II Samuel  9, 6-8

y, llegado a David Mefibaal, hijo de Jonatán, hijo de Saúl, se echó sobre su rostro, prosternándose, y David le dijo: “Mefibaal.” El respondió: “Aquí tienes a tu siervo.” David le dijo: “Nada temas, porque quiero favorecerte por amor a Jonatán, tu padre. Te devolveré todas las tierras de Saúl, tu padre, y comerás siempre a mi mesa.” El se prosternó y dijo: “¿Qué es tu siervo para que pongas tu vista en un perro muerto como yo?”
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