Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
3. La hora del castigo divino.
Los crímenes y la ruina de Nínive (1-7).
1 ¡Ay de la ciudad sanguinaria, toda llena de mentira y de violencia y de inexhaustas rapiñas! 2 ¡Restallido de látigo, estruendoso rodar de ruedas, galopar de caballos y rebotar de carros, jinetes enhiestos, espadas relampagueantes, lanzas fulgurantes! 3 Muchedumbre de heridos, montones de cadáveres, cadáveres sin fin, por doquier se tropieza con ellos. 4 Por las numerosas fornicaciones de la ramera, de encantadores atractivos, maestra en brujerías, que con sus fornicaciones seducía a las naciones y con sus hechicerías engañaba a los pueblos. 5 Heme aquí contra ti, dice Yahvé de los ejércitos; yo alzaré tus faldas hasta tu cara, descubriendo a las gentes tu desnudez y mostrando a los reinos tus vergüenzas. 6 Arrojaré sobre ti tus inmundicias, te cubriré de ignominia y te daré en espectáculo. 7Y sucederá que cuantos te vean se apartarán de ti, diciendo: ¡Ha sido destruida Nínive! ¿Quién se compadecerá de ella? ¿Dónde buscaré consoladores? De nuevo el profeta describe la invasión de los enemigos de Nínive, que llevan la mortandad y la devastación. Se acusa a Nínive de haber cometido
fornicaciones, seduciendo a las naciones (v.4). En la literatura profética, la palabra
fornicación, aplicada a Israel, tiene el sentido de
idolatría, pues Israel estaba unida con un pacto a Yahvé como único Esposo l
; por eso sus idolatrías representaban una infidelidad a este matrimonio espiritual. Pero en el caso de Nínive no parece que encaje esta acepción de
fornicación aplicable a la idolatría. Más bien parece que aquí se presenta a la gran metrópoli como una
meretriz, que con sus seducciones engañaba a las pequeñas naciones para que le entregaran sus tesoros.
Por otra parte, la expresión
maestra en brujerías a parece aludir a las encantaciones que tanto se cultivaban en Mesopotamia, y de cuyas prácticas queda una abundante literatura. En todo caso, aquí el símil central es el de la
cortesana desvergonzada, que abusa de su situación privilegiada para atraerse amantes (los pueblos limítrofes). Como a tal la va a tratar Yahvé, ya que descubrirá sus vergüenzas ante las naciones para que la reconozcan como cortesana (í·5) Õ 1a desprecien como tal. Al caer en manos de sus enemigos invasores, las naciones antes seducidas se
apartarán de ella espantadas:
¡Ha sido destruida Nínive! (v.7). Y entonces a la hora de la ruina nadie se compadecerá de ella.
Asiría seguirá la suerte de Egipto (8-10).
8 ¿Eres tú mejor que No-Amón, la que se asentaba entre ríos, la rodeada de aguas, cuyo baluarte era el mar y cuyas murallas eran las aguas? 9 Su fuerza eran Etiopía y Egipto, no tenía fin; Put y Libia eran sus mercenarios, 10 y, con todo, se fue prisionera al desierto, y sus niños fueron estrellados en las encrucijadas de todas sus calles, y sus nobles fueron echados a suertes, y sus grandes fueron cargados de cadenas. Asiría no debe confiar en su poderío actual, pues otro imperio tan fuerte como el suyo (Egipto) desapareció:
¿Eres tú mejor que No-Amón? (Tebas).
Amón era el dios principal de Tebas, y No es el nombre que en la Biblia y en las inscripciones de Asurbanipal se da a
Tebas2, la capital del Alto Egipto. Aquí, pues, No-Amón es el símbolo del imperio de los faraones, venido a menos desde que los imperios mesopotámicos hicieron irrupción en la costa siro-fenicio-palestina. La situación privilegiada de Egipto
(sentada entre ríos o canales del Nilo) no lo salvó en el tiempo de la invasión.
De hecho, los reyes de Asiría Asaradón y Asurbanipal llegaron hasta el mismo Tebas en 663 a.C. Nahum se hace eco de este acontecimiento insólito, e insiste en que, a pesar de estar Egipto separado por las aguas, fue presa del coloso asirio, sin que le valiera la ayuda que le prestaron
Etiopia, Put y Libia (v.9). La dinastía XXV egipcia, con capital en Tebas, era de origen etiópico, y fue la que sufrió el desastre bajo Asurbanipal.
Put se suele identificar con la zona geográfica que actualmente ocupa Somalia; era famosa por sus riquezas y como punto de convergencia comercial con Arabia y la India.
Libia es la región que actualmente lleva el mismo nombre al oeste de Egipto.
El profeta destaca estas naciones auxiliares de Egipto para mostrar que, a pesar de la fuerza conjunta de ellas, el imperio de los faraones se hundió estrepitosamente cuando los ejércitos asirios hicieron irrupción en el Alto Egipto en la segunda expedición de Asurbanipal en 663 a.C. Este rey en sus crónicas se gloría de haber saqueado totalmente a Tebas, llevando a su población cautiva al destierro. Es a lo que se refiere Nahum en su oráculo: Se
fue prisionera.; sus nobles fueron echados a suerte y sus grandes fueron cargados de cadenas (v.10). El invasor asirio sufrirá la misma suerte. El profeta vaticina el desastre de Nínive unos cuarenta años después de la ruina de Tebas, cuando el imperio asirio empieza a declinar en los últimos años de Asurbanipal (668-625 a.C.).
La ruina total de Nínive (11-19).
11 También tú serás embriagada, serás objeto de escarnio 3; también tú irás en busca de un refugio contra el enemigo. 12 Todas tus plazas fuertes son higueras con brevas, que al sacudirse caen en la boca de quien las come. 13 He aquí que tu pueblo es en medio de ti (como) mujeres. Las puertas de tu país se abren de par en par al enemigo; el fuego devora las barras de tus puertas. 14 Abastécete de agua para el asedio,fortifica tus plazas, pisa el barro, amasa la arcilla y coge el molde de los ladrillos. 15 Allí te devorará el fuego, allí te exterminará la espada, te devorará como te devora la langosta. Multiplícate como la langosta, amontónate como el salta-monte. I 16 Multiplicaste tus mercaderes más que las estrellas del cielo; la langosta se deslarva y se va. 17 Tus dignatarios *son como saltamontes,y tus escribas como enjambre de langostas', que en día de frío se amontonan sobre el vallado, sale el sol y levantan el vuelo, sin que pueda conocerse el lugar adonde se fueron. 18 Tus pastores, ¡oh rey de Asur! están dormidos; tus grandes, tumbados; tu pueblo está disperso por los montes, sin que haya quien le congregue. 19 Tu ruina no tiene remedio, tu herida es incurable. Cuantos oigan hablar de ti batirán palmas por tu causa, porque ¿sobre quién no descargó sin tregua tu maldad? El profeta anuncia claramente que la suerte de Asiría no va a ser mejor que la del imperio faraónico, pues tendrá que experimentar los efectos de la justicia vengadora de Yahvé:
Tú también serás embriagada (con la copa de la ira divina). Es inútil que Nínive intente defenderse ante los invasores, pues está madura para la derrota, y sus fortalezas caerán con la facilidad con que caen las brevas al sacudirse en la boca de quien las come (v.12). Los varones de Asiría no opondrán resistencia, pues son débiles como mujeres (v.13); por eso las puertas se abren de par en par al enemigo.
Irónicamente, el profeta invita a los habitantes de Nínive a apresurar los trabajos de defensa:
Abastécete de agua para el asedio, amasa la arcilla. (v.14). Pero de nada servirán estos esfuerzos postumos, porque lo
devorará todo el fuego (v.15). La gran metrópoli perecerá en un momento, como consumida por un fuego devorador o un enjambre de langostas. La mención de la
langosta4 le sirve al profeta para ampliar la comparación e invitar sarcásticamente a los ninivitas a multiplicarse como las langostas y emprender el vuelo, librándose del peligro:
multiplícate como la langosta. (v.15).
La frase
multiplicaste tus mercaderes más que las estrellas del cielo parece fuera de lugar, y probablemente es una glosa alusiva al emporio comercial de Nínive en sus tiempos de gloria. El glosista pudo intercalar entre las amenazas del profeta este recuerdo irónico para los felices tiempos pasados. La frase
la langosta se deslarva y se va puede aludir al carácter efímero de la prosperidad comercial de Nínive, que desapareció como las langostas después que han salido de su estado larvario; y debe de ser glosa de la misma mano que la anterior.
De nuevo la imagen de las
langostas es aplicada por el profeta a los funcionarios asirios. El imperio está al caer, y sus
dignatarios y escribas, o funcionarios públicos, están como aletargados, sin saber reaccionar como
enjambre de langostas en día frío sobre el vallado (v.17); pero llegan los primeros calores del
sol y levantan el vuelo. Así, los responsables de la dirección del imperio están tranquilos; pero, cuando se acerque la hora de peligro, abandonarán su puesto, como un
enjambre de langostas, dispersándose para salvar su vida.
El imperio se halla en una situación débil y expuesta a todo peligro, ya que sus responsables, sus
pastores y
grandes, están como adormilados, sin darse cuenta del peligro (v.18), entregados a un puro mecanismo burocrático desganado, sin autoridad e incapaz de resistir los ataques que se avecinan. Como consecuencia de esta indolencia, el pueblo se halla como un rebaño
disperso por los montes, inconsciente del peligro que se avecina; y, por otra parte, no hay voces responsables
que le congreguen. El imperio asirio morirá de agotamiento y cansancio, como todos los imperios. Su
ruina, pues, no tiene remedio, ya que está herido
con herida incurable (v.19). Y los pueblos sojuzgados están esperando la hora de levantar la cabeza y batir palmas por la desaparición del imperio tiránico asfixiante. Todos los pueblos han sufrido sus arbitrariedades y sus exacciones (¿
sobre quién no descargó sin tregua tu maldad? v.19), y por eso todos se sentirán alegres por la destrucción de Nínive, símbolo de la opresión esclavizadora.
1 Cf.
Ose_2:4ss. 2 Cf.
Jer_46:25;
Eze_30:145. 3
Bib. de Jér.: serás dominada. 4 Las palabras que hemos traducido por
langostas y
saltamontes son en hebreo
yeleq, que parece ser la
larva de la langosta, mientras que el
arbeh sería ya la langosta formada.