Hechos 18, 24-26

Cierto judío, por nombre Apolo, alejandrino de origen, hombre elocuente y versado en las Escrituras, llegó a Éfeso. Había sido iniciado en el Camino del Señor y, ardoroso de ánimo, hablaba y enseñaba cuidadosamente lo concerniente a Jesús, aunque sólo conocía el bautismo de Juan. Comenzó, pues, a hablar con decisión en la sinagoga, como le oyeran Priscila y Aquilas, se lo llevaron consigo y le expusieron más cumplidamente el Camino de Dios.
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