Sabiduría 15, 1-19

Pero tú, Dios nuestro, bondadoso y veraz, paciente y que todo lo gobiernas con misericordia;" si pecamos, tuyos somos, conocemos tu poder, no queremos pecar sabiendo que somos tuyos;" pues el conocerte es la justicia perfecta, y conocer tu poder es raíz de inmortalidad. No nos extravió la invención artificiosa de los hombres, ni el trabajo estéril de la pintura, la imagen emborronada con varios colores. Cuya vista atrae el oprobio sobre los insensatos, que se enamoran de la figura inanimada de una imagen muerta. Amadores de la maldad, dignos de tales esperanzas, son tanto los que los hacen como los que los aman y los que los veneran. Pues un alfarero que amasa fatigosamente el barro, fabrica todo género de vasos para nuestro uso, y del mismo barro modela vasos útiles para servicios limpios y otros para usos contrarios; pero sobre cuál ha de ser el destino de cada uno, es juez el alfarero." Y con un trabajo inútil modela de la misma masa un dios vano, que salido poco antes de la tierra, vuelve poco después a aquella de donde fue tomado al exigírsele la deuda de una vida prestada. Pero no le da cuidado de que ha de perecer ni de que su vida es corta. Rivaliza con los orífices y plateros e imita a los broncistas, y reputa una gloria el hacer figuras engañosas. Su corazón es ceniza, y su esperanza más vil que la tierra; su vida es de menos estima que el barro," porque desconoce a quien la hizo y al que le infundió la semejanza de un alma activa y al que le dio cierto espíritu vital. Mas para los hombres nuestra existencia es un pasatiempo, y la vida una feria en que hacer ganancias;" pues dicen que es preciso ganar, aun por malos medios, y éste sabe que peca más que todos, pues de la misma tierra fabrica vasos frágiles y estatuas de ídolos. Son en sumo grado insensatos y desdichados, más que el alma de un niño, los enemigos de tu pueblo que dominan sobre él. Porque reputaron dioses a todos los ídolos de las naciones, que no pueden ver con sus ojos ni pueden respirar el aire por sus narices, ni oír con sus oídos, ni tocar con los dedos de sus manos, ni andar con sus inmóviles pies, pues es el hombre quien los hizo y quien los modeló; sólo de prestado recibieron el aliento de vida, pues no hay hombre capaz de modelar un dios semejante a sí." Siendo mortal, fabrica con sus manos impías un muerto; él es mejor que los objetos que venera, pues él goza de vida y aquéllos no." Adoran a los más odiosos, pues, comparados con los otros, son los más repugnantes, y nada hay en ellos que los haga estimables, como en otros en que hay bellas cualidades, y hasta fueron excluidos de la aprobación y de la bendición de Dios.
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