanos de ella: Encuentre yo favor ante sus ojos y todo cuanto me pidan les daré.
12 Incrementen a cuenta mía la dote y los presentes y de acuerdo a lo que me pidan les daré; pero concédanme a esta joven por esposa.
13 Pero los hijos de Jacob respondieron a Siquem y a su padre Hamor, y por cuanto habían violado a su hermana Dina, le hablaron engañosamente,
14 diciendo: No podemos hacer tal cosa, dar a nuestra hermana a un hombre incircunciso, porque entre nosotros es una afrenta.
15 No obstante, con esto nos convencerán: si hacen como nosotros y es circuncidado todo varón así como estamos circuncidados nosotros,
16 entonces daremos nuestras hijas a ustedes, y tomaremos sus hijas para nosotros, habitaremos con ustedes y seremos un solo pueblo.
17 Pero si no nos hacen caso en circuncidarse, tomaremos a nuestra joven y nos iremos.
18 Y sus palabras parecieron razonables a Hamor y a su hijo Siquem.
19 Y el joven no tardó en hacerlo, porque le agradaba la hija de Jacob. Y de toda la familia de su padre, él era el más estimado.
20 Enseguida Hamor y su hijo Siquem fueron a la puerta de su ciudad para hablar a los hombres de su ciudad, y les dijeron:
21 Estos hombres son pacíficos para con nosotros. Puesto que la tierra es bastante extensa para ellos, que habiten en la tierra y comercien en ella. Tomaremos para nosotros a sus hijas por esposas y daremos nuestras hijas a ellos.
22 No obstante, esos hombres consentirán en morar con nosotros y seremos un solo pueblo de esta manera: que todo varón sea circuncidado del modo que ellos están circuncidados.
23 He aquí que sus riquezas, sus posesiones y todo su ganado serán nuestros. Sólo consintamos en esto y ellos habitarán con nosotros.
24 Y obedeciendo a Siquem y a Hamor su padre, todos los que salían por la puerta de su ciudad, todo varón, todo el que salía por la puerta de su ciudad era circuncidado.
25 Aconteció al tercer día, que mientras ellos estaban sufriendo los dolores de la circuncisión, Simeón y Leví, dos hijos de Jacob, hermanos de Dina, tomando cada uno su espada, entraron inesperadamente a la ciudad, y dieron muerte a todo varón.
26 Dieron muerte a filo de espada a Hamor y a Siquem su hijo, y tomando a su hermana Dina de la casa de Siquem, se retiraron.
27 Luego vinieron los hijos de Jacob adonde estaban los muertos y saquearon la ciudad, por cuanto habían violado a su hermana Dina.
28 Además se llevaron sus ovejas, sus bueyes y sus asnos, los que estaban en la ciudad y en el campo,
29 y todas sus riquezas; a todos sus niños y a sus mujeres los llevaron cautivos, y saquearon todo cuanto había en la ciudad.
30 Por tanto, Jacob dijo a Simeón y a Leví: Me han acarreado dificultades haciéndome odioso entre los habitantes de la tierra, entre los cananeos y entre los ferezeos; tengo pocos hombres, se aliarán contra mí y me herirán, y pereceré yo y mi casa.
31 Pero ellos dijeron: Han tratado a nuestra hermana como a una prostituta.

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Introducción a Genesis

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Notas