Salmos 35, 1-29

De David. Contiende, ¡oh Yahvé! con mis contrincantes, combate a los que luchan contra mí. Empuña el escudo y la adarga y álzate en ayuda mía. Enristra la lanza y cierra al encuentro de mis enemigos; di a mi alma: “Yo soy tu salvación.” Sean confundidos y avergonzados los que buscan mi vida. Retrocedan, cubiertos de ignominia, los que maquinan el mal. Sean como paja al viento; persígalos el ángel de Yahvé." Sea su camino tiniebla y resbaladero, y el ángel de Yahvé los acose. Porque sin causa me tendieron la red, sin motivo cavaron una fosa a mi alma. Sorpréndalos inesperadamente la ruina, y sean capturados en la red que tendieron, y caigan en la fosa que cavaron. Y mi alma se alegrará en Yahvé y se gozará en su salvación. Todos mis huesos dirán: ¿Quién semejante a ti, ¡oh Yahvé! que libras al desvalido del poderoso, al pobre y al afligido de quien le despoja? Alzáronse testigos violentos para demandarme lo que no sabía. Pagáronme mal por bien para abatir mi alma. Yo, empero, cuando ellos estuvieron enfermos, me vestí de saco, afligiendo con el ayuno mi alma, y repetía en mi pecho las plegarias. Me porté (con ellos) como con un amigo, como con un hermano; como si llevase luto por mi madre, (andaba) sombrío y encorvado." Pero ellos se alegraban de mi vacilación y se confabulaban y reunían contra mí, hiriéndome sin yo saberlo, gritando sin descanso. Se burlan de mí, haciendo mofa. y rechinan contra mí sus dientes. ¿Hasta cuándo, ¡oh Señor! estarás de espectador? Libra mi alma de los que rugen, mi única de los cachorros de león. Te alabaré en medio de la gran asamblea, te ensalzaré en medio de un pueblo poderoso. No se alegren de mí mis falsarios enemigos, no se guiñen el ojo los que sin motivo me aborrecen. Pues tú tienes palabras de paz, y contra los mansos de la tierra traman palabras fraudulentas. Abren contra mí sus bocas, diciendo: “¡Ah, ah! Lo vieron nuestros ojos.” ¿No lo ves, Yahvé? ¡No calles! ¡Señor mío, no te alejes de mí! ¡Despierta y álzate en favor de mi derecho, Dios mío y Señor mío, (sal) en mi defensa! Júzgame según tu justicia, Yahvé, Señor mío, y no se alegren de mí. Que no puedan decir en su corazón: “¡Eah! (Este era) nuestro deseo.” Que no digan: “¡Lo hemos devorado!” Sean juntamente confundidos y avergonzados cuantos se gozan de mi mal. Sean cubiertos de vergüenza y confusión los que se muestran arrogantes contra mí. Exulten y alégrense los que aman mi justicia, y digan siempre: “¡Ensalzado sea Yahvé, que se deleita en la paz de su siervo!” Y mi lengua proclamará tu justicia, todo el día tu alabanza.
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