Mateo 28, 2-7

De pronto se produjo un gran terremoto; porque un ángel del Señor bajó del cielo, se acercó, hizo rodar la piedra y se sentó encima de ella. Su aspecto era como el de un relámpago; y su vestido, blanco como la nieve. Los centinelas temblaron de miedo ante él y quedaron como muertos. Pero el ángel, dirigiéndose a las mujeres, les dijo: Vosotras no tengáis ya miedo; pues bien sé que buscáis a Jesús, el crucificado. No está aquí, porque ha resucitado, como dijo. Venid y ved el sitio donde yacía. Ahora id aprisa a decir a sus discípulos: Ha resucitado de entre los muertos, y mirad que va antes que vosotros a Galilea; allí le veréis. Ya os lo he dicho.
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