Deuteronomio  23 Libro del Pueblo de Dios (Levoratti y Trusso, 1990) | 26 versitos |
1 Ningún hombre tomará como esposa a una mujer de su padre, ni descubrirá el borde de la manta de su padre.
2 El que tenga los testículos mutilados o el pene cortado no será admitido en la asamblea del Señor.
3 El bastardo no será admitido no la asamblea del Señor, ni siquiera en la décima generación.
4 El amonita y el moabita no serán jamás admitidos en la asamblea del Señor, ni siquiera en la décima generación.
5 Porque ellos no se adelantaron para ofrecerles agua y alimento, cuando ustedes iban por el camino, a la salida de Egipto; y porque Moab contrató a Balaam, hijo de Beor, que era de Petor en Aram Naharaim, a fin de que te maldijera.
6 Pero el Señor, tu Dios, no quiso escuchar a Balaam, sino que cambió la maldición en bendición, sino que cambió la maldición en bendición, porque él te ama.
7 Por eso, mientras vivas, nunca busques su prosperidad y su bienestar.
8 En cambio, no consideres abominable al edomita, porque es tu hermano, ni tampoco al egipcio, porque tú fuiste huésped en su país.
9 A partir de la tercera generación, sus descendientes podrán ser admitidos en la asamblea del Señor.
10 Cuando emprendas una campaña contra tus enemigos, evita cuidadosamente toda acción indecente.
11 Si alguno de ustedes ha caído en estado de impureza a causa de una polución nocturna, saldrá fuera del campamento y no volverá a entrar en él.
12 Pero al llegar la tarde se levará, y al ponerse el sol entrará de nuevo en el campamento.
13 Tendrás, asimismo, un lugar fuera del campamento para hacer allí tus necesidades.
14 También llevarás una estaca en tu equipaje, y cuando salgas afuera para hacer tus necesidades, cavarás un hoyo con la estaca y luego lo volverás a tapar para cubrir tus excrementos.
15 Porque el Señor, tu Dios, recorrerá el campamento para protegerte y para poner a tus enemigos en tus manos. Por eso tu campamento será un lugar santo, y el Señor no debe ver en él nada indecente. De lo contrario se aparta de ti.
16 No entregarás al esclavo que acuda a ti huyendo de su dueño.
17 Se quedará contigo, entre los tuyos, en el lugar que él elija, en la ciudad que más le agrade; y no lo molestarás.
18 Ningún hombre o mujer israelita practicará la prostitución sagrada.
19 No llevarás a la Casa del Señor, tu Dios, la paga de una prostituta ni el salario de un perro, cualquiera sea el voto que hayas hecho: porque ambos son una abominación para el Señor, tu Dios.
20 No obligues a tu hermano a pagar interés, ya se trate de un préstamo de dinero, de víveres, o de cualquier otra cosa que pueda producir interés.
21 Podrás prestar a interés al extranjero, pero no a tu compatriota, para que el Señor, tu Dios, te bendiga en todas tus empresas, en la tierra de la que vas a tomar posesión.
22 Si hacer un voto al Señor, tu Dios, no tardes en cumplirlo, porque él no dejará de pedirte cuenta, y si no lo cumples, cometerás un pecado.
23 Si te abstienes de hacer votos, no cometes ningún pecado.
24 Sé un hombre de palabra, y cumple el voto que hagas espontáneamente al Señor, tu Dios, expresándolo con tus propios labios.
25 Si entras en la viña de tu prójimo, podrás comer todas las uvas que quieras, hasta quedar saciado, pero no guardarás nada en tu bolsa.
26 Si pasas por los sembrados maduros de tu prójimo, podrás arrancar espigas con la mano, pero no aplicarás la hoz.

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Introducción a Deuteronomio 


Deuteronomio


DEUTERONOMIO es una palabra de origen griego, que significa "segunda ley". Tal designación expresa sólo en parte el contenido del quinto libro del Pentateuco, ya que este, más que un código de leyes en sentido estricto, es una larga y vibrante exhortación destinada a "recordar" a Israel el sentido y las exigencias de la Alianza. De allí que las prescripciones concretas estén siempre acompañadas de advertencias y reproches, de promesas y amenazas.
El Deuteronomio está estructurado como una serie de discursos dirigidos por Moisés a los israelitas antes de su entrada en Canaán. Esta forma literaria se explica por las circunstancias que dieron origen a la composición del Libro. Desde tiempos muy antiguos, los sacerdotes levíticos prolongaron la actividad de Moisés, proclamando solemnemente en las celebraciones litúrgicas la Alianza del Señor con su Pueblo elegido. En estas celebraciones, ellos no se limitaban a repetir una Ley fijada para siempre, sino que la completaban y actualizaban, a fin de responder a nuevas situaciones y necesidades. Así las leyes contenidas en los códigos tradicionales de Israel se vieron enriquecidas con elementos originales de importancia, que luego quedaron consignados en la legislación deuteronómica. Entre estos aportes merecen especial atención la ley sobre la unidad del Santuario, los criterios para discernir a los auténticos profetas y las severas prescripciones contra la idolatría. Todo esto estaba destinado a contrarrestar el pernicioso influjo que la religión de Baal y los cultos cananeos ejercían sobre la fe de Israel.
La composición del Deuteronomio atravesó por diversas etapas. Su redacción primitiva puede situarse en el siglo VIII a.C., en los ambientes levíticos del reino del Norte. Después de la destrucción de Samaría, estos grupos se refugiaron en Judá y el Libro quedó depositado en los archivos del Templo de Jerusalén. En el año 622 a.C., el rey Josías mandó reparar el Templo, y allí se encontró un "libro de la Alianza" ( 2Ki_23:2 ), que fue leído en presencia del rey y dio un nuevo impulso a la reforma religiosa iniciada por él. Este "libro de la Alianza" era sin duda el Deuteronomio, aunque en una forma más breve que la actual. A partir de ese momento, la legislación deuteronómica se convirtió en objeto de asidua meditación y proporcionó un criterio de primer orden para interpretar toda la historia de Israel. Posteriormente, la obra original fue completada y enriquecida con nuevos aportes, hasta que pasó a formar parte del Pentateuco.
Entre todos los escritos del Antiguo Testamento, el Deuteronomio se destaca por su estilo peculiar. Su lenguaje es solemne, pero al mismo tiempo directo, cálido y preocupado por suscitar una incondicional fidelidad al Señor. Es un estilo que quiere hablar sobre todo al corazón. La repetición incansable de ciertas palabras y giros confiere a toda la obra una notable fuerza persuasiva.
El paso frecuente del "tú" al "ustedes" es otra característica del estilo deuteronómico. Esta alternancia es un procedimiento oratorio para interpelar a los oyentes: el "tú" apunta menos a los individuos en particular que a la conciencia de la comunidad, en la que cada uno debe verse representado y medir su propia responsabilidad.
El Deuteronomio traza para Israel un programa de vida, inspirado en la predicación de los Profetas, en los escritos sapienciales y en las tradiciones históricas del Pentateuco, desde los tiempos patriarcales hasta la entrada en la Tierra prometida. El Dios que aquí se manifiesta no es una divinidad fría y distante, sino el Dios misericordioso que está cerca de su Pueblo y le revela su Ley, porque lo ama y espera ser amado con la misma intensidad. De esa manera, el Deuteronomio marca un jalón decisivo en el camino hacia la revelación definitiva de Dios en el Nuevo Testamento, donde el Apóstol san Juan afirma: "Dios es amor, y el que permanece en el amor permanece en Dios, y Dios permanece en él" ( 1Jo_4:16 ).

Fuente: Libro del Pueblo de Dios (San Pablo, 1990)

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Notas

Deuteronomio  23,1-25

1. "Descubrir el borde de la manta" significa atentar contra el derecho del marido sobre su mujer. "Extender el borde de la manta" sobre una mujer, en cambio, designa el acto de tomarla por esposa ( Rut_3:9; Eze_16:8).

3. El significado de la palabra hebrea traducida por "bastardo" es oscuro. En los textos rabínicos designa al hijo nacido de relaciones incestuosas, pero en este contexto parece referirse a los hijos de israelitas casados con mujeres extranjeras.

18-19. La "prostitución sagrada" era una práctica muy difundida en Canaán. "Perro" es una expresión despectiva que en Fenicia designaba una categoría de servidores de los templos que ejercían dicha prostitución.