Isaías 54 Nueva Versión Internacional (1999) | 17 versitos |
1 «Tú, mujer estéril que nunca has dado a luz, ¡grita de alegría! Tú, que nunca tuviste dolores de parto, ¡prorrumpe en canciones y grita con júbilo! Porque más hijos que la casada tendrá la desamparada —dice el SEÑOR—.
2 Ensancha el espacio de tu carpa, y despliega las cortinas de tu morada. ¡No te limites! Alarga tus cuerdas y refuerza tus estacas.
3 Porque a derecha y a izquierda te extenderás; tu descendencia desalojará naciones, y poblará ciudades desoladas.
4 »No temas, porque no serás avergonzada. No te turbes, porque no serás humillada. Olvidarás la vergüenza de tu juventud, y no recordarás más el oprobio de tu viudez.
5 Porque el que te hizo es tu esposo; su nombre es el SEÑOR Todopoderoso. Tu Redentor es el Santo de Israel; ¡Dios de toda la tierra es su nombre!
6 El SEÑOR te llamará como a esposa abandonada; como a mujer angustiada de espíritu, como a esposa que se casó joven tan sólo para ser rechazada —dice tu Dios—.
7 Te abandoné por un instante, pero con profunda compasión volveré a unirme contigo.
8 Por un momento, en un arrebato de enojo, escondí mi rostro de ti; pero con amor eterno te tendré compasión —dice el SEÑOR, tu Redentor—.
9 »Para mí es como en los días de Noé, cuando juré que las aguas del diluvio[a] no volverían a cubrir la tierra. Así he jurado no enojarme más contigo, ni volver a reprenderte.
10 Aunque cambien de lugar las montañas y se tambaleen las colinas, no cambiará mi fiel amor por ti ni vacilará mi pacto de paz, —dice el SEÑOR, que de ti se compadece—.
11 »¡Mira tú, ciudad afligida, atormentada y sin consuelo! ¡Te afirmaré con turquesas,[b] y te cimentaré con zafiros![c]
12 Con rubíes construiré tus almenas, con joyas brillantes tus puertas, y con piedras preciosas todos tus muros.
13 El SEÑOR mismo instruirá a todos tus hijos, y grande será su bienestar.
14 Serás establecida en justicia; lejos de ti estará la opresión, y nada tendrás que temer; el terror se apartará de ti, y no se te acercará.
15 Si alguien te ataca, no será de mi parte; cualquiera que te ataque caerá ante ti.
16 »Mira, yo he creado al herrero que aviva las brasas del fuego y forja armas para sus propios fines. Yo también he creado al destructor para que haga estragos.
17 No prevalecerá ninguna arma que se forje contra ti; toda lengua que te acuse será refutada. Ésta es la herencia de los siervos del SEÑOR, la justicia que de mí procede —afirma el SEÑOR—.



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Introducción a Isaías

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Fuente: Nueva Versión Internacional (SBI, 1999)

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Notas

Isaías 54,9

[a] del diluvio. Lit. de Noé.


Isaías 54,11

[b] turquesas. Alt. jaspe, o antimonio, o argamasa.

[c] zafiros. Alt. azul ultramarino.