Jeremías  16, 1-8


Simbolismo de la vida del profeta.
Me dirigió Yahvé la palabra en estos términos: No tomes mujer ni tengas hijos ni hijas en este lugar. Que así dice Yahvé de los hijos e hijas nacidos en este lugar, de sus madres que los dieron a luz y de sus padres que los engendraron en esta tierra: De muertes miserables morirán, sin que sean plañidos ni sepultados. Se volverán estiércol sobre la faz del suelo. Con espada y hambre serán acabados, y serán sus cadáveres pasto para las aves del cielo y las bestias de la tierra.
Sí, así dice Yahvé: No entres en casa de duelo, ni vayas a plañir, ni les consueles; pues he retirado mi paz de este pueblo —oráculo de Yahvé—, la merced y la compasión. Morirán grandes y chicos en esta tierra. No se les sepultará, ni nadie les plañirá, ni se arañarán ni se raparán por ellos, ni se partirá el pan al que está de luto para consolarle por el muerto, ni le darán a beber la taza consolatoria por su padre o por su madre.
Y en casa de convite tampoco entres a sentarte con ellos a comer y beber.
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