Ezequiel  31, 8-9

No lo igualaban los cedros plantados en el jardín de los dioses º; tampoco podían los cipreses competir con su hermoso follaje; los castaños no lucían su ramaje. Ningún árbol del jardín de los dioses podía igualarlo en hermosura. Lo hice hermoso, cuajado de fronda, lo envidiaban los árboles de Edén º, plantados en el jardín de los dioses. º
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