Malaquías 2 Libro del Pueblo de Dios (Levoratti y Trusso, 1990) | 17 versitos |
1 ¡Y ahora, para ustedes es esta advertencia, sacerdotes!
2 Si no escuchan y no se deciden a dar gloria a mi Nombre, dice el Señor de los ejércitos, yo enviaré sobre ustedes la maldición y maldeciré sus bendiciones; ya las he maldecido, porque ustedes no se deciden a hacer eso.
3 Yo les quebraré el brazo, les tiraré estiércol a la cara -el estiércol de sus fiestas- y ustedes serán barridos con él.
4 Entonces sabrán que yo les hice esta advertencia, para que subsista mi alianza con Leví, dice el Señor de los ejércitos.
5 Mi alianza con él era vida y paz, y yo se las concedía; era temor, y él me temía y reverenciaba mi Nombre.
6 La verdadera doctrina estaba en su boca y en sus labios no había maldad; él caminaba conmigo en paz y con rectitud, y apartaba a muchos del mal.
7 Porque los labios del sacerdotes guardan la ciencia y de su boca se busca la instrucción, porque es el mensajero del Señor de los ejércitos.
8 Pero ustedes se han desviado del camino, han hecho tropezar a muchos con su doctrina, han pervertido la alianza con Leví, dice el Señor de los ejércitos.
9 Por eso yo los he hecho despreciables y viles para todo el pueblo, porque ustedes no siguen mis caminos y hacen acepción de personas al aplicar la Ley.
10 ¿No tenemos todos un solo Padre? ¿No nos ha creado un solo Dios? ¿Por qué nos traicionamos unos a otros, profanando así la alianza de nuestros padres?
11 Judá ha traicionado, y se ha cometido una abominación en Israel y en Jerusalén. Porque Judá ha profanado lo que está consagrado al Señor, lo que él ama, casándose con la hija de un dios extranjero.
12 Al hombre que hace esto, que el Señor le arranque de los campamentos de Jacob al testigo, al garante y aun al que presenta la ofrenda al Señor de los ejércitos.
13 Ustedes hacen todavía otra cosa: cubren el altar del Señor de lágrimas, llantos y gemidos, porque él no se vuelve más hacia la ofrenda, ni la acepta de las manos de ustedes.
14 Y ustedes dicen: "¿Por qué?". Porque el Señor ha sido testigo entre ti y la esposa de tu juventud, a la que tú traicionaste, aunque ella era tu compañera y la mujer de tu alianza.
15 ¿No ha hecho él un solo ser, que tiene carne y espíritu? ¿Y qué busca este único ser? Una descendencia dada por Dios. Tengan cuidado, entonces, de su espíritu y que nadie traicione a la mujer de su juventud.
16 Porque si alguien repudia por aversión, cubre su ropa de violencia, dice el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel. Tengan cuidado, entonces, de su espíritu y no traicionen.
17 Ustedes cansan al Señor con sus palabras, y dicen: "¿En qué lo cansamos?". Cuando ustedes dicen: "Todo el que obra mal es bien visto por el Señor, y él se complace en ello" o también: "¿Dónde está el Dios de la justicia?".

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Introducción a Malaquías


Malaquías

Los oráculos que cierran la colección de los escritos proféticos son la obra de un profeta cuyo verdadero nombre nos es desconocido. El nombre MALAQUÍAS -que en hebreo significa "mi mensajero"- fue tomado seguramente de 3. 1 y puesto como título en el encabezamiento del Libro. Aunque estos oráculos no traen ninguna indicación cronológica, la actividad de Malaquías suele situarse poco antes del 445 a. C., fecha en que Nehemías llegó a Jerusalén para llevar a cabo la reforma política y religiosa de la comunidad judía. Este escrito proporciona datos muy valiosos sobre las condiciones de vida del Judaísmo a mediados del siglo V a. C., corroborando y completando la información que nos dan los libros de Esdras y Nehemías.
Cuando Malaquías desarrolló su actividad profética, el Templo ya estaba reconstruido, pero el culto divino y la conducta de los sacerdotes dejaba mucho que desear (2. 1-9). A estos abusos en la práctica del culto se sumaban otros de carácter moral y social. Los ricos oprimían a los pobres (3. 5; Neh_5:1-5 ), muchos repudiaban a la esposa de su juventud para casarse con mujeres extranjeras ( Neh_2:14 ) y otros consideraban que era inútil servir al Señor, ya que a los malos les va mejor que a los buenos ( Neh_2:17 ; Neh_3:13-14 ). Todos estos pecados son condenados por Malaquías. Frente a la indiferencia y al escepticismo generalizados, él reafirma decididamente el amor de Dios hacia su Pueblo ( Neh_1:2-5 ). Con la misma energía condena los abusos cometidos en el Templo ( Neh_1:13-14 ), reprueba los matrimonios con mujeres paganas ( Neh_2:11 ) y exhorta a la fidelidad matrimonial ( Neh_2:15-16 ), que encuentra su prototipo en la fidelidad del Señor hacia Israel.
Por último, el profeta anuncia el "Día del Señor", que purificará a los sacerdotes, destruirá toda injusticia y dará el triunfo a los justos. Esta restauración del orden moral (3. 5) y del orden cultual (3. 4) culminará en el sacrificio perfecto ofrecido al Señor por todas las naciones (1. 11), que preludia el sacrificio incruento de la Nueva Alianza. En el más célebre de sus oráculos proféticos, Malaquías describe la llegada del Señor, preparada por un misterioso mensajero (3. 1), a quien el Evangelio indentifica con Juan el Bautista, el Precursor de Jesús ( Mat_11:10 ).

Fuente: Libro del Pueblo de Dios (San Pablo, 1990)

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Notas

Malaquías 2,1-17

1-9. Este es el único pasaje del Antiguo Testamento en que se habla explícitamente de una "alianza" del Señor con Leví. En virtud de esta alianza, las funciones sacerdotales quedaban reservadas en forma exclusiva a los miembros de esa tribu. Ver Deu_18:1-8; Deu_33:8-11; Jer_33:20-22; Neh_13:29; Ecli. 45. 23-26.

7. Ver Deu_21:5.

15. Ver Gen_2:7, Gen_2:23-24.