Salmos 35 Nueva Traducción Viviente (Tyndale House, 2009) | 28 versitos |
1

Salmo de David.


Oh SEÑOR, ponte en contra de los que se me oponen; pelea contra los que luchan contra mí.
2 Ponte tu armadura y toma tu escudo; prepárate para la batalla y ven en mi ayuda.
3 Levanta tu lanza y tu jabalina contra los que me persiguen. Quiero oírte decir: «¡Yo te daré la victoria!».
4 Trae vergüenza y deshonra a los que tratan de matarme; hazlos retroceder y humilla a los que quieren hacerme daño.
5 Sopla y espárcelos como paja en el viento, un viento mandado por el ángel del SEÑOR.
6 Haz que su camino sea oscuro y resbaladizo, y que el ángel del SEÑOR los persiga.
7 Yo no les hice ningún mal, pero ellos me tendieron una trampa; no les hice ningún mal, pero cavaron una fosa para atraparme.
8 Por eso, ¡qué la ruina les llegue de repente! ¡Qué queden atrapados en la trampa que me tendieron! Que se destruyan en la fosa que cavaron para mí.
9 Entonces me alegraré en el SEÑOR; estaré feliz porque él me rescata.
10 Con cada hueso de mi cuerpo lo alabaré: «SEÑOR, ¿quién se compara contigo? ¿Quién otro rescata a los indefensos de las manos de los fuertes? ¿Quién otro protege a los indefensos y a los pobres de quienes les roban?».
11 Testigos maliciosos testifican en mi contra y me acusan de crímenes que desconozco por completo.
12 Me pagan mal por bien y estoy enfermo de desesperación.
13 Sin embargo, cuando ellos se enfermaban, yo me entristecía; me afligía a mí mismo ayunando por ellos, pero mis oraciones no tenían respuesta.
14 Estaba triste como si fueran mis amigos o mi familia, como si me lamentara por mi propia madre.
15 Pero ahora, que yo estoy en dificultades, ellos se ponen contentos; con aires de triunfo se unen en mi contra. Me ataca gente que ni siquiera conozco; me calumnia sin cesar.
16 Se burla de mí y me insulta; me gruñe.
17 ¿Hasta cuándo, oh Señor, te quedarás observando sin actuar? Rescátame de sus ataques feroces. ¡Protege mi vida de estos leones!
18 Después te daré gracias frente a la gran asamblea; te alabaré delante de todo el pueblo.
19 No permitas que mis enemigos traicioneros se regodeen en mi derrota; no permitas que los que me odian sin motivo se deleiten en mi tristeza.
20 No hablan de paz; conspiran contra personas inocentes que no se meten con nadie.
21 Gritan: «¡Ajá! ¡Con nuestros ojos lo vimos hacerlo!».
22 Oh SEÑOR, tú sabes de todo esto; no te quedes callado. No me abandones ahora, oh Señor.
23 ¡Despierta! ¡Levántate en mi defensa! Toma mi caso, Dios mío y Señor mío.
24 Declárame inocente, oh SEÑOR mi Dios, porque tú haces justicia; no permitas que mis enemigos se rían de mí en mis dificultades.
25 No les permitas decir: «¡Miren, conseguimos lo que queríamos! ¡Ahora lo comeremos vivo!».
26 Que sean humillados y avergonzados los que se alegran de mis dificultades; que sean cubiertos de vergüenza y deshonra los que triunfan sobre mí.
27 Pero dales mucha alegría a los que vinieron a defenderme; que todo el tiempo digan: «¡Grande es el SEÑOR, quien se deleita en bendecir a su siervo con paz!».
28 Entonces proclamaré tu justicia y te alabaré todo el día.

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Introducción a Salmos

Autores: David, Asaf, los hijos de Coré, Salomón, Hemán, Etán y Moisés.

Fecha: Entre el tiempo de Moisés (alrededor del 1440 a.C.) y el cautiverio babilónico (586 a.C.)

Género: Poesía

Resumen: Los Salmos contienen una variedad de temas que cubren todas las áreas de la vida. Sin embargo, el tema central es la alabanza y la adoración a Dios, quien es amoroso y soberano. Además de ser una fuente de consuelo y de alabanza, los Salmos están repletos de profecías acerca de Jesucristo.

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Notas