Jeremías  25 Biblia Peshitta en Español (Holman Bible Publishers, 2015) | 38 versitos |
1 Palabra que vino a Jeremías en el cuarto año de Joacim, hijo de Josías, rey de Judá, que era el primer año de Nabucodonosor, rey de Babilonia, respecto a todo el pueblo de Judá,
2 la cual habló el profeta Jeremías a todo el pueblo de Judá y a todos los habitantes de Jerusalén, diciendo:
3 Desde el año decimotercero de Josías, hijo de Amón, rey de Judá, hasta el día de hoy, he aquí que han transcurrido veintitrés años en que ha estado viniendo a mí palabra de Yahweh, y yo se las he hablado; me he presentado cada día y he hablado, pero ustedes no han prestado atención.
4 Entonces Yahweh les envió a todos sus siervos los profetas (una y otra vez, pero ustedes no prestaron atención ni inclinaron su oído para escuchar),
5 diciendo: “Arrepiéntase cada uno de su mal camino y de sus malas obras, y moren en la tierra que les ha entregado Yahweh por siempre y para siempre a ustedes y a sus padres.
6 “No sigan a otros dioses para rendirles culto ni para adorarlos; no me provoquen a ira con la obra de sus manos, para que yo no les haga mal”.
7 Pero ustedes no me escucharon —declara Yahweh—, y me provocaron a ira con la obra de sus manos, de modo que yo les haré mal.
8 Por lo cual, así dice Yahweh de los ejércitos: “Puesto que no obedecieron mis palabras,
9 he aquí que yo enviaré y tomaré a todas las familias de los reinos del norte” —declara Yahweh— “y a mi siervo Nabucodonosor, rey de Babilonia, y los traeré contra esta tierra, contra sus moradores y contra todos estos pueblos que se encuentran en sus alrededores; los devastaré y los haré que sean objeto de asombro, de escarnio y de desolación permanente.
10 “Y haré que cese de ellos la voz de regocijo y la voz de alegría, la voz del novio y la voz de la novia, el ruido del molino de piedra y la luz de la lámpara.
11 “Toda esta tierra se convertirá en una desolación y objeto de asombro, y estas naciones servirán por setenta años al rey de Babilonia.
12 “Y al cumplirse los setenta años castigaré al rey de Babilonia y a su pueblo y a la tierra de los caldeos por sus culpas —declara Yahweh—, y la convertiré en objeto de estupor para siempre.
13 “Entonces traeré contra aquella tierra todas las cosas que hablé acerca de ella, todo cuanto está escrito en este libro que Jeremías ha profetizado respecto a todas las naciones.
14 “Pues también a ellos los subyugarán muchas naciones y grandes reyes, y yo les retribuiré de acuerdo a su labor y de acuerdo a la obra de sus manos”.
15 Porque así dice Yahweh de los ejércitos, el Dios de Israel: Toma de mi mano la copa del vino de esta ira, dala a beber a todas las naciones contra las cuales te envío.
16 Y beberán y se confundirán y se tambalearán por causa de la espada que enviaré en medio de ellas.
17 Tomé, pues, la copa de la mano de Yahweh, y la di a beber a todas las naciones a las cuales Yahweh me envió:
18 a Jerusalén y a las ciudades de Judá, a sus reyes y a sus príncipes, para convertirlos en una desolación, objeto de asombro y siseo hasta este día;
19 al faraón, rey de Egipto, a todos sus siervos, a sus príncipes y a todo su pueblo;
20 a todos sus límites, y a todos los reyes de la tierra de Uz, a todos los reyes de la tierra de los filisteos, a Ascalón y a Gaza, a Ecrón y al resto de Asdod;
21 a Edom, a Moab y a los amonitas;
22 a todos los reyes de Tiro, a todos los reyes de Sidón y a los reyes de las islas que se encuentran más allá del mar;
23 a Darán, Timma, a Buz y a todos los que se rapan las sienes;
24 a todos los reyes colindantes uno con otro, a todos los reyes de los árabes que habitan en el desierto;
25 a todos los reyes de Zimri, a todos los reyes de Elam y a todos los reyes de Media;
26 a todos los reyes del norte, próximos y distantes unos de otros, y a todos los reinos que existen en toda la faz de la tierra; y el rey Areshkhaya beberá después de ellos.
27 Entonces dirás que así dice Yahweh de los ejércitos, el Dios de Israel: “Beban, embriáguense, tambaléense, caigan y no se levanten, por causa de la espada que enviaré en medio de ustedes”.
28 Y si rehúsan tomar la copa de tu mano para beber, les dirás: “Así dice Yahweh de los ejércitos, el Dios de Israel: ‘Ciertamente la beberán.
29 ‘Pues he aquí que empiezo a hacer mal a la ciudad llamada por mi Nombre, ¿y acaso ustedes quedarán exentos de culpa? No quedarán exentos de culpa, pues yo he llamado a la espada sobre todos los moradores de la tierra’ —declara Yahweh de los ejércitos”.
30 Entonces tú profetizarás todas estas palabras, contra ellos, diciéndoles:
“Yahweh rugirá desde lo alto, y dará su voz desde su santa morada; de cierto rugirá contra su rebaño, y gritará: ‘¡Ea! ¡Ea!’, como los que pisan uvas, contra todos los que moran en la tierra.
31 “Tal escándalo llegará hasta los extremos de la tierra, por causa del juicio de Yahweh contra las naciones. Él juzgará a toda carne y entregará a los impíos a la espada” —declara Yahweh.
32 Así dice Yahweh de los ejércitos, el Dios de Israel: “He aquí que el mal irá de nación en nación, y un enorme torbellino surgirá de los extremos de la tierra.
33 “Y los muertos por Yahweh estarán en aquel día desde un extremo de la tierra hasta el otro. No gemirán, ni harán duelo ni llorarán por ellos; no serán recogidos ni sepultados, sino que llegarán a ser como abono sobre la superficie del suelo.
34 “¡Giman, oh pastores, y griten! Revuélquense, poderosos del rebaño, pues se han cumplido sus días para la matanza; serán quebrantados y caerán como vasos preciosos.
35 “El lugar de refugio de los pastores, y el lugar de escape de los carneros de los rebaños dejarán de ser.
36 “Se oye el ruido del clamor de los pastores, y el gemido de los carneros de los rebaños, porque Yahweh ha hecho que se agoten sus pastizales.
37 “Serán arruinados los apacibles apriscos, a causa de la ardiente ira de Yahweh,
38 pues cual león que deja su guarida han dejado su redil, porque su tierra se ha convertido en una desolación a causa de la ira de Yahweh y a causa del ardor de su ira”.

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Introducción a Jeremías 

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Notas

Jeremías  25,135 Aram., ketava, que se puede traducir manuscrito, registro, inscripción, libro, escritura. Cuando se habla de libro en el Antiguo Testamento, regularmente se refiere a un papiro o rollo de cuero.


Jeremías  25,266 Heb., Sesac.
Jeremías  25,29a Eze 9:6; Rom 2:8-9; 1Pe 4:17