I Reyes 18 Biblia Peshitta en Español (Holman Bible Publishers, 2015) | 46 versitos |
1 Sucedió que después de mucho tiempo, al tercer año, vino a Elías palabra de Yahweh, diciendo: Ve, preséntate ante Acab, y yo daré lluvia sobre la superficie de la tierra.
2 Entonces Elías fue y se presentó ante Acab. El hambre era muy severa en Samaria.
3 Y Acab llamó a su mayordomo Abdías (Abdías tenía gran temor de Yahweh;
4 y cuando Jezabel dio muerte a los profetas de Dios, Abdías tomó a cien profetas, y los ocultó de cincuenta en cincuenta en una cueva, y los alimentó con pan y agua),
5 y dijo Acab a Abdías: Ve a recorrer el territorio, a todas las fuentes de agua y a todos los arroyos; tal vez encontremos pasto para poder conservar con vida a los caballos y a las mulas, y no quedarnos sin ganado.
6 Entonces se repartieron el camino entre ellos para recorrerlo. Acab se fue solo por un camino, y Abdías se fue solo por otro camino.
7 Sucedió que yendo Abdías por el camino, he aquí que Elías venía a su encuentro; y como lo reconoció, se postró sobre su rostro, y le preguntó: ¿Eres tú, mi señor Elías?
8 Él le contestó: Yo soy. Ve a decir a tu señor: “Elías está aquí”.
9 Pero Abdías dijo: ¿Qué pecado cometí para que entregues a tu siervo en manos de Acab para que me mate?
10 Vive Yahweh tu Dios que no ha habido pueblo ni reino adonde mi señor no haya enviado a buscarte. Y cuando decían: “No está”, él hacía que los reinos y los pueblos juraran que no te habían encontrado.
11 Pero ahora tú me dices: “Ve a decir a tu señor: ‘Elías está aquí’”;
12 y cuando yo me haya apartado de ti, el Espíritu de Yahweh te tomará y te llevará a donde yo no sepa, y cuando yo vaya a informárselo a Acab y él no te halle, me matará. Tu siervo tiene temor de Yahweh desde su juventud.
13 ¿Acaso no le han contado a mi señor lo que hice cuando Jezabel dio muerte a los profetas de Dios, de cómo tomé a cien de los profetas de Yahweh, los oculté de cincuenta en cincuenta en una cueva y los sustenté con alimentos?
14 Y ahora tú me dices: “Ve a decir a tu señor: ‘Elías está aquí’”. ¡Él me matará!
15 Pero Elías dijo: ¡Vive Yahweh de los ejércitos en cuya presencia he estado, que hoy mismo me presentaré ante él!
16 Y Abdías fue al encuentro de Acab, y le informó a Acab. Entonces Acab fue al encuentro de Elías.
17 Y cuando Acab vio a Elías, le preguntó: ¿Eres tú el que trastorna a Israel?
18 Elías le contestó: Yo no trastorno a Israel, sino tú y la casa de tu padre, pues abandonaron las ordenanzas de Yahweh para ir en pos de Baal.
19 Ahora, envía a reunir ante mí a todo Israel en el monte Carmelo, a los cuatrocientos cincuenta profetas de Baal, y a los cuatrocientos cincuenta profetas de ídolos, los cuales comen a la mesa de Jezabel.
20 Y Acab envió mensaje a todos los hijos de Israel, y reunió a los profetas en el monte Carmelo.
21 Se acercó, pues, Elías a todo el pueblo, diciendo: ¿Hasta cuándo estarán divididos ustedes en dos bandos? Si Yahweh es Dios, vayan en pos de Él, y si Baal lo es, síganlo. Pero el pueblo no le dio respuesta.
22 Entonces Elías dijo: Sólo yo he quedado como profeta de Yahweh, mientras que de los profetas de Baal hay cuatrocientos cincuenta hombres.
23 Dennos dos toros, y escojan un toro para ellos, córtenlo en pedazos y colóquenlo sobre la leña, pero no le pongan fuego. Yo prepararé el otro toro, lo cortaré en pedazos y lo colocaré sobre la leña, y tampoco le pondré fuego.
24 Luego ustedes invoquen el nombre de sus dioses, y yo invocaré el nombre de Yahweh mi Dios; y el Dios que responda con fuego, ése es Dios. Y todo el pueblo respondió, diciendo: ¡Bien has dicho!
25 Entonces Elías dijo a los profetas de Baal: Escojan un toro, y prepárenlo ustedes primero, pues ustedes son más.
26 Enseguida ellos tomaron el toro que les entregaron, lo prepararon e invocaron el nombre de Baal desde la mañana hasta el mediodía, diciendo: ¡Oh Baal, respóndenos! Pero no hubo voz y tampoco quien respondiera. Mientras tanto, ellos se golpeaban contra el altar que habían hecho.
27 Y sucedió al mediodía, que Elías se burlaba de ellos, diciendo: ¡Griten en alta voz, pues él es dios! Quizás está en meditación, o tal vez está muy ocupado, o quizás anda de viaje, o tal vez está dormido y haya que despertarlo.
28 Y ellos seguían gritando en alta voz, y conforme a su costumbre, se sajaban con espadas y lanzas, hasta que chorreaba su propia sangre sobre ellos.
29 Cuando pasó el mediodía, ellos seguían profetizando, hasta la hora de presentar la ofrenda. Pero no hubo voz ni quien respondiera, ni quien prestara atención. Entonces Elías dijo a los profetas de ídolos: ¡Muévanse ahora! También yo prepararé los holocaustos. Y ellos se quitaron y se retiraron.
30 Después dijo Elías a todo el pueblo: ¡Acérquense a mí! Y todo el pueblo se acercó a él. Luego él reparó el altar de Yahweh que estaba derribado.
31 Elías tomó doce piedras, según el número de las tribus de los hijos de Jacob (a quien le vino palabra de Yahweh, diciendo: “Israel será tu nombre”),
32 y construyó con las piedras un altar en el nombre de Yahweh. Después cavó una zanja alrededor del altar que pudiera contener aproximadamente dos seajs de semilla;
33 luego amontonó leña, cortó el toro en pedazos, y lo colocó encima de la leña,
34 y dijo: Llenen cuatro cántaros de agua, y derrámenla sobre el holocausto y sobre la leña. Y agregó: Háganlo por segunda vez. Y lo hicieron por segunda vez. Pero él dijo: Háganlo por tercera vez. Y lo hicieron por tercera vez,
35 de manera que el agua corría alrededor del altar, y hasta la zanja se llenó con el agua.
36 Cuando se iba a presentar la ofrenda, se acercó el profeta Elías, y dijo: ¡Oh Yahweh, Dios de Abraham, de Isaac y de Israel! Que se sepa hoy que tú eres Dios en Israel, y que yo soy tu siervo, y que por palabra tuya he hecho todas estas cosas.
37 ¡Respóndeme, oh Yahweh! ¡Respóndeme! Que todo este pueblo comprenda que tú eres Yahweh Dios, y que tú has restaurado su perverso corazón.
38 Entonces cayó fuego de Yahweh, y consumió el holocausto, la leña, las piedras y el polvo, y lamió el agua de la zanja.
39 Cuando todo el pueblo vio esto, se postraron sobre sus rostros, y exclamaron: ¡Yahweh es Dios! ¡Yahweh es Dios!
40 Después Elías les dijo: ¡Atrapen a los profetas de Baal! ¡Que no escape ninguno de ellos! Entonces los capturaron y Elías los hizo descender al torrente Quisón, y allí les dio muerte.
41 Luego dijo Elías a Acab: Sube, come y bebe, pues se oye estruendo de lluvia torrencial.
42 Entonces subió Acab a comer y beber. Mientras tanto, Elías subió a la cumbre del Carmelo, donde se postró hasta el suelo y puso su rostro entre sus rodillas.
43 Después dijo a su discípulo: Sube a observar en dirección al mar; y él subió y observó, y dijo: No hay nada. Y le volvió a decir: “Vuelve”, siete veces.
44 Y a la séptima vez, dijo: Observé y he aquí que una pequeña nube, como la palma de una mano, sube del mar. Entonces Elías le dijo: Sube a decir a Acab: “Monta en tu carro y baja antes de que te detenga la lluvia”.
45 Sucedió que mientras él andaba de un lado a otro, el cielo se oscureció con nubes y viento, y cayó una fuerte lluvia. Entonces Acab montó en su carro, y se dirigió a Jezreel;
46 pero la mano de Yahweh estuvo sobre Elías, quien ciñó sus lomos y corrió delante de Acab, hasta que entró a Jezreel.

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Introducción a I Reyes

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