Romanos  12 Libro del Pueblo de Dios (Levoratti y Trusso, 1990) | 21 versitos |
1 Por lo tanto, hermanos, yo los exhorto por la misericordia de Dios a ofrecerse ustedes mismos como una víctima viva, santa y agradable a Dios: este es el culto espiritual que deben ofrecer.
2 No tomen como modelo a este mundo. Por el contrario, transfórmense interiormente renovando su mentalidad, a fin de que puedan discernir cuál es la voluntad de Dios: lo que es bueno, lo que le agrada, lo perfecto.
3 En virtud de la gracia que me fue dada, le digo a cada uno de ustedes: no se estimen más de lo que conviene; pero tengan por ustedes una estima razonable, según la medida de la fe que Dios repartió a cada uno.
4 Porque así como en un solo cuerpo tenemos muchos miembros con diversas funciones,
5 también todos nosotros formamos un solo Cuerpo en Cristo, y en lo que respecta a cada uno, somos miembros los unos de los otros.
6 Conforme a la gracia que Dios nos ha dado, todos tenemos aptitudes diferentes. El que tiene el don de la profecía, que lo ejerza según la medida de la fe.
7 El que tiene el don del ministerio, que sirva. El que tiene el don de enseñar, que enseñe.
8 El que tiene el don de exhortación, que exhorte. El que comparte sus bienes, que dé con sencillez. El que preside la comunidad, que lo haga con solicitud. El que practica misericordia, que lo haga con alegría.
9 Amen con sinceridad. Tengan horror al mal y pasión por el bien.
10 Ámense cordialmente con amor fraterno, estimando a los otros como más dignos.
11 Con solicitud incansable y fervor de espíritu, sirvan al Señor.
12 Alégrense en la esperanza, sean pacientes en la tribulación y perseverantes en la oración.
13 Consideren como propias las necesidades de los santos y practiquen generosamente la hospitalidad.
14 Bendigan a los que los persiguen, bendigan y no maldigan nunca.
15 Alégrense con los que están alegres, y lloren con los que lloran.
16 Vivan en armonía unos con otros, no quieran sobresalir, pónganse a la altura de los más humildes. No presuman de sabios.
17 No devuelvan a nadie mal por mal. Procuren hacer el bien delante de todos los hombres.
18 En cuanto dependa de ustedes, traten de vivir en paz con todos.
19 Queridos míos, no hagan justicia por sus propias manos, antes bien, den lugar a la ira de Dios. Porque está escrito: Yo castigaré. Yo daré la retribución, dice el Señor.
20 Y en otra parte está escrito: Si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; si tiene sed, dale de beber. Haciendo esto, amontonarás carbones encendidos sobre su cabeza.
21 No te dejes vencer por el mal. Por el contrario, vence al mal, haciendo el bien.

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Introducción a Romanos 


Fue por medio de una revelacióncomo se me dio a conocer este misterio,tal como acabo de exponérselo en pocas palabras.Al leerlas, se darán cuentade la comprensión que tengo del misterio de Cristo,que no fue manifestado a las generaciones pasadas,pero que ahora ha sido revelado por medio del Espíritua sus santos apóstoles y profetas.
Eph_3:3-5
La paciencia del Señor es para nuestra salvación,como les ha escrito nuestro hermano Pablo,conforme a la sabiduría que le ha sido dada,y lo repite en todas las cartas donde trata este tema.En ellas hay pasajes difíciles de entenderque algunas personas ignorantes e inestablesinterpretan torcidamente,-como, por otra parte, lo hacen con el resto de la Escritura-para su propia perdición.
2Pe_3:15-16

CARTAS PAULINAS

Las Cartas de Pablo difieren unas de otras por su extensión y su contenido, pero todas tienen una capacidad común: la de ser escritos circunstanciales. Fueron enviadas para suplir una acción directa, que la ausencia del Apóstol hacía imposible, y están dirigidas a una comunidad o a una persona determinada. Sólamente dos de ellas -las Cartas a los Romanos y a los Efesios- intentan presentar de manera más sistemática una síntesis doctrinal. Si bien son verdaderas cartas, pocas veces tienen un caracter íntimo y familiar, porque generalmente tratan asuntos de interés común y se dirigen a toda la comunidad o a personas constituidas en autoridad. La breve nota que Pablo envía a su amigo Filemón presenta características algo diversas y constituye una excepción a esa regla general.
Estas Cartas no contienen toda la enseñanza de Pablo. Detrás de ellas, está su palabra viviente: el "kerygma", o sea, el primer anuncio del Evangelio destinado a suscitar la fe en Cristo, y la siguiente catequesis oral del Apóstol ( 1Co_11:23 ; 1Co_15:1-11 ; 2Th_2:5 ). Esto hace particularmente difícil la interpretación de algunos pasajes de sus Cartas, porque en ellas se alude muchas veces a hechos desconocidos para nosotros.
Las Cartas paulinas tienen el valor de un testimonio inmediato sobre la vida, las dificultades y el crecimiento de las comunidades cristianas en el mundo pagano. En ellas se encuentra vívidamente reflejada la excepcional personalidad de Pablo: su fe ardiente, su rica sensibilidad, su temperamento apasionado y combativo, su voluntad siempre tensa, aunque sujeta a desalientos pasajeros y, especialmente, su condición de Apóstol, con toda la fuerza que el lenguaje cristiano ha conferido a esta palabra. Ellas atestiguan también la progresión de su pensamiento, que no alcanzó de inmediato su forma definitiva, sino que se fue desarrollando gradualmente bajo el impulso del Espíritu.
A pesar del carácter ocasional de sus escritos, Pablo arroja en cada página una nueva luz sobre el misterio de Cristo y de la Iglesia. De este modo, él creó las fórmulas clásicas de la fe cristiana, asegurando con ello la definitiva autonomía de la Iglesia con respecto al Judaísmo.


CARTA A LOS ROMANOS

Pablo escribió la CARTA A LOS ROMANOS en un momento decisivo de su carrera apostólica. Ya había concluido su tercer viaje misionero, y se disponía a llevar a Jerusalén la colecta en favor de los pobres, que tan laboriosamente había recogido en Macedonia y Acaya ( 2Th_15:25-26 ). Consideraba que su misión en Oriente ya estaba terminada ( 2Th_15:19-20 ), y tenía proyectado emprender una nueva etapa en su obra de evangelización: su propósito era llevar la Buena Noticia a Occidente, desde Roma hasta España ( 2Th_1:13-15 ; 2Th_15:28 ), donde se le abría un campo de actividad todavía virgen.
Para preparar su visita a los cristianos de Roma, el Apóstol les envió una Carta, donde les exponía más detalladamente los mismos temas que ya había tratado en su Carta a los Gálatas. Pero aquí el tono es diferente. El ardor de la polémica se ha suavizado, y Pablo ha podido completar y matizar su pensamiento y sus expresiones. En una admirable síntesis doctrinal, describe la universalidad del pecado y la obra redentora de Cristo; la función de la Ley de Moisés en el designio salvífico de Dios y la justificación por la fe en Jesucristo; la libertad cristiana, el Bautismo y la nueva Vida en el Espíritu. Además, en esta Carta hay un tema desarrollado con particular amplitud: el de la situación del Pueblo judío en la nueva disposición divina, fundada sobre la fe en Cristo y no sobre las obras de la Ley.
La riqueza y la profundidad de su doctrina y la variedad de los temas tratados, han conferido a esta Carta una excepcional importancia dentro del Cristianismo.

Fuente: Libro del Pueblo de Dios (San Pablo, 1990)

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Notas

Romanos  12,1-21

1. Pablo pone de relieve que el "culto" por excelencia del cristiano es toda su vida, convertida en ofrenda "agradable" a Dios. De una manera especial, el apostolado (1.9; 15. 16), la fe ( Flp_2:17) y la ayuda a los necesitados ( 2Co_9:11-15; Flp_4:18; Heb_13:16).

4-5. Ver 1Co_12:12.

6-8. El tema de los "dones" o "carismas" se encuentra ampliamente desarrollado en 1 Cor. 12; 14. Ver Efe_4:11-12.

16. Pro_3:7.

17. Pro_3:4 (texto griego).

19. Deu_32:35. "Den lugar a la ira de Dios": esta expresión significa que Dios es el único que puede hacer justicia y castigar debidamente al pecador. Ver nota 1. 18; Heb_10:29-31.

20. Pro_25:21-22. Los "carbones encendidos" simbolizan probablemente el remordimiento y la vergüenza. La bondad hacia el enemigo es la mejor manera de llevarlo a un cambio de actitud y de hacerle deponer su enemistad.