Marcos 3, 1-6


Sana en sábado
Mt 12,9-16; Lc 6,6-11

Entró otra vez en la sinagoga, donde había un hombre que tenía la mano paralizada. Los fariseos lo vigilaban para ver si lo sanaba en sábado, con intención de acusarlo. Dijo Jesús al hombre de la mano paralizada:
– Levántate y ponte en medio. Y les preguntó a ellos:
–¿Qué está permitido en sábado? ¿Hacer el bien o el mal? ¿Salvar la vida o dar muerte?
Ellos callaban. Entonces Jesús los miró indignado, aunque entristecido por la dureza de sus corazones y dijo al hombre:
– Extiende la mano.
El hombre la extendió y la mano quedó sanada. Los fariseos salieron inmediatamente y deliberaron con los herodianos cómo acabar con él.
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