Eclesiástico 2, 1-23

Hijo mío, si te das al servicio de Dios, prepara tu ánimo a la tentación. Ten recto corazón y soporta con paciencia y no te impacientes al tiempo del infortunio. Adhiérete a El y no te separes, para que tengas buen éxito al fin. Recibe todo cuanto El mande sobre ti, y ten buen ánimo en las vicisitudes de la prueba. Pues el oro se prueba en el fuego, y los hombres gratos a Dios, en el crisol de la tribulación. Confíate a El y te acogerá, endereza tus caminos y espera en El. Los que teméis al Señor esperad en su misericordia y no os descarriéis, pues vendríais a caer. Los que teméis al Señor confiad en El, y no quedaréis defraudados de vuestra recompensa. Los que teméis al Señor esperad la dicha, el gozo eterno y la misericordia. (TEXTO OMITIDO) Considerad las generaciones antiguas y ved: ¿Quién confió en el Señor que fuese confundido, o quién perseveró en su temor y fue abandonado, o quién le invocó y se sintió defraudado? Porque piadoso y compasivo es el Señor: perdona los pecados y salva en el tiempo de la tribulación. ¡Ay de los corazones tímidos y de las manos flojas, y del pecador que va por doble camino! ¡Ay del corazón cobarde! Porque no tiene fe, por eso no hallará defensa. ¡Ay de vosotros los impacientes! Pues ¿qué haréis cuando el Señor os visite? Los que temen al Señor no son indóciles a sus palabras; los que le aman siguen sus caminos." Los que temen al Señor procuran agradarle; los que le aman se complacen en su Ley." Los que temen al Señor tienen preparado el corazón y se humillan ante El. (TEXTO OMITIDO) Caigamos en las manos del Señor y no en las manos de los hombres;" pues cuanta es su grandeza, tanta es su misericordia.
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