II Samuel  20 Nueva Traducción Viviente (Tyndale House, 2009) | 26 versitos |
1 Sucedió que había un alborotador allí de nombre Seba, hijo de Bicri, un hombre de la tribu de Benjamín. Seba tocó un cuerno de carnero y comenzó a repetir: «¡Abajo la dinastía de David! No nos interesa para nada el hijo de Isaí. Vamos, hombres de Israel, todos a sus casas».
2 Así que todos los hombres de Israel abandonaron a David y siguieron a Seba, hijo de Bicri. Pero los hombres de Judá se quedaron con su rey y lo escoltaron desde el río Jordán hasta Jerusalén.
3 Cuando David llegó a su palacio en Jerusalén, tomó a las diez concubinas que había dejado para que cuidaran el palacio y las puso en reclusión. Les proveyó para sus necesidades, pero no volvió a acostarse con ninguna. De modo que cada una de ellas vivió como una viuda hasta que murió.
4 Luego David le dijo a Amasa: «Moviliza al ejército de Judá dentro de tres días y enseguida preséntate aquí».
5 Así que Amasa salió a notificar a la tribu de Judá, pero le llevó más tiempo del que le fue dado.
6 Por eso David le dijo a Abisai: «Seba, hijo de Bicri, nos va a causar más daño que Absalón. Rápido, toma a mis tropas y persíguelo antes de que llegue a alguna ciudad fortificada donde no podamos alcanzarlo».
7 Entonces Abisai y Joab,* junto con la escolta del rey* y todos sus poderosos guerreros salieron de Jerusalén para perseguir a Seba.
8 Al llegar a la gran roca de Gabaón, Amasa les salió al encuentro. Joab llevaba puesta su túnica militar con una daga sujeta a su cinturón. Cuando dio un paso al frente para saludar a Amasa, sacó la daga de su vaina.*
9 «¿Cómo estás, primo mío?», dijo Joab, y con la mano derecha lo tomó por la barba como si fuera a besarlo.
10 Amasa no se dio cuenta de la daga que tenía en la mano izquierda, y Joab se la clavó en el estómago, de manera que sus entrañas se derramaron por el suelo. Joab no necesitó volver a apuñalarlo, y Amasa pronto murió. Joab y su hermano Abisai lo dejaron tirado allí y siguieron en busca de Seba.
11 Uno de los jóvenes de Joab les gritó a las tropas de Amasa: «Si están a favor de Joab y David, vengan y sigan a Joab».
12 Pero como Amasa yacía bañado en su propia sangre en medio del camino, y el hombre de Joab vio que todos se detenían para verlo, lo arrastró fuera del camino hasta el campo y le echó un manto encima.
13 Con el cuerpo de Amasa quitado de en medio, todos continuaron con Joab a capturar a Seba, hijo de Bicri.
14 Mientras tanto, Seba recorría todas las tribus de Israel y finalmente llegó a la ciudad de Abel-bet-maaca. Todos los miembros de su propio clan, los bicritas,* se reunieron para la batalla y lo siguieron a la ciudad.
15 Cuando llegaron las fuerzas de Joab, atacaron Abel-bet-maaca. Construyeron una rampa de asalto contra las fortificaciones de la ciudad y comenzaron a derribar la muralla.
16 Pero una mujer sabia de la ciudad llamó a Joab y le dijo: —Escúcheme, Joab. Venga aquí para que pueda hablar con usted.
17 Cuando Joab se acercó, la mujer le preguntó: —¿Es usted Joab? —Sí, soy yo —le respondió. Entonces ella dijo: —Escuche atentamente a su sierva. —Estoy atento —le dijo.
18 Así que ella continuó: —Había un dicho que decía: “Si quieres resolver una disputa, pide consejo en la ciudad de Abel”.
19 Soy alguien que ama la paz y que es fiel en Israel, pero usted está por destruir una ciudad importante de Israel.* ¿Por qué quiere devorar lo que le pertenece al SEÑOR?
20 Joab contestó: —¡Créame, no quiero devorar ni destruir su ciudad!
21 Ese no es mi propósito. Lo único que quiero es capturar a un hombre llamado Seba, hijo de Bicri, de la zona montañosa de Efraín, quien se rebeló contra el rey David. Si ustedes me entregan a ese hombre, dejaré a la ciudad en paz. —Muy bien —respondió la mujer—, arrojaremos su cabeza sobre la muralla.
22 Enseguida la mujer se dirigió a todo el pueblo con su sabio consejo, y le cortaron la cabeza a Seba y se la arrojaron a Joab. Así que Joab tocó el cuerno de carnero, llamó a sus tropas y se retiraron del ataque. Todos volvieron a sus casas y Joab regresó a Jerusalén para encontrarse con el rey.
23 Ahora bien, Joab era el comandante del ejército de Israel; Benaía, hijo de Joiada, era el capitán de la escolta del rey.
24 Adoniram* estaba a cargo de los trabajadores; Josafat, hijo de Ahilad, era el historiador real.
25 Seva era el secretario de la corte; Sadoc y Abiatar eran los sacerdotes,
26 e Ira, un descendiente de Jair, era el sacerdote personal de David.

Patrocinio

 
 

Introducción a II Samuel 

Autor: Posiblemente Zabud, el hijo de Natán, y los profetas Natán y Gad

Fecha: Indefinida, posiblemente alrededor del 930 a. C.

Género: Narrativo

Resumen: 2 Samuel hace énfasis en la vida y en la carrera de David, el más grande rey de Israel. Bajo el liderazgo de David, el reino de Israel duplicó, su tamaño y dominó a sus enemigos. Aunque fue un buen líder y era popular con el pueblo, David no era perfecto. Este libro también indica el pecado que David cometió con Betsabé y su fracaso como padre.

Fuente:

Patrocinio

Notas

II Samuel  20,7

En hebreo Entonces los hombres de Joab.

En hebreo los cereteos y los peleteos; también en 2Sa 20:23.


II Samuel  20,8

En hebreo Al adelantarse, se le cayó.


II Samuel  20,14

Así aparece en la versión griega y en la latina; en hebreo dice Todos los barimitas.


II Samuel  20,19

En hebreo es una ciudad madre en Israel.


II Samuel  20,24

Así aparece en la versión griega (ver también 1Re 4:6; 1Re 5:14); en hebreo dice Adoram.