Baruc 2, 17-18

Abre tus ojos y mira que no proclaman la gloria y la justicia del Señor los muertos que están en el hades, cuyo espíritu abandonó sus entrañas. Mas sólo el alma entristecida por la grandeza de los males que padece, que camina encorvada y débil, apagados los ojos y el alma hambrienta, pueden, Señor, pregonar tu gloria y tu justicia.
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