Sabiduría 13 Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011) | 19 versitos |
1 ° Son necios por naturaleza todos los hombres que han ignorado a Dios | y no han sido capaces de conocer al que es a partir de los bienes visibles, | ni de reconocer al artífice fijándose en sus obras,
2 sino que tuvieron por dioses al fuego, al viento, al aire ligero, | a la bóveda estrellada, al agua impetuosa | y a los luceros del cielo, regidores del mundo.
3 Si, cautivados por su hermosura, los creyeron dioses, | sepan cuánto los aventaja su Señor, | pues los creó el mismo autor de la belleza.
4 Y si los asombró su poder y energía, | calculen cuánto más poderoso es quien los hizo,
5 pues por la grandeza y hermosura de las criaturas | se descubre por analogía a su creador.
6 Con todo, estos merecen un reproche menor, | pues a lo mejor andan extraviados, | buscando a Dios y queriéndolo encontrar.
7 Dan vueltas a sus obras, las investigan | y quedan seducidos por su apariencia, porque es hermoso lo que ven.
8 Pero ni siquiera estos son excusables,
9 porque, si fueron capaces de saber tanto | que pudieron escudriñar el universo, | ¿cómo no encontraron antes a su Señor?
10 Son, pues, unos infelices, con la esperanza puesta en cosas sin vida, | los que llamaron dioses a obras hechas por manos humanas: | oro y plata labrados con arte, representaciones de animales | o una piedra inútil, esculpida hace mucho tiempo.
11 Pongamos por ejemplo a un leñador: | tala un árbol de fácil manejo, | lo descorteza hábilmente y, trabajando con destreza, | fabrica un objeto útil para usos comunes.
12 Con los desechos de su trabajo | se prepara una comida que le deja satisfecho;
13 y con el último desecho que para nada sirve, | un palo torcido y lleno de nudos, | lo coge y lo talla en sus ratos de ocio; | y con destreza reposada lo modela | hasta sacar una imagen humana
14 o la figura de cualquier vil animal. | Lo embadurna de minio, pinta su cuerpo de rojo | y recubre todos sus defectos.
15 Luego le prepara una hornacina digna | y lo coloca en la pared asegurándolo con clavos.
16 Para que no se le caiga, toma sus precauciones, | sabiendo que no puede valerse por sí mismo, | pues es una imagen y necesita ayuda.
17 Sin embargo, le reza por su hacienda, bodas e hijos, | sin avergonzarse de hablar con un ser inanimado; | pide la salud a quien está enfermo,
18 ruega por la vida a un muerto, | solicita ayuda al más torpe | y un viaje feliz al que ni siquiera puede andar;
19 y para las ganancias, las empresas y el éxito de sus tareas, | pide ayuda al que menos puede dársela.

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Introducción a Sabiduría

SABIDURÍA

Es este el último libro, cronológicamente hablando, del Antiguo Testamento. Su autor, que se presenta en la primera parte como el rey Salomón (un nuevo caso de ficción literaria), fue un judío profundamente religioso de la diáspora alejandrina. Abierto a la cultura griega y auténtico conocedor de la tradición de sus antepasados, escribió su obra probablemente en Alejandría de Egipto en los primeros años del reinado de Augusto (30 a.C.-14 d.C.). Se dirige en primer lugar a sus compatriotas judíos, cuya fidelidad al yahvismo estaba en peligro por el auge de la civilización alejandrina (escuelas filosóficas, religiones mistéricas, astrología, hermetismo, cultos populares) y también al mundo pagano, especialmente a los ambientes más sensibles a la problemática religiosa. Aunque en su composición se sirve de conceptos, categorías y términos de la filosofía platónica, del estoicismo y del epicureísmo para trasmitir su mensaje, su principal fuente de inspiración es, sin duda alguna, el Antiguo Testamento: Ley, Profetas y Escritos. Es un sabio de Israel, cuyo pensamiento se nutre de la Escritura y cuya máxima preocupación es exhortar a la búsqueda de la sabiduría como camino para llegar a Dios.

Fuente: Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011)

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Notas

Sabiduría 13,1-19*10-19 A partir de Sab 10:1, y hasta el final del libro, la sabiduría se revela por medio de su intervención en la historia humana, desde los orígenes hasta la salida de Egipto (Sab 10:1-21; Sab 11:1-26; Sab 12:1-27 y Sab 16:1-29; Sab 17:1-21; Sab 18:1-25; Sab 19:1-22). Estas dos grandes meditaciones sobre el Éxodo, interrumpidas por una digresión sobre la idolatría (Sab 13:1-19; Sab 14:1-31; Sab 15:1-19), siguen un mismo esquema a partir de la oposición israelitas (justos salvados) - egipcios (impíos castigados).


Sabiduría 13,1-19*13-15 Aquí el autor critica duramente tres formas de idolatría: el culto a las fuerzas de la naturaleza, a los ídolos o imágenes y a los animales. El objetivo de su discurso es demostrar que la idolatría es la necedad máxima del ser humano y que además es fuente de injusticia y de otros vicios.