Ezequiel  18 Biblia Peshitta en Español (Holman Bible Publishers, 2015) | 32 versitos |
1 Y vino a mí palabra de Yahweh, diciendo: Hijo de hombre,
2 ¿por qué ustedes usan este proverbio en la casa de Israel, diciendo:
“Los padres comieron uvas agrias, y los dientes de los hijos tienen la dentera”?
3 Vivo yo —declara el Señor de señores— que no se usará más este proverbio en Israel.
4 Porque todas las almas son mías; el alma del padre como el alma del hijo son mías; el alma que peque, ésa morirá.
5 Si un hombre es justo y practica el derecho y la justicia,
6 y no ha comido sobre los montes ni ha alzado sus ojos a los ídolos ni a los dioses falsos de los hijos de Israel, ni ha mancillado a la mujer de su prójimo, ni ha tocado mujer durante su ciclo menstrual,
7 ni ha defraudado a ningún hombre ni ha dañado a nadie, sino que regresa la prenda que tomó, da de su pan al hambriento y viste al desnudo con ropa,
8 ni ha prestado dinero con usura ni ha dado descontando por adelantado, y ha retraído su mano de la iniquidad y hace juicio verdadero entre el hombre y su prójimo,
9 y ha andado según mis mandamientos, ha guardado mis ordenanzas y practica la verdad; el que actúa así es justo y ciertamente vivirá —declara el Señor de señores.
10 Pero si engendra un hijo inicuo, derramador de sangre, y hace cualquiera de estas cosas,
11 y come sobre los montes, mancilla a la mujer de su prójimo,
12 agravia al pobre y al necesitado, daña a su prójimo, no regresa la prenda a su dueño, alza sus ojos a los ídolos y comete abominación,
13 presta con usura y toma descontando por adelantado, ¿acaso vivirá? No vivirá, pues ha hecho todas estas cosas malas, sino que ciertamente morirá y su sangre será sobre él.
14 Pero si engendra un hijo y éste se da cuenta de todos los pecados que cometió su padre y no hace de acuerdo a ellos,
15 ni come sobre los montes, ni alza sus ojos a los ídolos de los hijos de Israel, ni mancilla a la mujer de su prójimo,
16 ni agravia a nadie, ni quita la prenda de nadie, ni hace daño, sino que da de su pan al hambriento y viste al desnudo,
17 ni retrae su mano del pobre, ni cobra con usura, ni toma de más, sino que practica mis ordenanzas y anda según mis mandamientos, no morirá por la iniquidad de su padre, sino que ciertamente vivirá.
18 Pero su padre, por cuanto cometió fraude, hizo daño a su hermano y no hizo lo bueno a su pueblo, morirá en sus pecados.
19 Y si dicen: “¿Por qué el hijo no es retribuido por los pecados de su padre?”, les dirás: “Porque el hijo ha practicado el derecho y la justicia y ha guardado todos mis mandamientos; ciertamente vivirá”.
20 El alma que peque, ésa morirá. El hijo no será retribuido por los pecados de su padre, ni el padre será retribuido por los pecados de su hijo; la inocencia del inocente será sobre él, y el pecado del pecador será sobre él.
21 Pero si el inicuo se arrepiente de todos sus pecados que ha cometido, guarda todos mis mandamientos y practica el derecho y la justicia, ciertamente vivirá y no morirá.
22 Ninguno de sus pecados que había cometido le serán recordados, sino que vivirá por la justicia que practicó.
23 Yo no me complazco en la muerte del pecador —declara el Señor de señores—, sino en que se arrepienta de su mal camino y viva.
24 Pero si el justo se aparta de su justicia y comete iniquidad e inmundicia como las que practica el pecador, toda su justicia que había practicado no le será recordada, sino que en la iniquidad que cometió y en los pecados que practicó, en ellos morirá.
25 Pero ustedes han dicho: “Los caminos de Yahweh no son buenos”. Escuchen ahora, oh casa de Israel: Mis caminos son buenos, pero sus caminos son los que no son buenos.
26 Por tanto, si el justo se aparta de su justicia y comete iniquidad, morirá por la misma iniquidad que cometió.
27 Pero si el inicuo se aparta de su iniquidad y practica el derecho y la justicia, su alma vivirá.
28 Y si considera y se arrepiente de todos sus pecados que había cometido, ciertamente vivirá y no morirá.
29 Pero la casa de Israel dice: “Los caminos de Yahweh no son buenos”. Mis caminos son buenos, oh casa de Israel, pero sus caminos son los que no son buenos.
30 Por eso los juzgaré a cada quien según sus caminos, oh casa de Israel —declara el Señor de señores. Arrepiéntanse y apártense de toda su iniquidad, a fin de que sus pecados no les sean piedra de tropiezo.
31 Arrojen de ustedes toda la iniquidad que cometieron, y háganse un corazón nuevo y un espíritu nuevo para que no perezcan de la casa de Israel.
32 Porque yo no me complazco en la muerte del que muere —declara el Señor de señores—, más bien, ¡arrepiéntanse y vivan!

Patrocinio

 
 

Introducción a Ezequiel 

Fuente:

Patrocinio