I Samuel 16, 12-13

Mandó, pues, que lo trajeran (era rubio, de bellos ojos y hermosa presencia). Dijo Yahvé: «Levántate y úngelo, porque éste es.» Tomó Samuel el cuerno de aceite y lo ungió en presencia de sus hermanos. Y, a partir de entonces, vino sobre David el espíritu de Yahvé*. Samuel se preparó y regresó a Ramá.
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