Lucas 2 Biblia Hispanoamericana de la Nueva Evangelización (Sociedad Bíblica, 2015) | 52 versitos |
1

Nacimiento de Jesús

(Mt 1:18-25)

Augusto *, el emperador romano, publicó por aquellos días un decreto disponiendo que se empadronaran todos los habitantes del Imperio º.
2 Este fue el primer censo que se hizo siendo Cirino gobernador de Siria º.
3 Todos tenían que ir a empadronarse, cada uno a su ciudad de origen.
4 Por esta razón, también José, que era descendiente del rey David, se dirigió desde Nazaret *, en la región de Galilea, a Belén º, la ciudad de David, en el territorio de Judea, º
5 para empadronarse allí juntamente con su esposa María, que se hallaba embarazada.
6 Y sucedió que, mientras estaban en Belén, se cumplió el tiempo del alumbramiento.
7 Y María dio a luz a su primogénito; lo envolvió en pañales y lo puso en un pesebre *, porque no había lugar para ellos en el mesón º. º
8

Los ángeles y los pastores

En unos campos cercanos había unos pastores que pasaban la noche a la intemperie cuidando sus rebaños.
9 De pronto, se les apareció un ángel del Señor º y el resplandor de la gloria de Dios los llenó de luz de modo que quedaron sobrecogidos de temor. º
10 Pero el ángel les dijo: — No tengan miedo, porque vengo a traerles una buena noticia, que será causa de gran alegría para todo el pueblo.
11 En la ciudad de David les ha nacido hoy un Salvador º, que es el Mesías, el Señor.
12 Esta será la señal para que lo reconozcan: encontrarán al niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre. º
13 En aquel mismo instante apareció junto al ángel una multitud de otros ángeles del cielo, que alababan al Señor y decían:
14 — ¡Gloria a Dios en las alturas y paz en la tierra a los hombres que gozan de su favor!
15 Luego los ángeles volvieron al cielo, y los pastores se decían unos a otros: — Vamos a Belén, a ver eso que ha sucedido y que el Señor nos ha dado a conocer.
16 Fueron a toda prisa y encontraron a María, a José y al recién nacido acostado en el pesebre.
17 Al verlo, contaron todo lo que el ángel les había dicho acerca del niño.
18 Y todos cuantos escuchaban a los pastores se quedaban asombrados de lo que decían.
19 María, por su parte, guardaba todas estas cosas, meditándolas en lo íntimo de su corazón. º
20 Los pastores se volvieron dando gloria a Dios y alabándolo por lo que habían visto y oído, pues todo había sucedido tal y como se les había anunciado.
21

Jesús es circuncidado y presentado en el Templo

A los ocho días llevaron a circuncidar º al niño, y le pusieron por nombre Jesús, el nombre que el ángel le puso antes de ser concebido. º
22 Más tarde, pasados ya los días de la purificación º prescrita por la ley de Moisés, llevaron al niño a Jerusalén para presentárselo al Señor,
23 cumpliendo así lo que dispone la ley del Señor: Todo primogénito varón ha de ser consagrado al Señor, º
24 y para ofrecer al mismo tiempo el sacrificio prescrito por la ley del Señor: una pareja de tórtolas o dos pichones. º
25 Por aquel entonces vivía en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre justo y piadoso que esperaba la liberación º de Israel. El Espíritu Santo estaba con Simeón º
26 y le había hecho saber que no moriría antes de haber visto al Mesías enviado por el Señor.
27 Guiado por el Espíritu Santo, Simeón fue al Templo cuando los padres del niño Jesús llevaban a su hijo para hacer con él lo que ordenaba la ley.
28 Y tomando al niño en brazos, alabó a Dios diciendo:
29 Ahora, Señor, ya puedo morir en paz, porque has cumplido tu promesa.
30 Con mis propios ojos he visto la salvación que nos envías º
31 y que has preparado a la vista de todos los pueblos: º
32 luz que se manifiesta a las naciones, y gloria de tu pueblo Israel. º
33 Los padres de Jesús estaban asombrados de lo que Simeón decía acerca del niño. º
34 Simeón los bendijo y anunció a María, la madre del niño: — Mira, este niño va a ser causa en Israel de que muchos caigan y otros muchos se levanten. Será también signo de contradicción
35 puesto para descubrir los pensamientos más íntimos de mucha gente. En cuanto a ti, una espada te atravesará el corazón. º
36 Había también allí una profetisa llamada Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. Era una mujer muy anciana que en su juventud había estado casada siete años, º
37 y permaneció luego viuda hasta los ochenta y cuatro años de edad. Ahora no se apartaba del Templo, sirviendo al Señor día y noche con ayunos y oraciones.
38 Se presentó, pues, Ana en aquel mismo momento alabando a Dios y hablando del niño a todos los que esperaban la liberación de Jerusalén º.
39

El regreso a Nazaret

Después de haber cumplido todos los preceptos de la ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su pueblo, Nazaret. º
40 El niño iba creciendo y robusteciéndose; estaba lleno de sabiduría y gozaba del favor de Dios.
41

El niño Jesús en el Templo

Los padres de Jesús iban todos los años a Jerusalén, a celebrar la fiesta de la Pascua. º
42 Cuando el niño cumplió doce años º, subieron juntos a la fiesta, como tenían por costumbre.
43 Una vez terminada la fiesta, emprendieron el regreso. Pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén sin que sus padres lo advirtieran.
44 Pensando que iría mezclado entre la caravana, hicieron una jornada de camino y al término de ella comenzaron a buscarlo entre los parientes y conocidos.
45 Y como no lo encontraron, regresaron a Jerusalén para seguir buscándolo allí.
46 Por fin, al cabo de tres días, lo encontraron en el Templo, sentado en medio de los doctores, escuchándolos y haciéndoles preguntas.
47 Cuantos lo oían estaban asombrados de su inteligencia y de sus respuestas. º
48 Sus padres se quedaron atónitos al verlo; y su madre le dijo: — Hijo, ¿por qué nos has hecho esto? Tu padre y yo hemos estado muy angustiados buscándote.
49 Jesús les contestó: — ¿Y por qué me buscaban? ¿No saben que debo ocuparme de los asuntos de mi Padre?
50 Pero ellos no comprendieron lo que les decía.
51 Después el niño regresó a Nazaret con sus padres y siguió sujeto a ellos. En cuanto a su madre, guardaba todas estas cosas en lo íntimo de su corazón. º
52 Y Jesús crecía, y con la edad aumentaban su sabiduría y el favor de que gozaba ante Dios y la gente. º

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Introducción a Lucas

INTRODUCCIÓN


1. Primera parte de una historia en dos volúmenes


El tercer evangelio o evangelio de Lucas (en adelante se utilizará preferentemente la abreviatura Lc) constituye, en realidad, la primera parte de una obra más extensa que tiene su continuación natural en el libro de los Hechos de los Apóstoles. Que el autor de ambos escritos sea el mismo, apenas nadie lo pone actualmente en duda. Ambos comienzan con un prólogo-dedicatoria muy semejante que, además, es único en los libros del NT (Luc 1:1-4; Hch 1:1-2); ambos hacen gala de un vocabulario y unos recursos estilísticos muy parecidos y muy peculiares dentro del resto de la literatura neotestamentaria; ambos presentan una línea de pensamiento notablemente homogénea. Lo que ya no es tan seguro, es si desde el principio formaron una única obra o bien existió un intervalo más o menos amplio de tiempo entre la composición de las dos partes de la obra. Si se escribió como un todo, alguien la habría separado más tarde en dos libros por razones prácticas, tal vez para colocar los cuatro evangelios seguidos. Sea lo que haya sido el proceso, no deja de ser significativa la evidente simetría de composición entre la primera y la segunda parte de la obra: mientras el evangelio refiere el camino de Jesús hacia Jerusalén, donde tiene lugar la Pascua del Señor como centro del tiempo, el libro de los Hechos recorre el camino inverso, a saber, de Jerusalén hasta los confines de la tierra.


En este sentido, el proyecto de Lc es tan genial como el de Mc al componer por primera vez un evangelio. Por eso, para una lectura y una inteligencia correcta del tercer evangelio, es preciso tener en cuenta la obra completa como marco de referencia. Ahora, sin embargo, nos centramos en la primera parte de la obra, en el evangelio, que tiene en común con los otros evangelios el ser ante todo un testimonio de fe en Jesús de Nazaret, el ser un mensaje de salvación sin menoscabo de una sólida base histórica que el evangelista reclama para su obra desde el comienzo mismo del relato (Luc 1:1-4).


El objetivo, pues, de Lc es a la vez didáctico e histórico. Se trata de proporcionar al lector un fundamento firme de la fe ya poseída y de hacerlo con los métodos y las formas que se usaban en la cultura helenística del tiempo. Un mundo y una cultura representados, sin duda, en Teófilo, el desconocido personaje de ambas dedicatorias (Luc 1:3 y Hch 1:1).


2. Marco histórico de Lucas. El autor y su comunidad


Desde los orígenes mismos del cristianismo, de forma unánime y sin interrupción, el tercer evangelio ha sido atribuido a Lucas, un cristiano de origen no judío al que el NT menciona en tres ocasiones (Flm 1:24, Col 4:14; 2Ti 4:11). Una primera tradición habla de él como médico; otra, más tardía y menos fundamentada, como pintor. En todo caso se trata de un magnífico conocedor de la lengua griega, muy familiarizado también con la Biblia griega de los LXX, y con una gran sensibilidad — como corresponde a un buen historiador — para conectar los acontecimientos de la historia profana con los de la historia religiosa que quiere contar (Luc 1:5; Luc 2:1-3; Luc 3:1-2). Esta singular personalidad no podrá menos de dejar huellas profundas en la redacción final de su obra.


Pero tan importante o más que el autor del evangelio, puede ser la comunidad cristiana que está detrás de él. Porque los evangelios en general, y el de Lc en particular, son el resultado de un diálogo entre la comunidad creyente, por una parte, con sus problemas, sus inquietudes, sus preguntas, sus esperanzas, sus deficiencias, sus logros, sus desánimos y sus entusiasmos, y por otra, el redactor — también creyente — que comparte todas esas experiencias y quiere iluminarlas desde los recuerdos de la vida de Jesús. A falta de otras fuentes de información, será sobre todo una lectura inteligente y atenta del propio evangelio la que proporcione pistas suficientes para identificar las peculiaridades de la comunidad o comunidades desde las que Lc escribe — y para las que escribe — su evangelio. Peculiaridades que podríamos concretar en las siguientes:


— Se trata de comunidades de origen fundamentalmente pagano, situadas tal vez en la órbita paulina, pero en las que la polémica judeocristiana ya no es un problema importante, y en las que predomina un ambiente conciliador. La relación Lucas-Pablo, muy subrayada en tiempos pasados, tal vez no sea tan estrecha como pudiera parecer a primera vista.


— Comunidades abiertas a la cultura grecorromana, deseosas de un sincero diálogo con el mundo pagano y en busca, por tanto, de un puesto dentro del Imperio.


— Comunidades, sin embargo, que se consideran al mismo tiempo legítimas herederas de las promesas hechas a Israel.


— Comunidades, en fin, que deben afrontar los problemas típicos de la segunda generación cristiana (cansancio, permanente seducción del paganismo, debilitamiento de la fe, tentación de dar marcha atrás, falta de responsabilidad en los guías de la comunidad) y en las que el clima de fraternidad y el impulso misionero del primer momento han entrado, al menos parcialmente, en crisis. Comunidades, por tanto, necesitadas de conversión y de perdón.


Para comunidades marcadas por estas características, envueltas en estos problemas y preocupadas por estas necesidades, escribe Lucas su evangelio en el último cuarto del siglo I. Lo más probable es que la redacción haya tenido lugar en la década de los ochenta, aunque no faltan quienes siguen proponiendo una fecha anterior. Sobre el lugar concreto de composición no existen indicaciones precisas, aunque prácticamente todos coinciden en situarlo fuera de Palestina.


3. Proceso de composición y características literarias


En el pórtico mismo del relato, Lucas manifiesta su intención de escribir una historia ordenada y bien documentada (Luc 1:3). El evangelista, pues, se presenta a sí mismo como un narrador que se ha preocupado de recoger abundantes materiales sobre un tema concreto y que luego los utiliza cuidadosamente para componer un relato coherente de los acontecimientos que quiere referir. El tema es el mensaje salvador de Jesús de Nazaret. Las fuentes de información son de tres clases. En primer lugar, Lucas utiliza el evangelio de Mc como base, en más de una tercera parte de lo que él mismo escribe. En segundo lugar, se sirve de una fuente (probablemente escrita) que contenía sólo palabras de Jesús y que fue también conocida y utilizada por Mt; es la llamada “fuente de dichos” (o Documento Q), y ocupa algo más de una cuarta parte del tercer evangelio. Finalmente, la tercera parte restante procede de informes y noticias que Lc recabó por su cuenta; entre este último material hay que destacar el evangelio de la infancia (Luc 1:1-80Luc 2:1-52), algunas de las más bellas e importantes parábolas (Luc 10:30-37; Luc 15:8-32; Luc 16:1-8; Luc 16:19-31; Luc 18:1-14) y varios episodios en el relato de la pasión-resurrección (Luc 22:35-38; Luc 23:6-12; Luc 23:27-31; Luc 23:39-43; Luc 24:13-35).


A todo este material, Lc le imprime su fuerte personalidad de escritor formado en la cultura helenística. El resultado es una redacción con estas peculiaridades:


a) Aunque construye su relato sobre el esquema de Mc y en general sigue fielmente el orden y la disposición de la fuente original, hay algunas excepciones significativas. Sobre todo llama poderosamente la atención la importancia que Lc concede al “camino de Jesús desde Galilea a Jerusalén” que ocupa diez capítulos en el tercer evangelio (Luc 9:51Luc 19:28) y sólo dos en Mt y uno en Mc (Mat 19:1Mat 20:3; Mar 10:1-52). Parece claro que más allá de consideraciones geográficas, Lc quiere destacar la dimensión teológico-didáctica de este camino-viaje hacia Jerusalén.


b) Lc incorpora a su evangelio la mayor parte del material de Mc; pero no duda en prescindir de lo que considera poco asequible a sus lectores, poco favorable a Jesús, o bien entiende que es superfluo al tratarse de algo que figura ya en otro contexto. Al contrario, tampoco se priva de añadir aquello que considera conveniente para la precisión y la claridad.


c) Su particular talante de historiador lleva a Lc a situar la historia de Jesús en el marco de la historia profana y religiosa de su época (Luc 2:1-2; Luc 3:1-38; Luc 1:1-80; Luc 2:1-52) y a dividir el tiempo de esta historia en períodos netamente delimitados con la consiguiente concentración temática en torno a un personaje (María, Juan, Jesús) o un acontecimiento (anuncio en Galilea, viaje hacia Jerusalén, culminación de la historia sin salir de Jerusalén).


d) Geográficamente, Lc centra todo el relato en Jerusalén: el evangelio comienza y termina en el Templo de Jerusalén (Luc 1:8-10; Luc 24:52-53); durante el viaje de Galilea a Judea el único lugar geográfico que se menciona es Jerusalén; las apariciones de Pascua tienen lugar únicamente en Jerusalén; la última tentación de Jesús en Luc 4:1-13 tiene lugar, a diferencia de Mat 4:1-11, en el marco del Templo de Jerusalén. Todo esto indica que Jerusalén es para Lc el centro geográfico y sobre todo teológico de la historia de la salvación.


e) En cuanto a la lengua y al estilo, ya desde los primeros siglos se ha considerado al griego de Lc como uno de los más cuidados y elegantes del NT. Conoce los recursos estilísticos tanto semitas como helenísticos, domina las técnicas que ayudan a una presentación viva y agradable de los materiales, hace gala de un vocabulario rico y abundante. Pero en Lc, la lengua está al servicio de la fe; por eso, aunque sabía y podía escribir con notable perfección, como lo pone de manifiesto en el prólogo (Luc 1:1-4), por lo general renuncia a escribir la historia evangélica en un griego estilísticamente perfecto. Dos principales razones debieron impulsarle a ello: fidelidad a las fuentes y también coherencia con el mensaje que no estaba destinado sólo a sabios y eruditos, sino también a gente sencilla y poco cultivada.


Resumiendo, esta singular manera de componer propia de Lc, pretende ofrecer — sin apartarse del género literario “evangelio” inaugurado por Mc — una visión propia del hecho cristiano, destinada tanto a confirmar la fe de los creyentes como a facilitar la conversión de los paganos.


4. Contenido teológico


El hilo teológico conductor de la obra de Lucas en conjunto, y del evangelio en particular, es sin duda el tema de la salvación. Un tema que, en el momento de escribirse el evangelio, es también clave en el mundo helenístico. En una sociedad necesitada de salvación, sedienta de salvación y dispuesta a aceptar cualquier sucedáneo de ella, Lc proclama que Dios ha hecho presente su plan salvador en Jesús de Nazaret, centro y Señor de la historia. Cualquier otra oferta que pueda llegar desde las estructuras del Imperio es pura ilusión.


En Jesús, efectivamente, se cumplen y alcanzan su punto culminante las promesas y las acciones salvíficas de Dios presentes en el AT (Luc 1:68-71; Luc 1:77). En su nacimiento, es anunciado como Mesías, como Señor, pero sobre todo como Salvador (Luc 2:11). Su actividad misionera por los caminos de Palestina se centrará en liberar y salvar, tanto física como espiritualmente, a cuantos lo necesiten y estén dispuestos a acoger con fe esta salvación (Luc 7:50; Luc 8:36; Luc 8:48; Luc 17:19; Luc 18:42; Luc 19:9-10), que tiene en última instancia una dimensión escatológica (Luc 9:24; Luc 13:23; Luc 18:26).


La realización de este plan salvador de Dios a través de Jesucristo es descrita por Lc como un camino por recorrer. Juan el Bautista es anunciado como el que viene a preparar los caminos del Señor (Luc 1:76) y más adelante se presenta a sí mismo como el que allana esos caminos (Luc 3:4-5). María, la madre de Jesús, se pone en camino a toda prisa (Luc 1:39). Jesús enseña el camino de Dios (Luc 20:21) y lo recorre personalmente hasta sus últimas consecuencias (Luc 18:31-32). El significativo papel que desempeña en el evangelio de Lc su parte central, es decir el viaje desde Galilea a Jerusalén (Luc 9:51Luc 19:28), y las repetidas menciones o alusiones que allí se hacen al camino (Luc 9:51; Luc 9:53; Luc 9:57; Luc 10:38; Luc 13:22; Luc 17:11; Luc 19:28), constituye todo un símbolo de la importancia que la perspectiva del camino como realidad teológico-didáctica tiene en el tercer evangelio.


Un camino, por lo demás, que ha de ser recorrido por la Iglesia, comunidad de salvación, bajo la acción imparable del Espíritu Santo, singularmente presente en la obra de Lucas, tanto en el evangelio (Luc 1:15; Luc 1:35; Luc 1:41; Luc 1:67; Luc 2:25-27; Luc 3:22; Luc 4:1; Luc 4:14-18; Luc 10:21; Luc 11:13; Luc 12:10) como en el libro de los Hechos donde es abundante la presencia del Espíritu. Un camino de salvación sobre todo para los más necesitados e indefensos: niños, mujeres, extranjeros, enfermos, pecadores, cualquier ser humano que se sienta desheredado de la fortuna y del amor. El manifiesto interés de Lc por esta clase de personas revela que su evangelio es verdaderamente el evangelio de la ternura y la misericordia entrañable de Dios Padre que se ha hecho visible y operante en Jesucristo (Luc 7:11-17; Luc 7:36-50; Luc 15:1-32; Luc 19:1-10).


A todo esto deberíamos unir: la llamada urgente y general a la conversión, la insistencia en el desprendimiento y la renuncia como condición indispensable para seguir a Jesús en el camino del Reino, la permanente invitación a orar siempre sin desfallecer y la experiencia de una alegría incontenible ante la presencia de las realidades salvíficas. Con ello tendremos el perfil aproximado de un evangelio cuya lectura no puede menos de impactar también a cualquier lector contemporáneo, tanto por su exquisita sensibilidad literaria, como por su contenido excepcional.


5. Estructura del tercer evangelio


De lo dicho hasta aquí sabemos que cuando Lucas redacta su evangelio existían ya otros relatos similares, sobre todo el de Mc, al que Lucas sigue de cerca. Pero las dotes y las peculiaridades que ya conocemos del tercer evangelista, y su propósito de proceder ordenadamente en la exposición de los hechos (Luc 1:3), han contribuido a producir una obra muy bien ensamblada en la que las diversas etapas del ministerio de Jesús revisten una especial claridad y concrección. Conviene recordar, al respecto, la tendencia de Lucas a dividir la historia en períodos (tiempo de Israel, tiempo de Cristo, tiempo de la Iglesia), la singular importancia y extensión que concede al viaje-camino desde Galilea a Jerusalén, y la insistencia en considerar a Jerusalén como centro geográfico-teológico de toda la historia de la salvación.


Con estas premisas, podemos señalar para el evangelio de Lc el siguiente itinerario de lectura:


— Introducción (Luc 1:1-4)


I. — RELATOS DE LA INFANCIA (Luc 1:5Luc 2:52)


- Anuncio del nacimiento de Juan y Jesús (Luc 1:5-56)


- Nacimiento de Juan y Jesús (Luc 1:57Luc 2:21)


- Episodios de la infancia de Jesús (Luc 2:22-52)


II. — COMIENZO DEL MINISTERIO DE JUAN Y DE JESÚS (Luc 3:1Luc 4:13)


- La misión de Juan el Bautista (Luc 3:1-20)


- Primera actividad de Jesús (Luc 3:21Luc 4:13)


III. — ANUNCIO DEL REINO EN GALILEA (Luc 4:14Luc 9:50)


- Manifestación y rechazo (Luc 4:14Luc 6:11)


- Enseñanzas y milagros (Luc 6:12Luc 8:56)


- Revelación a los discípulos (Luc 9:1-50)


IV. — CAMINO HACIA JERUSALÉN (Luc 9:51Luc 19:28)


- Instrucción y envío de los discípulos (Luc 9:51Luc 13:21)


- Destino sufriente de Jesús y de los discípulos (Luc 13:22Luc 17:10)


- Respuesta a las preocupaciones de la comunidad (Luc 17:11Luc 18:30)


- El final del camino (Luc 18:31Luc 19:28)


V. — JESÚS SE MANIFIESTA EN JERUSALÉN (Luc 19:29Luc 21:38)


- Entrada en Jerusalén y enseñanza en el Templo (Luc 19:29-48)


- Controversias con los dirigentes israelitas (Luc 20:1-47)


- Discurso escatológico (Luc 21:1-38)


VI. — LA PASCUA DE JESÚS (Luc 22:1Luc 24:49)


- Pasión y muerte de Jesús (Luc 22:1Luc 23:56)


- Resurrección y apariciones (Luc 24:1-49)


— Conclusión (Luc 24:50-53)


Fuente:

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Notas

Lucas 2,1— Augusto: Emperador romano desde el año 29 a. C. al 14 d. C.

— del Imperio: El texto griego dice lit. del mundo habitado, del orbe. Si exceptuamos este pasaje de Lc, no hay noticia de que durante el reinado de Augusto se hiciera un censo de todo el Imperio.


Lucas 2,2— primer censo... Cirino... Siria: Siria era la provincia romana de la que dependió administrativamente Palestina en diversas ocasiones. Las fuentes extrabíblicas (en concreto el historiador Flavio Josefo) hablan de un censo realizado por Sulpicio Cirino, legado de Roma en Siria, pero en los años 6-7 d. C.
Lucas 2,41Sa 16:1-13; Jua 7:42.
Lucas 2,4— Nazaret: Ver nota a Mat 2:23.

— Belén: Ver nota a Mat 2:1.
Lucas 2,7Mat 1:25; (ver Rom 8:29; Col 1:15; Col 1:18; Heb 1:6; Apo 1:5).
Lucas 2,7— pesebre: Así se ha traducido habitualmente el vocablo griego que también significa establo; por eso también podría traducirse este texto así: y lo acomodó en el establo.

— mesón: O más exactamente: sala de huéspedes. El texto griego utiliza exactamente la misma palabra que en Luc 22:12.
Lucas 2,9Luc 9:26; Éxo 24:16; Eze 3:12; Rom 3:23.
Lucas 2,9— un ángel del Señor: Ver notas a Luc 1:11 y Mat 1:20.
Lucas 2,11— un Salvador: El AT da a Dios el título de Salvador en numerosas ocasiones (Deu 32:15; 1Sa 10:19; Sal 24:5; Sal 27:1; Sal 27:9; Sal 62:1; Sal 62:6; Sal 65:5; Sal 79:9; etc.). A veces se otorga también a los llamados jueces (o libertadores) de Israel (Jue 3:9; Jue 3:15; Jue 12:3; Neh 9:27). En el NT Dios es llamado Salvador en Luc 1:47 y 1Ti 1:1. En cuanto a Jesús, recibe este título, además de en el presente pasaje, en Jua 4:42; Hch 5:31; Hch 13:23; Efe 5:23; Flp 3:20; 2Ti 1:10; Tit 1:4; Tit 2:13; Tit 3:6; 2Pe 1:1; 2Pe 1:11; 2Pe 2:20; 2Pe 3:18; 1Jn 4:14; (ver también Mat 1:21; Mar 3:4; Mar 5:23; Mar 6:56; Mar 10:52; Mar 15:31 y par.) Era, sin duda, un título especialmente utilizado por las iglesias de origen griego a las que pertenecía Lucas.
Lucas 2,12Isa 9:6.
Lucas 2,19Luc 2:51.
Lucas 2,21— circuncidar: Ver vocablo circuncisión en VOCABULARIO BÍBLICO.
Lucas 2,21Luc 1:59; Gén 17:12; Lev 12:3.
Lucas 2,22— los días de la purificación: En realidad, la inmensa mayoría de los mss., incluidos los más antiguos y mejores, dicen: la purificación de ellos, dando la impresión de incluir en el rito purificatorio tanto a la madre como al hijo. Sin embargo, según la ley judía (ver Lev 12:1-8) la purificación era cosa únicamente de la madre. Igualmente, la ley judía (ver Éxo 13:2; Éxo 13:12) habla de rescate de los primogénitos (tanto de hombres como de animales) más que de presentación, que no era obligatoria. Parece que Lc ha mezclado aquí, sin demasiada precisión, los distintos ritos: purificación, rescate, presentación, ofrenda.
Lucas 2,23Éxo 13:2; Núm 18:15.
Lucas 2,24Lev 12:8.
Lucas 2,25(Ver Núm 11:17; 2Re 2:15; Isa 11:2; Isa 42:1; Isa 61:1; Eze 11:5.).
Lucas 2,25— la liberación: Lit. el consuelo, la consolación: Ver Isa 40:1; Isa 49:13; Isa 51:12; Isa 61:2.
Lucas 2,30Luc 1:69; Luc 1:71; Luc 1:77; Isa 46:13; Isa 3:6; Tit 2:11.
Lucas 2,31Isa 52:10.
Lucas 2,32Isa 42:6; Isa 49:6; Jua 8:12.
Lucas 2,33Luc 7:23; Isa 8:14; (ver Jer 15:10); 1Co 1:23; 1Pe 2:8.
Lucas 2,35Luc 16:15; Hch 1:24; Hch 15:8.
Lucas 2,36Jdt 8:4-5.
Lucas 2,38— liberación de Jerusalén: La liberación que se esperaba era la de todo el pueblo israelita. Pero Jerusalén, la capital de la ciudad santa, constituía la representación más genuina del pueblo, y mucho más para Lc que hace de Jerusalén el centro geográfico-teológico de su relato. (Ver Introducción, apartado 3, d).
Lucas 2,39Mat 2:23.
Lucas 2,41Éxo 12:24-27; Deu 16:1-8; Jua 2:13; Jua 2:23.
Lucas 2,42— doce años: Según la prescripción de los rabinos, la obligación de peregrinar a Jerusalén en la fiesta de la Pascua comenzaba para los varones israelitas a los trece años. Pero los judíos piadosos se hacían acompañar de sus hijos al menos un año antes, para así acostumbrarlos y prepararlos debidamente para la incorporación oficial y definitiva a la comunidad cultual y religiosa.
Lucas 2,47Jua 7:15-16; Jua 7:46.
Lucas 2,51Luc 2:19.
Lucas 2,52Luc 2:51.