Jeremías  31, 1-33

En aquel tiempo — oráculo de Yahvé — seré el Dios de todas las tribus de Israel, y ellos serán mi pueblo. Así dice Yahvé: Halló gracia en el desierto el pueblo escapado de la espada; se fue a su reposo Israel." Desde lejos se le hizo ver Yahvé. Con amor eterno te amé, por eso te he mantenido favor. De nuevo te edificaré y serás edificada, virgen de Israel. Todavía volverás a adornarte con tus tímpanos y saldrás en alegres danzas. Todavía plantarás viñas en las alturas de Samaría, y los que las planten las gozarán. Porque vienen días en que los atalayas clamarán en el monte de Efraím: ¡Levantaos y subamos a Sión, a Yahvé, nuestro Dios! Pues así dice Yahvé: Exultad por Jacob con alegría, gritad loores a la primera de las naciones, publicad, alabad y exclamad: Yahvé ha salvado a su pueblo, a los restos de Israel. He aquí que los voy a hacer venir de la tierra del aquilón, y los reuniré de los extremos de la tierra, entre ellos al ciego y al rengo, a la embarazada y a la recién parida juntamente, Qué gran comunidad la que vuelve! Salieron entre llantos, y los guiaré con consolaciones; yo los guiaré a las corrientes de las aguas, por caminos llanos para que no tropiecen, pues yo soy el Padre de Israel, y Efraím es mi primogénito." Oíd, naciones, la palabra de Yahvé, dadla a conocer a las lejanas islas, y decid: El que dispersó a Israel lo congrega y lo protege como el pastor a su rebaño. Pues Yahvé ha redimido a Jacob, le rescató de mano más fuerte que él. Vienen dando gritos de júbilo por las alturas de Sión, afluyendo para gozar de los bienes de Yahvé: el trigo, el vino, el aceite, los corderos y los terneros; y será su alma como jardín regado, y no volverán a languidecer." Entonces la virgen danzará alegre en el corro, jóvenes y viejos, todos juntos; trocaré en júbilo su tristeza, los consolaré y convertiré su pena en alegría." Saciaré a los sacerdotes de la grosura de las víctimas, y se hartará mi pueblo de mis bienes, oráculo de Yahvé. Así dice Yahvé: Una voz se oye en Rama, un lamento, amargo llanto. Es Raquel que llora a sus hijos y rehusa consolarse por sus hijos, pues ya no existen. Así dice Yahvé: Cese tu voz de gemir, tus ojos de llorar, porque hay compensación a tus penas. Hay aún esperanza para tu porvenir, oráculo de Yahvé. Volverán tus hijos a su territorio. Oigo a Efraím lamentarse: “Tú me has castigado y yo recibí la reprensión como novillo indómito. Conviérteme y yo me convertiré, pues tú eres Yahvé, mi Dios.” Porque después de mi defección me he arrepentido; luego que entré en mí, heríme el muslo. Estoy confuso y avergonzado, pues llevo sobre mí el oprobio de mi mocedad." ¿No es Efraím mi hijo predilecto, mi niño mimado? Pue cuantas veces trato de amenazarle, me acuerdo de él; por eso se conmueven mis entrañas por él, y tengo que tener piedad de él, oráculo de Yahvé." Ponte hitos, alza jalones, pon toda atención en la calzada, el camino que antes recorriste. Vuelve, virgen de Israel, retorna a estas tus ciudades. ¿Hasta cuándo has de andar titubeando, hija descarriada? Pues hará Dios una cosa nueva en la tierra: la hembra rodeará al varón. Así dice Yahvé de los ejércitos, Dios de Israel: Todavía se dirán estas palabras en la tierra de Judá y sus ciudadades cuando yo haga volver a sus cautivos: “Bendígate Yahvé, sede de justicia, monte de santidad. Pues habitarán en ella Judá y todas sus ciudades juntamente, los agricultores y los pastores de rebaños. Porque yo saciaré a toda alma desfallecida y hartaré a toda alma languideciente. Por esto, al despertar y ver, me fue dulce mi sueño. He aquí que vienen días — oráculo de Yahvé — en que yo sembraré la casa de Israel y la casa de Judá de simiente de hombres y de simiente de , y sucederá que lo mismo que velé sobre ellos para arrancar y destruir, para arruinar y devastar, así velaré sobre ellos para edificar y plantar, oráculo de Yahvé. En esos días no se dirá más: “Los padres comieron agraces y los hijos sufrieron la dentera,” sino que cada uno morirá por su propia iniquidad. Quien coma el agraz, ése sufrirá la dentera. He aquí que vienen días — oráculo de Yahvé — en que yo haré alianza con la casa de Israel y la casa de Judá, no como la alianza que hice con sus padres cuando, tornándolos de la mano, los saqué de la tierra de Egipto, pues ellos quebrantaron mi alianza y yo los rechacé — oráculo de Yahvé — . Porque ésta será la alianza que yo haré con la casa de Israel después de aquellos días, oráculo de Yahvé: Yo pondré mi ley en su interior y la escribiré en su corazón, y seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.
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