Isaías 63, 3-5

—Yo solo he pisado en el lagar; ningún otro pueblo* me acompañó. Los pisé con ira, los pateé con furia, y salpicó su sangre* mis vestidos, y toda mi vestimenta he manchado. ¡Había pensado en un día de venganza, y el año de mi desquite había llegado! Miré bien, sin encontrar ayudantes; me asombré de que nadie me apoyase. Así que me salvó mi propio brazo, y fue mi furia la que me sostuvo.
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