Levítico 13, 1-14


Enfermedades de la piel
2 Re 5

El Señor dijo a Moisés y a Aarón: – Cuando alguno tenga una inflamación, una erupción o una mancha en la piel que parezca lepra, será llevado ante Aarón, el sacerdote, o cualquiera de sus hijos sacerdotes. El sacerdote examinará la parte afectada; si el pelo en ella se ha vuelto blanco y aparece hundida, es un caso de lepra. Después de examinarlo, el sacerdote lo declarará impuro. Si se trata de una mancha blanquecina en la piel, pero no aparece hundida ni se ha vuelto blanco el pelo, entonces el sacerdote aislará al enfermo durante siete días. El séptimo día lo examinará; si observa que el mal está localizado sin extenderse por la piel, lo volverá a aislar por otros siete días. El séptimo día lo volverá a examinar; si observa que la mancha está pálida y que no se ha extendido por la piel, entonces lo declarará puro. Es un caso de irritación de la piel. El enfermo lavará sus vestidos y quedará puro. Pero si después de examinado por el sacerdote y declarado puro se extiende la irritación por la piel, se hará examinar de nuevo por el sacerdote. El sacerdote lo examinará; si observa que la irritación se ha extendido por la piel, lo declarará impuro. Es un caso de lepra. »Cuando alguno tenga una afección cutánea será llevado al sacerdote. El sacerdote lo examinará; si observa que tiene una inflamación blanquecina en la piel, que el pelo en esa parte se ha vuelto blanco y que se han formado llagas en la inflamación, es un caso de lepra crónica. El sacerdote lo declarará impuro. No lo aislará, porque es impuro. Pero si la afección va atacando la piel, hasta cubrir al enfermo de pies a cabeza – cuanto puede observar el sacerdote– , el sacerdote lo examinará; si observa que la afección ha cubierto toda su carne, declarará puro al enfermo. Toda su piel se ha vuelto blanca: es puro. Pero cuando aparezcan en él nuevas llagas, será impuro.
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