Isaías 34, 1-7

Acercaos, pueblos, y escuchad, naciones, prestad atención; oiga la tierra y cuanto hay en ella, el orbe y cuanto en él brota: Que Yahvé está airado con las naciones, encolerizado con todos sus ejércitos. Ha decidido exterminarlas, las ha entregado a la matanza. Sus heridos yacerán tirados, sus cadáveres despedirán hedor, sus montes chorrearán sangre, y las colinas se descompondrán. Se enrollarán los cielos como un libro, y todo su ejército se marchitará como se marchita el sarmiento en la cepa, como las hojas mustias de la higuera. Engrasa su espada en los cielos, vedla cómo baja contra Edom*, contra el pueblo condenado al anatema en nombre de la justicia. La espada de Yahvé chorrea sangre, está empapada de sebo, de sangre de carneros y machos cabríos, de sebo de riñones de carneros, pues Yahvé tiene una matanza en Bosrá, una gran escabechina en Edom. Caerán búfalos con ellos, y toros junto con novillos*. Se emborrachará su tierra con sangre, su polvo chapoteará de sebo.
Ver contexto