Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
Saúl a la caza de David (26:1-6).
1
Vinieron los de Zif a Saúl, a Gueba, y le dijeron que David estaba en la colina de Jaquila, al mediodía del desierto; 2
y Levantándose, bajó al desierto de Zif, llevando consigo tres mil hombres, escogidos de Israel, al desierto de Zif, en busca de David. 3
Acampó Saúl sobre la colina de Jaquila, frente al desierto, junto al camino. David andaba por el desierto. Sabiendo David que había venido Saúl al desierto en busca suya, 4
mandó espías que le informaran que Saúl venía por el camino de Queila. 5
Levantóse y fue al campo donde acampaba Saúl y exploró el lugar donde dormía con Abner, hijo de Ner, jefe de su ejército. Dormía Saúl en la barricada, en derredor de la cual acampaba la gente. 6
Dirigiéndose, pues, a Ajimelec, jeteo, y a Abisaí, hijo de Sarvia, hermano de Joab, les dijo: ¿Quién baja conmigo al campo de Saúl? Abisaí contestó: Yo bajaré contigo. Al leer el texto, asoma a la mente la duda de si nos hallamos frente a una repetición, con algunos pormenores nuevos, de los sucesos narrados en el c.24, o de dos versiones diferentes de un mismo hecho. Cree De Vaux que se trata de dos maneras de poner de relieve la generosidad de David, no excluyendo una influencia recíproca de los dos relatos en su redacción final. Anomalías que se observan en el texto sugieren que aun esta segunda tradición no es homogénea; a veces se decía que fue David sólo a por la lanza de Saúl (v.22); otras, que fueron David y Abisaí (v.6-7:11) los que se apoderaron de la lanza y de la cantimplora de Saúl (v. 11-12.16). Algunos autores (Ubach, Mediebelle, Leimbach) ven en el texto el relato de hechos distintos de los que aparecen en el c.24. En efecto, hay diferencias de lugar (Zif), de tiempo (medianoche, cuando todo el mundo duerme), de personas (Abisaí, Abner) y de discursos. De nuevo son los de Zif (23:19) los que denuncian la presencia de David en su tierra. Gomo en 24:3, acude allí Saúl con tres mil hombres, acampando en la colina de Jaquila (23:19). David, de noche acaso, como dice el texto griego, marchó en secreto a inspeccionar el campo donde dormían Saúl y Abner (14:51; 17:55). De regreso a su campamento invitó a Ajimelec, jeteo, con nombre hebreo (21:2; 22:9), y a Abisaí a ir con él al campamento enemigo. Abisaí era hijo de Seruya, hermana de David, la cual, según 1
1Cr_2:16, tuvo tres hijos: Joab, Abisaí y Azael (
2Sa_2:18). De Ajimelec no se tienen otras noticias.
David en el campamento de Saúl (2Sa_26:7-12).
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Llegaron David y Abisaí y encontraron a Saúl durmiendo en el medio del campamento, con la lanza clavada en tierra, junto a la cabecera. Abner y la gente dormía en torno de él. 8
Abisaí dijo a David: Dios ha entregado hoy en tus manos a tu enemigo. Déjame que ahora mismo le atraviese con mi lanza y de un golpe le clave en la tierra; no tendré que repetir. 9
Pero David le dijo: No le mates. Quien pusiere su mano sobre el ungido de Yahvé, ¿quedaría impune? 10
Y añadió: Tan cierto como vive Yahvé que, si no le hiere él y le llega su día y muere, o muere en la guerra, 11
Yahvé me libre de poner la mano sobre su ungido. Tome la lanza y el jarro que está junto a la cabecera, y vamonos. 12
Llevóse David la lanza y el jarro que estaban junto a la cabecera de Saúl y se fueron. Nadie los vio, ni se dio nadie cuenta de nada; nadie se despertó, todos dormían, pues había hecho caer Yahvé sobre ellos un profundo sopor.
David y su sobrino Abisaí llegaron al campamento enemigo, encontrando a Saúl durmiendo en medio del campamento, rodeado de los oficiales de la tropa y del bagaje. A no frenar David los ímpetus juveniles de su sobrino, acababa allí Saúl sus días. Como en 24:5-11. impide también aquí David que Abisaí levante su mano contra el ungido de Yahvé. Con un juramento (14:39; 19:6; 20:1) asegura David que Dios herirá a Saúl (25:38), haciendo que perezca de muerte natural o en combate. Afirma el autor sagrado que este hecho pudo llevarse a cabo gracias a que Yahvé hizo caer sobre ellos un profundo sopor (
tardemath Yahweh;
Gen_2:21;
Gen_15:12).
David habla a Saúl y a Abner (Gen_26:13-25).
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David pasó al otro lado y se puso lejos, sobre la cumbre de una colina, separándolos largo trecho, 14
y gritó a la gente y a Abner, hijo de Ner: ¡Abner! ¿No contestas? Abner respondió: ¿Quién eres tú que así me llamas? 15
David dijo a Abner: ¿No eres tú un valiente? ¿Quién como tú en Israel? ¿Cómo no guardas a tu rey y señor? 16
Alguien ha venido a matar al rey, tu señor. Eso no está bien. Como vive Yahvé, que mereces la muerte por no guardar a tu señor, el ungido de Yahvé. Busca la lanza y el jarro que tenía el rey junto a su cabecera. 17
Saúl conoció la voz de David y dijo: ¿Eres tú, hijo mío, David? David contestó: Yo soy, ¡oh rey, mi señor! 18
y añadió: ¿Por qué persigue el rey a su siervo? ¿Qué he hecho yo? ¿Qué crimen he cometido? 19
Si es Yahvé quien te excita contra mí, que El reciba el olor de una ofrenda; pero, si son los hombres, malditos sean de Yahvé, pues me echan ahora de mi puesto en la heredad de Yahvé, diciendo: Vete a servir a dioses ajenos, 20
Que no caiga mi sangre sobre la tierra lejos de la faz de Yahvé, ya que el rey se ha puesto a perseguirme como se persigue por los montes a una perdiz. 21
Saúl dijo: He pecado. Vuelve, David, hijo mío, que yo no te haré ya mal, puesto que mi vida ha sido hoy preciosa a tus ojos. He obrado como un insensato y he faltado mucho. 22
David respondió: Aquí tienes tu lanza, rey. Que venga un mozo a buscarla. 23
Yahvé dará a cada uno según su justicia y su fidelidad. Hoy te ha puesto en mis manos, y yo no he querido alzar mi mano contra el ungido de Yahvé. 24
Como ha sido hoy preciosa tu vida a mis ojos, así lo sea la mía a los ojos de Yahvé y me libre él de toda angustia. 2 5
Saúl dijo a David: ¡Bendito seas hijo mío, David! Afortunado serás en todas tus empresas' David prosiguió su camino y Saúl se volvió a su casa.
David reprocha a Abner de no custodiar convenientemente al monarca. Para David son los hijos de hombre (
Gen_11:5;
Deu_32:8) los que pretenden arrojarle de la heredad de Yahvé (
Deu_4:20;
Deu_9:26) y hacer que se ponga al amparo y protección de los dioses dé la nación a que vaya. En una palabra, pretenden que David abjure de su religión, que abandone a Yahvé y rinda culto a los dioses extranjeros. Era muy difundida la creencia de que los dioses tenían una zona de influencia limitada por las fronteras de la nación Que 11:24; y 20:23). A la tierra extranjera era equiparado el desierto, considerado como tierra maldita, lugar donde no llega la acción bienhechora de Dios; país donde mandan los sátiros Lilit y Azazel (
Isa_13:21;
Isa_34:13-15)·
Saúl se arrepiente de su proceder y acaba por anunciar a David que será afortunado en todas sus empresas. Cada uno de los contratiempos que sufre David sirven para que sus enemigos, o las personas allegadas a ellos, proclamen que
Yahvé le creará una casa estable (
Isa_25:28), que la realeza de Israel se afirmará en sus manos (
Isa_24:21) y que afortunado serás en todas tus empresas (
Isa_26:25). En nuestro texto, Saúl se reconoce pecador, confiesa que su falta es obra de un insensato.