II Crónicas  11, 13-17

° Los sacerdotes y levitas de todo Israel se pasaron a Roboán, procedentes de todas las demarcaciones. Los levitas abandonaron sus ejidos y posesiones y se fueron a Judá y a Jerusalén, porque Jeroboán y sus hijos les habían prohibido oficiar para el Señor, estableciendo sus propios sacerdotes para los altos, los sátiros y los becerros que había fabricado. Al igual que aquellos levitas, vinieron también a Jerusalén israelitas de todas las tribus —que tenían el propósito sincero de buscar al Señor, Dios de Israel— para ofrecer sacrificios al Señor, Dios de sus padres. Consolidaron el reino de Judá y confirmaron a Roboán, hijo de Salomón, por tres años. Por tres años, en efecto, anduvieron por el camino de David y Salomón.
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