Numeros  10 Libro del Pueblo de Dios (Levoratti y Trusso, 1990) | 36 versitos |
1 El Señor dijo a Moisés:
2 Manda hacer dos trompetas de plata, forjadas a martillo. Ellas te servirán para convocar a la comunidad y para movilizar las divisiones.
3 Cuando se hagan sonar las dos trompetas, toda la comunidad se reunirá delante de ti, a la entrada de la Carpa del Encuentro.
4 Pero si tocan una sola, se reunirán contigo los jefes, es decir, los capitanes de los regimientos de Israel.
5 Cuando ustedes den un toque de trompeta acompañado de una aclamación, se pondrán en movimiento las divisiones acampadas al este;
6 y al segundo toque de trompeta, realizado de la misma manera, lo harán las divisiones acampadas al sur. Así, el toque de trompetas acompañado de una aclamación, los hará avanzar,
7 mientras que para reunir a la comunidad se tocarán las trompetas sin proferir ninguna aclamación.
8 Las trompetas las tocarán los hijos de Aarón, los sacerdotes. Este será para ustedes y para sus descendientes un decreto irrevocable, a lo largo de las generaciones.
9 Cuando ustedes, en su propia tierra, tengan que combatir contra un enemigo que venga a atacarlos, deberán tocar las trompetas profiriendo aclamaciones, y el Señor, su Dios, se acordará de ustedes, y se verán libre de sus enemigos.
10 En las grandes ocasiones, en las fiestas días de luna nueva, tocarán las trompetas sobre sus holocaustos y sus sacrificios de comunión; y este será para ustedes un memorial delante de su Dios. Yo soy el Señor, su Dios.
11 En el segundo año, el día veinte del segundo mes, la nube se alzó por encima de la Morada del Testimonio,
12 y los israelitas fueron avanzando por etapas desde el desierto del Sinaí, hasta que la nube se detuvo en el desierto de Parán.
13 Cuando se inició la marcha, según la orden que dio el Señor por medio de Moisés,
14 el primero en partir fue el estandarte de la división de Judá, distribuida por regimientos, Al frente de sus tropas iba Najsón, hijo de Aminadab;
15 al frente de las tropas de la tribu de Isacar iba Natanael, hijo de Suar;
16 y al frente de las tropas de la tribu de Zabulón iba Eliab, hijo de Jelón.
17 Una vez que se desarmó la Morada, avanzaron los gersonitas y los meraritas, que eran los encargados de transportarla.
18 Luego avanzó el estandarte de la división de Rubén, distribuida por regimientos. Al frente de sus tropas iba Elisur, hijo de Sedeur;
19 al frente de las tropas de la tribu de Simeón iba Selumiel, hijo de Surisadai;
20 y al frente de las tropas de la tribu de Gad iba Eliasaf, hijo de Deuel.
21 Los quehatitas, que llevaban los objetos sagrados, avanzaron después, a fin de que la Morada ya estuviera erigida antes de su llegada.
22 A continuación avanzó el estandarte de la división de Efraím, distribuida por regimientos. Al frente de sus tropas iba Elisamá, hijo de Amihud;
23 al frente de las tropas de la tribu de Manasés, iba Gamaliel, hijo de Padasur;
24 y al frente de las tropas de la tribu de Benjamín, iba Abidán, hijo de Gedeón.
25 Finalmente, a la retaguardia de todos los campamentos, avanzó el estandarte de la tribu de Dan, distribuida por regimientos. Al frente de sus tropas iba Ajiézer, hijo de Amisaddai;
26 al frente de la tribu de Aser, iba Peguiel, hijo de Ocrán;
27 y al frente de los descendientes de Neftalí, iba Ajirá, hijo de Enán.
28 Este era el orden en que avanzaban los israelitas, distribuidos por regimientos cuando emprendían la marcha.
29 Moisés dijo a Jobab, que era hijo de su suegro Reuel, el madianita: "Nosotros vamos a emprender la marcha hacia el lugar que el Señor prometió darnos. Ven con nosotros, y seremos generosos contigo, porque el Señor prometió ser generoso con Israel".
30 El replicó: "No iré con ustedes, sino que regresaré a mi país natal".
31 "Por favor, no nos abandones, le insistió Moisés; tú sabes muy bien en qué lugar del desierto podemos acampar, y por eso nos servirás de guía.
32 Si vienes con nosotros, te haremos participar de los bienes que el Señor nos conceda".
33 Ellos partieron de la montaña del Señor y recorrieron un camino de tres días. Durante todos ese tiempo, el Arca de la Alianza del Señor avanzó al frente de ellos, para buscarles un lugar donde hacer un alto.
34 Desde que dejaron el campamento, la nube del Señor estaba sobre ellos durante el día.
35 Cuando el Arca se ponía en movimiento, Moisés exclamaba: ¡Levántate, Señor! ¡Que tus enemigos se dispersen y tus adversarios huyan delante de ti!
36 Y cuando se detenía, exclamaba: ¡Descansa, Señor, entre los diez mil millares de Israel!

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Introducción a Numeros 


Números


El título NÚMEROS refleja bastante imperfectamente el contenido del cuarto libro del Pentateuco, pero destaca, al menos, una de sus características: la preocupación por las precisiones numéricas. Esta preocupación se manifiesta, entre otras cosas, en los dos censos registrados en el Libro (caps. 1-4; 26), en la reglamentación sobre los sacrificios (caps. 28-29), y en las instrucciones para el reparto del botín (cap. 31) y para la división del territorio alrededor de las ciudades levíticas (35. 1-8).
Los judíos de lengua hebrea llamaban a este libro "EN EL DESIERTO", porque estas son las palabras más importantes del versículo inicial. Dicho titulo evoca otro de sus temas característicos: la marcha de los israelitas a través del desierto, desde el Sinaí hasta las fronteras de la Tierra prometida.
El libro de los Números da la impresión de ser un conjunto de elementos heterogéneos, sin ninguna conexión lógica. A pesar de todo, es posible establecer un cierto orden, si se tiene en cuenta el marco geográfico de los acontecimientos relatados.
1.º La partida desde el Sinaí se prepara con un censo del pueblo y con las ofrendas presentadas con motivo de la dedicación del Santuario (1. 1 - 10. 10).
2.º Después de celebrar la segunda Pascua, los israelitas salen del Sinaí y llegan a Cades, donde realizan un intento desafortunado de entrar en Canaán por el sur (10. 11 - 21. 35).
3.º Tras una larga permanencia en Cades, vuelven a ponerse en camino y llegan a las estepas de Moab, frente a Jericó (caps. 22-36).
En torno a estos relatos, se mezclan numerosas disposiciones legales y litúrgicas, que completan la legislación del Sinaí o preparan el establecimiento de Israel en Canaán.
En el libro de los Números vuelven a aparecer las tradiciones "yahvista", "elohísta" y "sacerdotal". Esta última es la que dio una forma acabada a toda la obra y le imprimió su espíritu peculiar.
Es inútil buscar en esta compilación de antiguas tradiciones, un relato exacto y ordenado de los hechos. La tradición sobre el itinerario del desierto es fragmentaria y se limita a unos pocos episodios. Además, la historia es vista desde una perspectiva religiosa. Su intención es mostrar la solícita providencia de Dios en favor de su Pueblo, a pesar de las murmuraciones y rebeldías del mismo.
Durante su marcha por el desierto, Israel vivió sus primeras experiencias como Pueblo de Dios. Allí la masa heterogénea de fugitivos que habían salido de Egipto bajo la guía de Moisés ( Exo_12:38 ) comenzó a tomar conciencia de su destino común. Al llegar la plenitud de los tiempos, también el nacimiento del nuevo Pueblo de Dios estuvo vinculado con el desierto. Allí predicó y bautizó Juan el Bautista, para preparar "el camino del Señor" ( Mat_3:3 ). Y allí Jesús "fue llevado por el Espíritu" ( Mat_4:1 ) para prepararse a cumplir su misión de "iniciador y consumador de nuestra fe" ( Heb_12:2 ).

Fuente: Libro del Pueblo de Dios (San Pablo, 1990)

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Notas

Numeros  10,1-36

29. Ver nota Exo_2:18.

32. La conversación de Moisés con Jobab se interrumpe bruscamente, y no se sabe si la respuesta de este último fue afirmativa o negativa. Las indicaciones de Jue_1:16 sugieren que Jobab terminó por aceptar la invitación.