Tobías 12, 16-21

Los dos se quedaron turbados, y cayeron sobre su rostro, llenos de temor. El les dijo: “No temáis; la paz sea con vosotros” Bendecid a Dios siempre, pues no he venido por mi voluntad, sino por la de Dios, por lo que a El debéis bendecir siempre." Todos los días me hacía ver de vosotros; no comía ni bebía; lo que vosotros veíais era una apariencia." Ahora alabad a Dios, que yo me subo al que me envió, y poned por escrito todo lo sucedido.” Se levantaron, pero no le volvieron a ver. Y confesaron las grandezas y maravillas de Dios y cómo el ángel del Señor se les había aparecido.
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