Romanos  11 Biblia Hispanoamericana de la Nueva Evangelización (Sociedad Bíblica, 2015) | 36 versitos |
1

El resto de Israel

Y ahora pregunto: ¿Habrá repudiado Dios a su pueblo? ¡De ningún modo! Que también yo soy israelita, descendiente de Abrahán y originario de la tribu de Benjamín. º
2 Dios no ha repudiado al pueblo que de antemano había reservado para sí. ¿Es que no conocen lo que narra la Escritura a propósito del profeta Elías cuando interpelaba a Dios en contra de Israel: º
3 Señor, han asesinado a tus profetas y han destruido tus altares. Sólo yo he quedado con vida, y todavía pretenden matarme? º
4 Y ¿cuál fue la respuesta divina? Me he reservado siete mil hombres que no han doblado la rodilla ante el dios Baal º. º
5 Pues lo mismo sucede en nuestros días. Dios ha escogido un resto º por pura gracia.
6 Y si es por gracia, no lo es en virtud de méritos humanos, ya que si fuera así, la gracia dejaría de ser gracia º.
7 ¿Qué significa esto? Pues que Israel no ha conseguido lo que buscaba; sí lo han conseguido los elegidos, mientras que los demás se han endurecido,
8 según dice la Escritura: Dios los volvió espiritualmente insensibles: les dio unos ojos que no ven y unos oídos que no oyen; y así continúan hasta el presente. º
9 David, por su parte, añade: Que su misma prosperidad º se les convierta en trampa donde queden atrapados, en ocasión de ruina y de castigo;
10 que se nublen sus ojos y no vean, que su espalda se les doble para siempre. º
11

Israel y los demás pueblos

Y pregunto todavía: ¿Habrán caído los israelitas de manera que ya no puedan levantarse? ¡De ningún modo! Su caída ha servido para que las demás naciones puedan salvarse, provocando así la emulación de los judíos º.
12 Y si su caída ha sido provechosa para el mundo, si su fracaso º ha beneficiado a las demás naciones, el beneficio será mucho mayor cuando también ellos alcancen la plenitud. º
13 Me dirijo ahora a ustedes, los paganos. Precisamente porque soy apóstol de los paganos, tengo que poner todo mi empeño en este ministerio,
14 a ver si provoco la emulación de los de mi raza y consigo salvar a algunos de ellos.
15 Porque si el rechazo momentáneo de los judíos ha servido para que el mundo vuelva a estar en paz con Dios, su readmisión ¿no será como un volver de los muertos a la vida? º
16 Y si los primeros panes º están consagrados a Dios, lo está toda la masa; si está consagrada la raíz, lo están también las ramas.
17 Es verdad que algunas ramas fueron desgajadas y que entre las que quedaban has sido injertado tú, que eras olivo silvestre º, compartiendo así la raíz y la savia del olivo.
18 Pero no vayas a creerte mejor que las ramas originales; en cualquier caso, a la hora de presumir, recuerda que no eres tú quien sostiene a la raíz, sino ella la que te sostiene a ti.
19 Bien, dirás, “pero las ramas fueron desgajadas para injertarme a mí”.
20 De acuerdo, pero fue su infidelidad la causa del desgajamiento, mientras que tú te mantienes en pie por la fe. Así que no presumas y ándate con cuidado.
21 Porque si Dios no tuvo miramientos con las ramas originales, tampoco los tendrá contigo º.
22 Ahí tienes a un Dios que es bueno y severo al mismo tiempo. Severo con los que cayeron; bueno, en cambio, contigo, con tal que tu vida responda a esa bondad. De lo contrario, también a ti te cortarán,
23 en tanto que los israelitas, si no persisten en su infidelidad, volverán a ser injertados. Y Dios puede muy bien injertarlos de nuevo.
24 Porque si tú, que eres por naturaleza olivo silvestre, has sido injertado contra tu naturaleza en el olivo productivo, con mucha más facilidad las ramas originales podrán ser injertadas en su propio olivo.
25

La restauración final de Israel

No quiero, hermanos, que ignoren este misterio para que no presuman de inteligentes. La obstinación de una parte de Israel no es definitiva; durará hasta que el conjunto de las naciones º se convierta.
26 Entonces todo Israel se salvará, según dice la Escritura: De Sión vendrá el libertador que alejará la iniquidad del pueblo de Jacob. º
27 Yo borraré sus pecados, y mi alianza quedará así restablecida º.
28 En lo que respecta a la aceptación del mensaje de salvación, los israelitas aparecen como enemigos de Dios para provecho de ustedes; pero si se atiende a la elección, siguen siendo muy queridos de Dios a causa de sus antepasados, º
29 ya que los dones y el llamamiento divinos son irrevocables. º
30 Ustedes eran en otro tiempo rebeldes a Dios, pero la rebeldía de los israelitas ha servido para que Dios tenga ahora compasión de ustedes.
31 De modo semejante, ellos son ahora los rebeldes para que Dios pueda tener compasión de ustedes y también un día pueda tenerla de ellos.
32 En una palabra, Dios ha permitido que todos seamos rebeldes para tener compasión de todos. º
33 ¡Qué profundas º la riqueza, la sabiduría y la ciencia de Dios! ¡Qué insondables sus decisiones y qué irrastreables sus caminos! º
34 Porque: ¿Quién conoce el pensamiento del Señor? ¿Quién fue jamás su consejero? º
35 ¿Quién ha podido darle algo para exigirle que se lo devuelva? º
36 Él es origen, camino y meta de todas las cosas. ¡A él la gloria por siempre! Amén. º

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Introducción a Romanos 

INTRODUCCIÓN


1. La carta y sus peculiaridades


La carta de Pablo a los Romanos es la más extensa de las que se le atribuyen y tanto en los manuscritos más antiguos como en las más recientes ediciones de la Biblia ocupa siempre el primer lugar dentro del epistolario paulino. Esto no significa que, cronológicamente, sea la primera carta de Pablo. Al contrario, según el parecer de numerosos biblistas modernos, sería la última de las cartas denominadas “protopaulinas”, es decir, de las escritas directa y personalmente por Pablo, bien de puño y letra, bien utilizando un amanuense.


Es, sin duda, la carta a los Romanos (en adelante utilizaremos preferentemente la abreviatura Rm) el escrito más profundo y ambicioso del Apóstol y en cierto modo puede considerarse como su testamento teológico. De hecho, Pablo escribió esta carta en uno de los momentos más críticos y significativos de su actividad misionera. Ha proclamado el evangelio por todo el Mediterráneo oriental (Rom 15:19). Está a punto de llevar a Jerusalén (donde no sabe cómo va a ser recibido) la colecta recogida entre los cristianos europeos en favor de las iglesias necesitadas de Palestina (Rom 15:25-27). A renglón seguido se propone dirigirse a España, en los confines de occidente, para anunciar también allí a Jesucristo (Rom 15:28). Magnífica ocasión para hacer escala en Roma, la capital del Imperio, y realizar un proyecto largamente acariciado: visitar la comunidad cristiana allí establecida y compartir con ella una misma vivencia de fe (Rom 1:10-13).


Con esta carta Pablo, siempre cortés, quiere anunciar a los hermanos de Roma su próxima visita, al tiempo que hace balance y resumen de lo que ha sido su actividad y su enseñanza cristiana hasta el momento. La escribe, con toda probabilidad, desde Corinto; pero es más difícil de precisar la fecha exacta de su composición, que está en función de la cronología general que se acepte como más probable para la vida y actividad literaria de Pablo; de ahí que unos autores sitúen la composición de Rm a finales del año 57 d. C. y otros la adelanten al año 55 d. C.


2. Los destinatarios de la carta


El cristianismo debió llegar a Roma muy pronto, incluso antes de que Pablo iniciara su actividad apostólica en Asia Menor y Grecia. Las excelentes comunicaciones entre Palestina y la capital del Imperio facilitaron el que judíos palestinenses convertidos al cristianismo viajasen a Roma y pusieran allí en marcha el movimiento cristiano en la década de los años cuarenta.


La colonia judía en Roma era muy numerosa — algún historiador la cifra en unos cincuenta mil miembros — y de ella debieron surgir los primeros cristianos que no tardaron en formar una comunidad relativamente numerosa. De hecho, cuando el emperador Claudio expulsa de Roma a todos los judíos en el año 49 d. C., lo hace probablemente debido a los conflictos surgidos entre judíos ortodoxos y judíos convertidos al cristianismo. A raíz del edicto de expulsión quedaron, pues, en Roma únicamente cristianos de origen pagano. Pero al cabo de unos cinco años, el decreto imperial dejó de aplicarse y muchos de los expulsados regresaron a Roma. Cuando Pablo escribe Rm, podemos pensar que la comunidad estaba relativamente equilibrada entre los cristianos procedentes del judaísmo y los procedentes del paganismo. ¿A quiénes en concreto se dirige preferentemente el Apóstol?


En primer lugar, Pablo es plenamente consciente de no ser el fundador de la iglesia de Roma y, por tanto, en modo alguno desea interferir en la labor apostólica de otros misioneros cristianos (Rom 15:20-21). Pero al mismo tiempo, no renuncia a cosechar también entre los romanos algún fruto... enteramente dispuesto a proclamar, también entre ellos, el mensaje de salvación (Rom 1:13-14). Los destinatarios de la carta parecen ser todos los cristianos sin distinción de origen, aunque tal vez Pablo tenga especialmente presentes a los cristianos procedentes del paganismo. ¿O más bien Pablo elabora sus reflexiones pensando no tanto en la iglesia de Roma, que le era bastante desconocida, cuanto en la experiencia y conocimientos que tenía de otras iglesias? No debe descartarse esta posibilidad. En efecto, es evidente, por ejemplo, la relación que existe entre Rm y la carta a los Gálatas. Y aunque no falta algún autor que quisiera hacer de Gálatas una especie de resumen de Rm, la opinión, con mucho mayoritaria, es que Rm ha sido escrita después de Gálatas a la que utiliza como claro punto de referencia.


3. Autenticidad y características literarias


Nadie ha puesto en duda que Pablo sea el autor de Rm. Lo que no impide que para su redacción material se haya servido de un ayudante llamado Tercio, que no se resigna a pasar inadvertido, por lo que en el capítulo de saludos se hace nominalmente presente (ver Rom 16:22). Precisamente este capítulo final de Rm presenta algún interrogante. ¿Formó desde el principio parte de la carta de Pablo a la iglesia de Roma? Así lo siguen sosteniendo numerosos autores. Muchos otros, sin embargo, piensan que Rom 16:1-23 es, en su origen, una carta independiente dirigida por Pablo, no a la iglesia de Roma, sino a la de Éfeso; sería una carta de recomendación en favor de Febe que era una mujer al servicio de la comunidad cristiana de Céncreas, uno de los puertos de Corinto (Rom 16:1). La cuestión está sin resolver.


En cuanto a la solemne doxología final (Rom 16:25-27), hay serias razones para pensar que no es originariamente paulina, sino que ha sido añadida posteriormente como conclusión de todas las cartas del Apóstol. Es significativo, al respecto, que, por una parte, los manuscritos colocan esta doxología en distintos lugares de la carta y, por otra, hay testigos — el Documento de Muratori, por ejemplo — de que antiguamente Rm estaba colocada al final del epistolario paulino.


En cuanto a la calidad literaria, Rm ofrece un estilo enérgico, vigoroso, rápido e incisivo. Es verdad que la belleza estilística de algunos de sus pasajes no es tanto la puramente literaria, cuanto la que brota de un espíritu totalmente entregado a su ideal religioso. Pero toda la carta está escrita en un tono digno y, aunque utiliza expresiones familiares, lo hace siempre con mucha sobriedad.


4. Contenido e importancia de la carta


Sin constituir una síntesis completa de la doctrina paulina, Rm es el escrito más denso y mejor elaborado de Pablo, con una incomparable riqueza teológica. En Rom 1:16-17 se enuncia el tema central de la carta: el mensaje de Jesús proclamado por Pablo tiene poder para salvar a todos, tanto judíos como no judíos, siempre que lo acojan con fe. Dios, pues, y sólo Dios, es quien restablece en su amistad al ser humano, y lo hace por medio de la fe en Jesucristo y no en virtud de las obras derivadas de un puntual cumplimiento de la ley de Moisés. Una vez enunciado el tema central, que había sido ya abordado de forma polémica en la carta a los Gálatas, Pablo lo desarrolla ahora de forma serena y sistemática en los once primeros capítulos de la carta.


Todos la humanidad ha caído bajo la esclavitud del pecado (Rom 1:18Rom 3:20); toda ella está necesitada de una salvación que solamente Dios puede ofrecer (Rom 3:21Rom 4:25); toda ella ha sido liberada por Cristo y llamada a participar de la nueva vida en el Espíritu (Rom 5:1Rom 8:39). Toda la humanidad, incluido el pueblo de Israel cuyo destino, al haber rechazado a Jesucristo, preocupa tan profundamente a Pablo que dedica al mismo tres intensos capítulos de la carta (Rom 9:1Rom 11:36).


Los capítulos finales de la carta (Rom 12:1Rom 15:13) están dedicados a reflexionar sobre la conducta cristiana. El que cree en Jesús, el Hijo de Dios, ha sido llamado a una vida nueva que ha de manifestarse claramente en la manera de actuar, de hablar y aun de pensar. Ha de manifestarse sobre todo en las relaciones con los demás, tanto si se trata de hermanos en la fe como de no creyentes, tanto si estas relaciones se producen en el ámbito de la iglesia cristiana como en el de la sociedad civil en medio de la cual vivían entonces los cristianos de Roma y han de vivir los cristianos de todos los tiempos.


Digamos, finalmente, que Rm ha ejercido una enorme influencia en la vida y en la historia del cristianismo. En ella sobre todo se inspiró Agustín de Hipona para hacer frente a las doctrinas pelagianas, y ella, junto con Gálatas, ha sido el centro máximo de atención en las discusiones teológicas interconfesionales. Afortunadamente hoy se la considera no como un texto que divida a las distintas confesiones — tal como sucedió en épocas pasadas — sino como la palabra capaz de unir a los creyentes en Cristo.


5. Estructura de la carta


— Introducción (Rom 1:1-17)


I. — SALVADOS POR DIOS MEDIANTE LA FE (Rom 1:18Rom 4:25)


II. — NUEVA VIDA EN CRISTO (Rom 5:1-21Rom 8:1-39)


III. — ISRAEL EN EL PLAN SALVADOR DE DIOS (Rom 9:1-33Rom 11:1-36)


IV. — LA CONDUCTA CRISTIANA (Rom 12:1Rom 15:13)


— Conclusión (Rom 5:14Rom 16:27)


Fuente:

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Notas

Romanos  11,12Co 11:22; Flp 3:5-7.


Romanos  11,21Sa 12:22; Jer 31:37; Sal 94:14.
Romanos  11,31Re 19:10; 1Re 19:4.
Romanos  11,41Re 19:18.
Romanos  11,4— el dios Baal: Baal (que significa “dueño”, “señor”, en el sentido de marido que fecunda a la esposa) es el dios cananeo de la fertilidad; los antiguos israelitas sucumbieron con frecuencia a la tentación idolátrica de rendirle culto.
Romanos  11,5— un resto: Ver nota a Rom 9:27.
Romanos  11,6— gracia: Varios mss., alguno de valor, añaden: y si es en virtud de méritos humanos, ya no es por gracia, ya que si fuera así, los méritos dejarían de ser méritos.
Romanos  11,8Deu 29:4; Isa 6:10.
Romanos  11,9— prosperidad: Lit. mesa, que debe entenderse con toda probabilidad como evocación de abundancia, riqueza y prosperidad; algunos autores, sin embargo, siguiendo la interpretación del Targum, la entienden como mesa de los sacrificios.
Romanos  11,10Sal 69:22-23.
Romanos  11,11— emulación de los judíos: Hasta el momento presente no se ha dado tal emulación, sino más bien una cerrada oposición al evangelio por parte de los judíos (ver Hch 13:45; Hch 17:5). Pablo espera que las cosas cambien.
Romanos  11,12Mat 8:11-12; Mat 21:43.
Romanos  11,12— su fracaso: La palabra griega aquí traducida significa decadencia, ruina, fracaso, y también “disminución”; en realidad, el “fracaso” de Israel consiste precisamente en que sólo un pequeño número de israelitas se han mantenido fieles. Este doble significado repercute en cómo deba entenderse el vocablo griego pléroma que en este mismo versículo se ha traducido por plenitud; puede tratarse de una plenitud cualitativa o cuantitativa, o bien de ambas a la vez.
Romanos  11,152Co 5:18-20.
Romanos  11,16— los primeros panes: Lit. las primicias, es decir, los primeros frutos de cualquier producto; en el presente caso el contexto indica claramente que se trata de panes (ver Núm 15:19-21).
Romanos  11,17— olivo silvestre: La comparación se establece entre el pueblo de Israel, que es el olivo fértil, y el resto de las naciones a las que Pablo personifica en un individuo a quien tacha de olivo silvestre, es decir, improductivo. Desde el punto de vista de la técnica botánica, la comparación es sorprendente, pues lo que debe injertarse es la rama fértil en el árbol silvestre, y no al revés, como sugiere Pablo. Parece que el Apóstol no atiende tanto a la técnica botánica cuanto a la fuerza de la imagen para expresar lo que él quiere.
Romanos  11,21— los tendrá contigo: Algunos mss. tratan de mitigar la dureza de la expresión y contienen una variante que se traduciría: tal vez tampoco los tenga contigo.
Romanos  11,25— el conjunto de las naciones: Lit. plenitud. No es fácil precisar el sentido de este término. ¿Quiere Pablo decir que llegará un tiempo en que todos los pueblos de la tierra serán cristianos? ¿O más bien hay que entender el vocablo pléroma en sentido cualitativo?.
Romanos  11,26Isa 59:20-21.
Romanos  11,27— mi alianza... restablecida: Ya la tradición judía entendía el pasaje de Isa 59:20-21 en sentido mesiánico. Pablo lo combina con Isa 27:9 y lo aplica a la conversión de Israel, que Cristo, el libertador, llevará un día a feliz término.
Romanos  11,28Deu 4:37.
Romanos  11,29Núm 23:19.
Romanos  11,32Gál 3:22.
Romanos  11,33— ¡Qué profundas...: Las acciones de Dios, por desconcertantes que a veces nos parezcan, siempre merecen la alabanza de los buenos (Sal 33:1). Por eso Pablo prorrumpe en este gozoso himno de alabanza.
Romanos  11,33Sal 139:6; Sal 139:17-18; Sab 17:1.
Romanos  11,34Isa 40:13; Job 15:8.
Romanos  11,35Job 41:11.
Romanos  11,361Co 8:6, Col 1:16-17; Heb 2:10.