Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
1. El Censo de las Tribus.
L os c.1-10 relatan los hechos habidos en el Sinaí poco antes de su partida hacia Cades. En ellos se especifican determinadas ordenanzas y censos de las diversas tribus. Estos capítulos pertenecen al texto
, que nos presenta a Dios habitando en medio de su pueblo, bajo el símbolo de la nube gloria de Yahvé que el día de la inauguración del tabernáculo descendió sobre éste y tomó posesión de él. Yahvé es el Líder Supremo de su pueblo, y aquí ordena a Moisés que, con Aarón y doce personas más, haga el alistamiento de todo el pueblo. Serán los reclutados de veinte años para arriba, todos los que sean capaces de llevar las armas. La organización militar está calcada en la organización social del pueblo, por tribus y por familias. Los jefes de cada tribu serán los generales de las fuerzas de su tribu, y todas juntas constituirán un formidable cuerpo de ejército; los jefes de cada familia serán los encargados de dirigir las fuerzas de cada clan familiar. Todos bajo sus propias enseñas. Son, en suma, doce cuerpos de ejército, cuya cifra total se eleva a 603.550 hombres, un ejército como no lo imaginó el propio faraón ni ningún monarca de Nínive o Babilonia, pero que corresponde bien al poder del Yahvé de los ejércitos, cuya gloria se propone ensalzar el autor sagrado. Ya verá el lector el carácter artificial de estos censos, que han de interpretarse teniendo en cuenta el género literario hiperbólico, tan querido de los orientales. El autor idealiza las situaciones, y presenta al pueblo israelita en sus comienzos como nación organizado militarmente como lo podrían tener los asirios, babilonios o egipcios. Como el templo de Jerusalén es para los autores sagrados el mayor y más rico de la tierra, así el ejército de Israel en los tiempos gloriosos del éxodo es digno de medirse con las primeras potencias militares de la época. Era digno del Dios de los ejércitos, que había sacado portentosamente a Israel de Egipto.
Orden de Confeccionar el Censo de las Tribus (1-4).
1
El día primero del segundo mes del año segundo después de la salida de Egipto, habló Yahvé a Moisés en el desierto del Sinaí, en el tabernáculo de la reunión, diciendo: 2
Haz un censo general de toda la asamblea de los hijos de Israel, por familias y por linajes, describiendo por cabezas los nombres de todos los varones 3
de veinte años para arriba, de todos los aptos para el servicio de las armas de Israel. Tú y Aarón haréis el censo, según sus escuadras. 4
Tendréis con vosotros para asistiros un hombre por cada tribu, jefe de linaje.
La orden tiene lugar un mes exacto después de la construcción del tabernáculo1. En este mes tuvo lugar la promulgación de las leyes levíticas y el censo. Habían pasado trece meses desde la salida de Egipto y once desde la llegada de los israelitas al Sinaí2. Ordena Dios hacer el censo de toda la comunidad israelita según sus tribus y familias o clanes. Sólo se habían de computar los hombres capaces de llevar armas, es decir, de veinte años para arriba3. Se trata de organizar un cuerpo de defensa para cuando tengan que vérselas con otros pueblos en su caminar, y adiestrarlos para cuando tengan que abordar el ataque de los cananeos. El armamento debía de ser bien rudimentario, como lo era aún en tiempo de los jueces: hondas, hachas, bastones, quijadas de animales4, y raramente armas metálicas, ya que el hierro era todavía desconocido, y las armas de bronce no estaban al alcance de cualquiera. Aarón debe asistir a Moisés en la organización del censo, aunque los de su tribu (levitas) estarán exentos de tomar armas, pues estaban destinados al servicio del tabernáculo. Para facilitar el censo se nombran unos jefes o intendentes que las han de representar.
Los Jefes de las Diversas Tribus (5-16).
5
He aquí los nombres de los que os han de asistir: De Rubén, Elisur, hijo de Sedeur. 6De Simeón, Selamiel, hijo de Zurisadai. 7
De Judá, Nasón, hijo de Aminadab. 8
De Isacar, Natanael, hijo de Suar. 9
De Zabulón, Eliab, hijo de Jelón. 10
De los hijos de José: De Efraím, Elisama, hijo de Amiud. De Manasés, Gamaliel, hijo de Pedasur.11
De Benjamín, Abidán, hijo de Gedeón. 12
De Dan, Ajiezer, hijo de Amisadai. 13
De Aser, Feguiel, hijo de Ocrán. 14
De Gad, Eliasab, hijo de Deuel. 15
De Neftalí, Ajira, hijo de Enán. 16
Estos serán los nombrados de la comunidad: sus príncipes de sus tribus, jefes de los millares de Israel.
Las doce tribus son nombradas según el orden habitual: primero los hijos de Lía, después los de Raquel y, finalmente, los de las esclavas de Jacob5. De los nombres, algunos los encontramos en otros libros del Antiguo Testamento anteriores al exilio, mientras que algunos, como Natanael y Gamaliel, son frecuentes en la literatura rabínica6. Los representantes de estas tribus son llamados jefes de millares en sentido amplio de agrupación grande, sin que
millares haya de tomarse al pie de la letra7.
El Censo de las Tribus (17-46).
17
Moisés y Aarón tomaron a estos varones designados por sus nombres, 18
y convocaron la asamblea toda para el día primero del segundo mes, y se hizo el censo por familias y linajes, registrándose por cabezas los nombres de los de veinte años para arriba. 19
Como se lo había mandado Yahvé a Moisés, así se hizo el censo en el desierto del Sinaí. 20
Hijos de Rubén, primogénito de Israel, sus descendientes por familias y linajes, contando por cabezas los nombres de todos los varones de veinte años para arriba, todos los hombres aptos para servirse de las armas; 21
fueron contados de la tribu de Rubén cuarenta y seis mil quinientos. 22
Hijos de Simeón, sus descendientes por familias y linajes, contando los nombres de todos los varones de veinte años para arriba, todos los hombres aptos para servirse de las armas, 23
fueron contados de la tribu de Simeón cincuenta y nueve mil trescientos. 24
Hijos de Gad, sus descendientes por familias y linajes, contando los nombres de todos los de veinte años para arriba aptos para servirse de las armas, 25
fueron contados de la tribu de Gad cuarenta y cinco mil seiscientos cincuenta. 26
Hijos de Judá, sus descencientes por familias y linajes, contando los nombres de todos los de veinte años para arriba aptos para servirse de las armas; 27
fueron contados de la tribu de Judá setenta y cuatro mil seiscientos. 28
Hijos de Isacar, sus descendientes por familias y linajes, contando los nombres de todos los varones de veinte años para arriba aptos para servirse de las armas, 29
fueron contados de la tribu de Isacar cincuenta y cuatro mil cuatrocientos. 30
Hijos de Zabulón, sus descendientes por familias y linajes, contando los nombres de todos los varones de veinte años para arriba aptos para servirse de las armas, 31
fueron contados de la tribu de Zabulón cincuenta y siete mil cuatrocientos. 32
Hijos de José: de los hijos de Efraím, por sus familias y linajes, contando los nombres de todos los varones de veinte años para arriba aptos para las armas, 33
fueron contados de la tribu de Efraím cuarenta mil quinientos 34
Hijos de Manasés, por sus familias y linajes, contando los nombres de todos los varones de veinte años para arriba aptos para las armas, 35
se contaron de la tribu de Manasés treinta y dos mil doscientos. 36
Hijos de Benjamín, por sus familias y linajes, contando todos los varones de veinte años para arriba aptos para las armas, 37
se contaron de la tribu de Benjamín treinta y cinco mil cuatrocientos. 38
Hijos de Dan, por familias y linajes, contando todos los varones de veinte años para arriba aptos para las armas, 39
se contaron de la tribu de Dan sesenta y dos mil setecientos. 40
Hijos de Aser, por sus familias y linajes, contando todos los varones de veinte años para arriba aptos para las armas, 41
se contaron de la tribu de Aser cuarenta y un mil quinientos. 42
Hijos de Neftalí, por sus familias y linajes, contando todos los varones de veinte años para arriba aptos para las armas, 43
se contaron de la tribu de Neftalí cincuenta y tres mil cuatrocientos. 44
Estos fueron todos los contados de los hijos de Israel por sus linajes, los que contaron Moisés y Aarón con los doce príncipes de Israel, uno por cada tribu; 45
siendo todos los contados de los hijos de Israel, según sus linajes, de veinte años para arriba aptos para hacer la guerra en Israel, 46
seiscientos tres mil quinientos cincuenta.
Dios había prometido que multiplicaría la descendencia de Abraham como las estrellas del cielo y las arenas del mar8. El autor sagrado quiere poner aquí de relieve el cumplimiento de esta promesa. Las cifras están sistemáticamente desorbitadas, conforme al género literario hiperbólico, idealizando el pasado según tradiciones de épica popular.
El censo coincide con el de
Exo_30:11 y 37:25. Las cifras de
Num_26:62 son algo diferentes. Según 12:40, los israelitas varones adultos que salieron de Egipto fueron 600.000, sin contar gentes no israelitas que se les unieron9. Aquí se habla de 603.550 hombres israelitas aptos para las armas, y se excluyen los levitas. En
Num_26:51 se habla de 601.730 varones. Suponiendo estas cifras, bien puede calcularse una población para la comunidad israelita de 2.500.000 personas, lo que es una cifra desorbitada, pues esta cifra probablemente no fue alcanzada en toda la historia de Israel. No es concebible la movilización de esta masa de gente. En el país de Gosén se dedicaban al pastoreo, lo que supone enrarecimiento de población para encontrar los suficientes pastos para los rebaños. Por otra parte, ¿cómo subsistir esta multitud en las estepas del Sinaí? El maná resolvió milagrosamente algunas veces la situación, pero no consta que fuera un milagro permanente; lo mismo para proveerse de agua se habría requerido un milagro in-interrumpido durante los cuarenta años de vida en la estepa. Por otra parte, ¿cómo una tal masa de gente (más de dos millones) se habría movilizado para salir de Egipto y atravesar el mar Rojo en una noche?10 ¿Es concebible que los israelitas, de ser tan numerosos, hayan retrocedido ante una escaramuza de los cananeos? En el canto de Débora se habla de 40.000 guerreros israelitas de las tribus de Benjamín, Efraím, Manasés, Neftalí, Zabulón e Isacar11. En
Jue_18:17 se habla de 600 guerreros de la tribu de Dan. Todas estas cifras más modestas se contraponen a las sistemáticamente exageradas de
Núm_1:46. El P. Hummelauer cree que las cifras están multiplicadas por
cien en un afán de los copistas de engrandecer el pasado israelita y presentarlo en parangón con la historia de los grandes imperios mesopotámicos y egipcios12. Así, los 603.550 quedarán reducidos a 6.355 varones aptos para la guerra. El P. Lagrange, suponiendo que las cifras de Núm 1.46 no corresponden a la realidad, concluye que la exageración no es debida al copista (coinciden todas las versiones antiguas en las cifras), sino al redactor inspirado mismo, que idealiza la historia israelita (género midrásico) con propósitos patrióticos y religiosos13.
Estatuto de los Levitas (47-54).
47
Los levitas no fueron contados entre éstos según la tribu, 48
porque había hablado Yahvé a Moisés, diciendo: 49
Sólo dejarás de contar la tribu de Leví; no los contarás entre los hijos de Israel, 50
sino que pondrás a los levitas en el tabernáculo del testimonio, sobre todos sus utensilios y sobre todo cuanto le pertenece. Ellos llevarán el tabernáculo y todos sus utensilios, y servirán en él, y sentarán sus tiendas en derredor del tabernáculo. 51
Y cuando el tabernáculo hubiera de trasladarse, los levitas lo desarmarán; y cuando hubiera de pararse, ellos lo armarán, y el extraño que se acercare morirá. 52
Los hijos de Israel sentarán sus tiendas cada uno en su cuartel, bajo la propia enseña, por orden de escuadras; 53
pero los levitas sentarán las suyas alrededor del tabernáculo del testimonio, para que la congregación de los hijos de Israel no incurra en ira; los levitas tendrán la guarda del tabernáculo del testimonio. 54
Hicieron los hijos de Israel cuanto mandó Yahvé a Moisés; así lo hicieron.
Los levitas deben ser eximidos de las armas, porque están destinados a otras funciones en relación directa con el santuario. Son los encargados de mirar por los utensilios sagrados y de trasladarlos en los desplazamientos. Debían acampar junto al tabernáculo, evitando todo contacto profano. Ellos mismos no podían tocar las cosas del altar. Nadie que sea extraño a la tribu de Leví podrá dedicarse a las funciones de los levitas bajo pena de muerte (v.51). En los capítulos siguientes se concretarán las funciones de los levitas en orden al tabernáculo.
1
Exo_40:17. 2
Exo_19:1. 3 Se excluían los incircuncisos: cf.
Exo_12:48. 4 Cf.
Jue_3:13;
Jue_15:15-16;
1Sa_18:40;
2Sa_23:8.21. 5 Cf.
Gen_29:12-20;
Gen_29:24;
Gen_35:23-26;
Gen_46:8-23;
Exo_1:2-4. 6 De esto se ha querido deducir que la lista es artificial y que trae nombres desconocidos antes del exilio. Naasón y Abinadab son mencionados en
Exo_6:23;
Rut_4:20;
Mat_1:4;
Luc_3:33. Natanael encuentra su paralelo en el asiro-babilónico Na-tan-ilani. Elisama:
1Cr_7:26;
2Sa_5:16;
2Sa_36:12. Abidán:
Jue_6:11. Ayeser:
1Cr_12:3. Del hecho de que muchos de estos nombres no figuren en el A.T. antes del exilio no se sigue que no puedan ser auténticos. 7
Elef significa
mil y después agrupamiento numeroso de familias:
Jue_6:15;
1Sa_10:19;
Miq_5:1. 8
Gen_22:17;
Gen_32:12. 9
Exo_12:38. 10
Exo_14:21-29. 11 Jue 5:8. 12
Cursus Scripturae Sacrae, ad locum. 13 Véase RB (1899) 611-612; Heinisch,
Das Buch Génesis (Bonn 1930) 1055; J. Touzard,
Moïse et Josué: Dafc II 792.