Ezequiel  32, 18-32

«Hijo de hombre, entona una lamentación por el ejército de Egipto, y hazle bajar, junto con la gente de las capitales de naciones majestuosas, al mundo subterráneo, con los que bajan a la fosa*. «*¿Crees que superas a alguien en belleza? ¡Pues baja y acuéstate con los incircuncisos! En medio de las víctimas de la espada caen (la espada ha sido entregada, la han sacado) él y todas sus tropas*. Dicen de ellos en pleno Seol los más esclarecidos héroes: ‘Han bajado con sus aliados; yacen con los incircuncisos, víctimas de la espada*’. «Allí está Asiria y toda su gente en torno a su sepulcro; todos cayeron víctimas de la espada. Sus sepulcros se encuentran en las profundidades de la fosa (y su gente está en torno a su sepulcro; todos cayeron víctimas de la espada), ellos que sembraban el pánico en la tierra de los vivos. «Allí está Elam con todo su ejército en torno a su sepulcro; todos cayeron víctimas de la espada. Han bajado con los incircuncisos al mundo subterráneo, ellos que sembraron el pánico en la tierra de los vivos. Pero ahora soportan su ignominia con los que han bajado a la fosa. En medio de estas víctimas se le ha preparado un lecho; todo su ejército, todas las víctimas de la espada, yacen en torno a su sepulcro. Todos ellos son incircuncisos, víctimas de la espada, que sembraron el pánico en la tierra de los vivos, pero que ahora soportan su ignominia con los que han bajado a la fosa. Se les ha puesto en medio de estas víctimas. «Allí están Mésec, Túbal y sus ejércitos en torno a sus sepulcros; todos son incircuncisos, víctimas de la espada, que sembraron el pánico en la tierra de los vivos. No yacen con los héroes caídos de antaño, aquellos que bajaron al Seol con sus armas de guerra, a los que se les puso la espada bajo su cabeza y los escudos* sobre sus huesos, porque hicieron cundir el pánico en la tierra de los vivos. Pero tú, Egipto, yacerás en medio de incircuncisos, con las víctimas de la espada. «Allí está Edom, sus reyes y todos sus príncipes, que fueron puestos, a pesar de su prepotencia, entre las víctimas de la espada. Yacen entre incircuncisos, con los que bajan a la fosa. «Allí están todos los príncipes del norte, todos los sidonios, que bajaron con las víctimas, a pesar del pánico que sembraba su prepotencia. Confundidos yacen, incircuncisos, entre las víctimas de la espada, y soportan su ignominia con los que bajan a la fosa. «Cuando el faraón los vea, se consolará de la pérdida de su ejército (víctima de la espada, el faraón y todo su ejército) —oráculo del Señor Yahvé—. Había sembrado* el pánico en la tierra de los vivos; por eso yacerá en medio de incircuncisos, con las víctimas de la espada, el faraón y todo su ejército —oráculo del Señor Yahvé—.»
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