Genesis 42 Biblia Peshitta en Español (Holman Bible Publishers, 2015) | 38 versitos |
1 Viendo Jacob que en Egipto había alimento, dijo Jacob a sus hijos: No tengan temor.
2 He aquí, he escuchado que en Egipto hay alimento; desciendan allá y compren de allí para nosotros, para que vivamos y no muramos.
3 Entonces, diez hermanos de José descendieron a Egipto a comprar grano.
4 Pero Jacob no envió a Benjamín, hermano de José, junto con sus hermanos, porque dijo: No sea que le suceda una desgracia.
5 Y los hijos de Israel fueron entre los que iban a comprar grano, puesto que el hambre había arreciado en la tierra de Canaán.
6 Siendo José el gobernante sobre la tierra, a él era a quien todo el pueblo de la tierra acudía a comprar; y yendo los hermanos de José, con sus rostros en tierra se postraron ante él.
7 Viendo José a sus hermanos, los reconoció, pero fingió no conocerlos y hablándoles duramente, les preguntó: ¿De dónde han venido? Y ellos contestaron: Hemos venido de la tierra de Canaán para comprar alimento.
8 José había reconocido a sus hermanos, pero ellos no lo habían reconocido.
9 Entonces José, recordando los sueños que había tenido acerca de ellos, les dijo: Ustedes son espías que han venido para rendir informes de esta tierra.
10 Hablando ellos, le dijeron: No, señor nuestro, tus siervos vinieron a comprar grano.
11 Todos nosotros somos hijos de un mismo hombre; tus siervos no son espías, somos hombres rectos.
12 José les dijo: Eso no es así. Ustedes han venido para rendir informes de esta tierra.
13 Pero ellos le dijeron: Tus siervos son doce hermanos, hijos de un mismo hombre de la tierra de Canaán; he aquí que el menor se encuentra hoy con nuestro padre y el otro ya murió.
14 Entonces José les dijo: Es tal como les he dicho: ustedes son espías.
15 En esto serán puestos a prueba; por la vida del faraón que no saldrán de aquí, a menos que su hermano menor venga aquí.
16 Enviarán a uno de ustedes a que traiga a su hermano. Mientras tanto, ustedes quedarán presos. Así se comprobará si las palabras que han dicho son verdaderas; porque si no, por la vida del faraón, ustedes son espías.
17 Y durante tres días los puso en prisión.
18 Y José les dijo al tercer día: Hagan esto y vivirán; yo tengo temor de Dios:
19 si ustedes son rectos, que uno de sus hermanos quede preso en su celda; mientras, ustedes irán y llevarán grano a los que tienen hambre en su casa.
20 Tráiganme a su hermano menor para que se crea lo que ustedes dicen, y no mueran. Y así lo hicieron.
21 Y unos a otros se decían: Verdaderamente somos culpables con respecto a nuestro hermano, pues no lo escuchamos al ver la angustia de su alma cuando nos suplicaba; por eso nos ha sobrevenido esta aflicción.
22 Entonces Rubén respondió diciendo: ¿No les dije yo: “No pequen contra el muchacho”, pero hicieron caso omiso? Ahora también se nos demanda su sangre.
23 Ellos ignoraban que José les entendía, porque entre ellos estaba un intérprete.
24 Entonces José, apartándose de ellos, lloró. Después volvió y les habló, y tomando de entre ellos a Simeón lo ató delante de ellos.
25 Y José dio órdenes de que fueran llenadas sus vasijas de alimento, que a cada uno le fuera devuelto su dinero en su costal y que les dieran provisiones para el camino. Y así les hicieron.
26 Habiendo cargado ellos sus asnos de grano, se marcharon de allí.
27 Al abrir uno de ellos su costal para dar forraje a su asno en el lugar donde iban a pasar la noche, vio que su dinero estaba puesto en la boca de su costal.
28 Luego informó a sus hermanos: Me han devuelto mi dinero, y he aquí está en la boca de mi costal. Y su corazón se estremeció, y sorprendidos se dijeron uno al otro: ¿Qué es esto que Dios nos ha hecho?
29 Al llegar a la tierra de Canaán con su padre Jacob, le informaron todo cuanto les había acontecido, diciendo:
30 El hombre, señor de aquella tierra, hablando con nosotros duramente, nos tomó como espías de la tierra,
31 pero nosotros le dijimos: “Somos hombres rectos, y no somos espías.
32 “Somos doce hermanos, hijos de nuestro padre; uno ya ha muerto y el menor está ahora con nuestro padre en la tierra de Canaán”.
33 Y el hombre, el señor de la tierra, nos dijo: “De esta manera sabré que ustedes son hombres rectos: uno de sus hermanos se quedará conmigo, tomarán alimento para los que tienen hambre en su casa, y se marcharán,
34 pero me traerán a su hermano menor. Sólo entonces sabré que no son espías, sino hombres rectos; luego les entregaré a su hermano y podrán hacer negocios en la tierra”.
35 Y aconteció que al vaciar sus costales, he aquí que en la boca de su costal estaban los atados de dinero de cada uno; y al ver ellos y su padre los atados de su dinero, tuvieron temor.
36 Entonces Jacob su padre les dijo: Me han privado de mis hijos; José ya murió, Simeón no está y se llevarán a Benjamín; todas estas cosas continúan en mi contra.
37 Enseguida Rubén dijo a su padre: Darás muerte a mis dos hijos si no te lo traigo; déjalo a mi cargo, yo te lo devolveré.
38 No obstante, él dijo: No descenderá mi hijo con ustedes, porque su hermano ha muerto y solamente él queda de su madre. Si le llegara a suceder una desgracia por el camino que irán, harían descender con desdicha mi vejez al Seol.

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Introducción a Genesis

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