Genesis 4, 11-16

Ahora, pues, maldito serás de la tierra, que abrió su boca para recibir de mano tuya la sangre de tu hermano. Cuando la labres, te negará sus frutos y andarás por ella fugitivo y errante.” Dijo Caín a Yahvé: “Insoportablemente grande es mi castigo. Ahora me arrojas de esta tierra; oculto a tu rostro habré de andar fugitivo y errante por la tierra, y cualquiera que me encuentre me matará,” Pero Yahvé le dijo: “No será así. Si alguien matare a Caín, sería éste siete veces vengado.” Puso, pues, Yahvé a Caín una señal, para que nadie que le encontrase, le matara. Caín, alejándose de la presencia del Señor, habitó la tierra de Nod, al oriente de Edén.
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