Tobías 10 Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011) | 14 versitos |
1 Tobit, mientras tanto, calculaba los días que tardaría su hijo en el viaje de ida y vuelta. Cuando pasaron esos días sin que Tobías volviera,
2 pensó: «Quizá se haya entretenido allí. O quizá haya muerto Gabael y nadie le entregue el dinero».
3 Y empezó a preocuparse.
4 Ana, su mujer, decía: «Mi hijo ha muerto. Mi hijo ya no vive». Lloraba y se lamentaba, diciendo:
5 «¡Ay de mí, hijo, luz de mis ojos! ¿Por qué te dejaría marchar?».
6 Tobit la consolaba: «¡Calla!, mujer, no te preocupes. Seguro que está bien. Habrán tenido que retrasarse. Pero su compañero es hombre de confianza y pariente nuestro. No te inquietes por él, mujer, que volverá pronto».
7 Pero ella protestaba: «¡Déjame! No me vengas con engaños. Mi hijo ha muerto». Día tras día se asomaba al camino por donde su hijo había marchado. No hacía caso a nadie. Cuando se ponía el sol, volvía a casa y pasaba las noches sin poder dormir, lamentándose y llorando.
8 Al cumplirse los catorce días de fiesta con que Ragüel había decidido celebrar la boda de su hija, Tobías se dirigió a él y le dijo: «Permíteme regresar. Seguro que mis padres se imaginan que no volverán a verme. Por favor, padre, déjame regresar al lado de mi padre. Ya sabes en qué situación lo dejé».
9 Ragüel le respondió: «Quédate, hijo; quédate conmigo. Yo mandaré noticias de ti a tu padre Tobit». Pero Tobías replicó: «No. Te ruego que me permitas volver a casa de mi padre».
10 Entonces Ragüel, sin más dilación, le entregó a Sara, su esposa, y le dio la mitad de cuanto poseía: criados y criadas, vacas y ovejas, asnos y camellos, ropa, dinero y utensilios.
11 Se despidió de Tobías con un abrazo, diciéndole: «Adiós, hijo, que tengáis buen viaje. Que el Señor del cielo os guíe, a ti y a Sara, tu mujer, y que yo viva para ver a vuestros hijos».
12 A su hija Sara le dijo: «Ve a casa de tu suegro. Ahora ellos son tan padres tuyos como los que te hemos dado la vida. Ve en paz, hija. Espero oír buenas noticias de ti mientras viva». Y abrazándolos, los dejó marchar.
13 Por su parte, Edna dijo a Tobías: «Hijo y querido hermano, que el Señor te devuelva a casa y que yo viva para ver a vuestros hijos. Delante del Señor te confío a mi hija. No le hagas daño jamás. Ve en paz, hijo. Desde ahora soy tu madre y Sara tu mujer. Que todos vivamos felices hasta el fin de nuestros días». Besó a los dos y se despidió de ellos.
14 Tobías abandonó la casa de Ragüel sano y salvo, dando gracias al Señor de cielo y tierra, rey del universo, por el éxito de su viaje. Ragüel le dijo: «Que Dios te conceda honrar a tus padres toda su vida».

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Introducción a Tobías

TOBÍAS

Este libro recoge la historia de Tobit y su hijo Tobías. Se trata de una obra didáctica, con un contenido religioso y moral muy amplio. Abundan los actos de piedad cotidianos, que son propuestos como modelo: limosna (Tob 1:3; Tob 1:8; Tob 1:16 s), peregrinaciones a Jerusalén, diezmos (Tob 1:6-8), alimentos puros (Tob 1:11), enterrar a los muertos (Tob 1:17), respeto y amor a los padres (Tob 6:15; Tob 10:8, Tob 10:13; Tob 14:11-13), matrimonio dentro de la misma familia (Tob 6:12, Tob 6:16, Tob 6:19; Tob 7:10). También hay doctrina moral, de tipo sapiencial, en los discursos intercalados de los protagonistas (Tob 4:3-19; Tob 4:21; Tob 12:7-10; Tob 14:8). Es obra de un judío de la diáspora, conocedor y cumplidor de la ley, que escribe para otros israelitas de la diáspora. Su datación puede situarse hacia el 200 a.C.: ya se había reconstruido el templo posterior al exilio y se había fijado el canon de los profetas, pero todavía no había llegado la crisis macabea.

Fuente: Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011)

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Notas

Tobías 10,1-12*4-11 Constituye la parte central del relato y se desarrolla en un viaje de ida y vuelta desde Nínive a Ecbatana y Ragués en el que Dios realiza la salvación de Tobit y Sara.