Ezequiel  3, 22-24

El profeta privado de la palabra

Sentí sobre mí la mano del Señor, que me dijo: — Vete de inmediato a la llanura, que voy a hablarte allí. º Me puse inmediatamente en marcha hacia la llanura, y allí estaba la gloria del Señor (era la gloria que había visto a orillas del río Quebar). Al verla, caí rostro en tierra. El espíritu penetró en mí y me puso de pie; a continuación me habló así: — Vete y enciérrate en tu casa.
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