Hebreos 6 Libro del Pueblo de Dios (Levoratti y Trusso, 1990) | 20 versitos |
1 Por eso, dejando a un lado la enseñanza elemental sobre Cristo, vayamos a lo más perfecto, sin volver otra vez sobre las verdades fundamentales, como el arrepentimiento por las obras que llevan a la muerte y la fe en Dios.
2 la instrucción sobre los bautismos y la imposición de las manos, la resurrección de los muertos y el juicio eterno.
3 Esto es lo que vamos a hacer, si Dios lo permite.
4 Porque a los que una vez fueron iluminados y gustaron el don celestial, a los que participaron del Espíritu Santo
5 y saborearon la buena Palabra de Dios y las maravillas del mundo venidero,
6 y a pesar de todo recayeron, es imposible renovarlos otra vez elevándolos a la conversión, ya que ellos por su cuenta vuelven a crucificar al Hijo de Dios y lo exponen a la burla de todos.
7 Cuando la tierra es regada por abundantes lluvias y produce una buena vegetación para los que la cultivan, recibe de Dios su parte de bendición.
8 Pero si no produce más que espinas y abrojos, no tiene ningún valor, su maldición está próxima y terminará por ser quemada.
9 Queridos hermanos, aunque nos hayamos expresado de este modo, estamos convencidos de que ustedes se encuentran en la condición mejor, la que conduce a la salvación.
10 Porque Dios no es injusto para olvidarse de lo que ustedes han hecho y del amor que tienen por su Nombre, ese amor demostrado en el servicio que han prestado y siguen prestando a los santos.
11 Solamente deseamos que cada uno muestre siempre el mismo celo para asegurar el cumplimento de su esperanza.
12 Así, en lugar de dejarse estar perezosamente, imitarán el ejemplo de aquellos que por la fe y la paciencia heredan las promesas.
13 Porque cuando Dios hizo la promesa a Abraham, como no podía jurar por alguien mayor que él, juró por sí mismo,
14 diciendo: Sí, yo te colmaré de bendiciones y te daré una descendencia numerosa.
15 Y por su paciencia, Abraham vio la realización de esta promesa.
16 Los hombres acostumbran a jurar por algo más grande que ellos, y lo que se confirma con un juramento queda fuera de toda discusión.
17 Por eso Dios, queriendo dar a los herederos de la promesa una prueba más clara de que su decisión era irrevocable, la garantizó con un juramento.
18 De esa manera, hay dos realidades irrevocables -la promesa y el juramento- en las que Dios no puede engañarnos. Y gracias a ellas, nosotros, los que acudimos a él, nos sentimos poderosamente estimulados a aferrarnos a la esperanza que se nos ofrece.
19 Esta esperanza que nosotros tenemos, es como un ancla del alma, sólida y firme, que penetra más allá del velo,
20 allí mismo donde Jesús entró por nosotros, como precursor, convertido en Sumo Sacerdote para siempre, según el orden de Melquisedec.

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Introducción a Hebreos


CARTA A LOS HEBREOS

A pesar de su conclusión en estilo epistolar, este largo escrito presenta el aspecto de una homilía o sermón litúrgico. Sus destinatarios tenían necesidad de unas "palabras de exhortación" (13. 22), porque su fe estaba en peligro. Después del primer entusiasmo de la conversión, se habían dejado arrastrar por la fatiga y el desaliento. Algunos desertaban de las asambleas cultuales, y su formación cristiana dejaba mucho que desear. Por otra parte, las pruebas y persecuciones habían provocado el desconcierto.
Para exhortar a los cristianos a seguir el camino que conduce de este mundo perecedero al mundo celestial, el autor presenta a Jesucristo como el Sumo Sacerdote que con su muerte selló la Nueva Alianza entre Dios y los hombres, y que ahora ejerce en el cielo una mediación eterna. A la vez, describe el itinerario del nuevo Pueblo de Dios en marcha hacia la Tierra prometida, bajo la guía del mismo Jesucristo. La comparación con los personajes e instituciones del Antiguo Testamento destaca la suprema grandeza de Cristo y la superioridad de la Nueva Alianza con respecto a la Antigua.
En esta CARTA A LOS HEBREOS no hay nada que no esté de acuerdo con el pensamiento de Pablo, pero el estilo, el vocabulario y la manera de interpretar el Antiguo Testamento reflejan una personalidad que no es la del Apóstol. Al respecto, son muy acertadas las palabras de Orígenes, escritor cristiano del siglo II: "Los pensamientos son de Pablo, pero las frases y la redacción son de otra persona... Unicamente Dios sabe quién escribió esta Carta". Lo que sí puede establecerse con certeza es que el autor es un judío helenista, muy buen conocedor de la traducción griega del Antiguo Testamento, cuyos destinatarios son cristianos provenientes del Judaísmo. En cuanto al lugar y fecha de composición, es muy probable que la misma haya sido escrita en Roma (13. 24), entre los años 70 y 80.

Fuente: Libro del Pueblo de Dios (San Pablo, 1990)

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Notas

Hebreos 6,1-20

1-2. Aquí se enumeran los temas más relevantes v de la catequesis bautismal en la iglesia primitiva. La «instrucción sobre los bautismos» se refería a las características que distinguían el bautismo cristiano de las purificaciones rituales practicadas por los judíos, incluido el bautismo de Juan ( Hec_18:25; Hec_19:1-5). La «imposición de las manos», probablemente, formaba parte del rito bautismal y tenía por finalidad hacer visible la índole particular del bautismo cristiano, que confiere el Espíritu Santo al nuevo bautizado. Ver nota 1Ti_4:14.

4-6. Aquí se trata, lo mismo que en 102Cr_26:31, del pecador que voluntariamente abandona la fe y rechaza la gracia de Dios. El estado de obstinación en que este se encuentra hace prácticamente imposible una nueva conversión, y atrae sobre él, de manera inevitable, eI justo Juicio de Dios. «iluminados»: esta expresión tiene su origen en el hecho de que en la iglesia primitiva, el bautismo solía designarse con eI nombre de «iluminación». Ver 10.32; Efe_5:8-14.

8. Gn. 3. 17-l8.

9. «La condición mejor» es la de los cristianos que han conservado fielmente los dones recibidos, y se contrapone a la descrita en los vs. 4-6. La parábola de los vs. 7-8 ilustra estas dos situaciones opuestas y señala el termino de las mismas: el Juicio de Dios y la bendición divina.

13-14. Gn. Z2. 1 6- 1 7.

19. Lev_16:2.

20. Sal_110:4.