Apocalipsis  18, 2-3

Gritó con potente voz: «¡Cayó, cayó la gran Babilonia! Se ha convertido en morada de demonios, en guarida de toda clase de espíritus inmundos, en antro de toda clase de aves inmundas y detestables. Todas las naciones han bebido* del vino de sus prostituciones; los reyes de la tierra han fornicado con ella, y los mercaderes de la tierra se han enriquecido con su lujo desenfrenado.»
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