Genesis 20, 9-18

Después Abimélek llamó a Abraham y le dijo: ¿Qué es lo que has hecho con nosotros? ¿En qué pequé contra ti para que hayas atraído sobre mí y sobre mi reino tan enorme pecado? Has hecho conmigo lo que no debe hacerse. Y Abimélek continuó diciendo a Abraham: ¿Qué pretendías al obrar de esta manera? Replicó Abraham: Dije para mí: Como en este lugar seguramente no existe temor de Dios, me matarán por causa de mi mujer. Y a la verdad también es mi hermana, hija de mi padre, pero no de mi madre, y la tomé por mujer. Sucedió, pues, que cuando Dios me hizo salir errante lejos de la casa de mi padre, le dije a ella: Me harás este favor: adonde quiera que vayamos, dirás: Es mi hermano. Tomó entonces Abimélek ganado menor y mayor, siervos y siervas, y se los dio a Abraham, y le devolvió a Sara, su mujer. Dijo Abimélek a Abraham: Ahí tienes mi país ante tus ojos; habita donde bien te parezca. Y a Sara le dijo: He entregado mil siclos de plata a tu hermano, lo que será para ti un velo sobre los ojos de los que están contigo, y así tú quedarás justificada plenamente. Rogó Abraham a Dios; y Dios sanó a Abimélek, a su mujer y a sus siervas, para que pudieran tener hijos; pues Yahvéh había cerrado todo seno en la casa de Abimélek, por causa de Sara, mujer de Abraham.
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