Romanos  13 Biblia Peshitta en Español (Holman Bible Publishers, 2015) | 14 versitos |
1 Sométase toda persona a las autoridades superiores, porque no hay autoridad que no provenga de Dios, y las autoridades que hay son constituidas por Dios.
2 Así que el que se oponga a la autoridad, a lo ordenado por Dios se opone, y los que se opongan recibirán juicio,
3 porque los jueces no están para infundir temor por causa de las buenas acciones, sino por causa de las malas. Entonces, ¿quieres no tener temor a la autoridad? Haz lo bueno, y recibirás elogios de su parte,
4 porque es un ministro de Dios, aunque para tu bien; pero si haces lo malo, teme, porque no en vano porta la espada, porque es un ministro de Dios y un vengador de ira contra los que hacen lo malo.
5 Por esta razón necesitamos estar sometidos, no sólo por motivo de la ira, sino también por motivo de nuestra conciencia.
6 También por esta causa ustedes pagan impuestos, porque ellos son ministros de Dios que son constituidos para esto mismo.
7 Paguen, pues, a cada quien según lo que le deban: al que tributo, tributo; al que impuesto, impuesto; al que respeto, respeto; y al que honra, honra.
8 No deban a nadie nada, excepto el amarse unos a otros, porque el que ama a su prójimo ha cumplido la ley,
9 porque también ella dice: “NO MATARÁS, NO COMETERÁS ADULTERIO, NO ROBARÁS, NO CODICIARÁS”; y si hay otro mandamiento, se cumple en este precepto: AMARÁS A TU PRÓJIMO COMO A TI MISMO.
10 El amor no hace mal a su prójimo, porque el amor es el cumplimiento de la ley.
11 Y también sepan esto: ya es el tiempo y la hora de despertarnos del sueño, porque ahora está más próxima a nosotros la salvación que cuando creímos,
12 porque la noche está muy avanzada, y el día se aproxima. Por tanto, despojémonos de las obras de las tinieblas, y vistámonos con las armas de la luz;
13 conduzcámonos como de día, no en desenfrenos, ni en embriaguez, ni en lecho impuro, ni en envidias, ni en altercados,
14 sino vístanse de nuestro Señor Jesucristo, y no estén ansiosos por los deseos de su carne.

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Introducción a Romanos 

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