Genesis 18, 14-27

¿Hay algo difícil para Dios? Cuando vuelva a visitarte por esta época, dentro del tiempo de costumbre, Sara habrá tenido un hijo. Pero Sara, que estaba asustada, lo negó:
– No me he reído.
Él replicó:
– No lo niegues, te has reído.

Intercesión de Abrahán

Los hombres se levantaron y dirigieron la mirada a Sodoma; Abrahán los acompañó para despedirlos. El Señor se dijo:
–¿Puedo ocultarle a Abrahán lo que voy a hacer? Abrahán llegará a ser un pueblo grande y numeroso; por él serán benditos todos los pueblos de la tierra. Lo he escogido para que instruya a sus hijos, a su casa y sucesores, a mantenerse en el camino del Señor, practicando la justicia y el derecho. Así cumplirá el Señor a Abrahán cuanto le ha prometido. Después dijo el Señor:
– La denuncia contra Sodoma y Gomorra es seria y su pecado es gravísimo. Voy a bajar para averiguar si sus acciones responden realmente a la denuncia. Los hombres se volvieron y se dirigieron a Sodoma, mientras el Señor seguía en compañía de Abrahán. Entonces Abrahán se acercó y dijo:
–¿De modo que vas a destruir al inocente con el culpable? Supongamos que hay en la ciudad cincuenta inocentes, ¿los destruirías en vez de perdonar al lugar en atención a los cincuenta inocentes que hay en él? ¡Lejos de ti hacer tal cosa! Matar al inocente con el culpable, confundiendo al inocente con el culpable. ¡Lejos de ti! El juez de todo el mundo, ¿no hará justicia? El Señor respondió:
– Si encuentro en la ciudad de Sodoma cincuenta inocentes, perdonaré a toda la ciudad en atención a ellos. Abrahán repuso:
– Me he atrevido a hablar a mi Señor, yo que soy polvo y ceniza.
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