Genesis 1, 30-17

También a todos los animales de la tierra, y a todas las aves del cielo, y a todos los vivientes que sobre la tierra están y se mueven, les doy por comida cuanto de verde hierba la tierra produce.” Y así fue. y bendijo el día séptimo y lo santificó, porque en él descansó Dios de cuanto había creado y hecho. no había aún arbusto alguno en el campo, ni germinaba la tierra hierbas, por no haber todavía llovido Yahvé Elohim sobre la tierra ni haber todavía hombre que la labrase, pero del árbol de la ciencia del bien y del mal no comas, porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.” Hizo, pues, Yahvé Elohim caer sobre Adán un profundó sopor, y, dormido, tomó una de sus costillas, cerrando en su lugar la carne, Adán exclamó: “Esto sí que es ya hueso de mis huesos y carne de mi carne.” Esto se llamará varona, porque del varón ha sido tomada. Vio, pues, la mujer que el árbol era bueno al gusto y hermoso a la vista y deseable para alcanzar por él la sabiduría, y tomó de su fruto y comió, y dio de él también a su marido, que también con ella comió. Oyeron a Yahvé Elohim, que se paseaba por el jardín al fresco del día, y se escondieron de Yahvé Elohim, Adán y su mujer, en medio de la arboleda del jardín. Y éste contestó: “Te he oído en el jardín, y, temeroso, porque estaba desnudo, me escondí,” Y dijo Adán: “La mujer que me diste por compañera me dio de él y comí.” Dijo, pues, Yahvé Elohim a la mujer: “¿por qué has hecho eso?” Y contestó la mujer: “La serpiente me engañó y comí.” Dijo luego Yahvé Elohim a la serpiente: “por haber hecho esto, maldita serás entre todos los animales y entre todas las bestias del campo. Te arrastrarás sobre tu pecho y comerás el polvo todo el tiempo de tu vida. A Adán le dijo: “por haber escuchado a tu mujer, comiendo del árbol de que te prohibí comer, diciéndote: “No comas de él,” por ti será maldita la tierra; con trabajo comerás de ella todo el tiempo de tu vida;" y Yahvé le dijo: “¿por qué estás enfurecido y por qué andas cabizbajo? Cuando la labres, te negará sus frutos y andarás por ella fugitivo y errante.” Dijo Caín a Yahvé: “Insoportablemente grande es mi castigo. Ahora me arrojas de esta tierra; oculto a tu rostro habré de andar fugitivo y errante por la tierra, y cualquiera que me encuentre me matará,” Dijo, pues, Lamec a sus mujeres: “Ada y Sela, oíd mi voz; mujeres de Lamec, dad oídos a mis palabras: por una herida mataré a un hombre, y a un joven por un rasguño." Conoció de nuevo Adán a su mujer, que parió un hijo, a quien puso por nombre Set, diciendo: “Hame dado Dios otro descendiente por Abel, a quien mató Caín.” al que puso por nombre Noé, diciendo: “Este nos consolará de nuestros quebrantos y del trabajo de nuestras manos por la tierra que maldijo Yahvé.” viendo los hijos de Dios que las hijas de los hombres eran hermosas, tomaron de entre ellas por mujeres las que bien quisieron. y dijo Yahvé: “No permanecerá por siempre mi espíritu en el hombre, porque no es más que carne. Ciento veinte años serán sus días.” Esta es la descendencia de Noé: Noé era varón justo y perfecto entre sus contemporáneos, y siempre anduvo con Dios. Hazte un arca de maderas resinosas, divídela en compartimientos y la calafateas con pez por dentro y por fuera. harás en ella un tragaluz, y a un codo sobre éste acabarás el arca por arriba; la puerta la haces a un costado; harás en ella un primero, un segundo y un tercer piso," porque dentro de siete días voy a llover sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches, y exterminaré de sobre ella cuanto hice.” Quince ce dos subieron las aguas por encima de ellos. Pereció toda carne que se mueve sobre la tierra, aves, ganados, bestias, y todos los reptiles que se arrastran por la tierra, todos los hombres, que, como no hallase dónde hacer pie, se volvió al arca, porque las aguas cubrían todavía la haz de la tierra. Sacó él la mano y, agarrándola, la metió en el arca. que volvió a él a la tarde, trayendo en el pico una ramita de olivo. Conoció por esto Noé que las aguas no cubrían ya la tierra;" Y aspiró Yahvé el suave olor, y se dijo en su corazón: “No volveré ya más a maldecir a la tierra por el hombre, pues los deseos del corazón humano, desde la adolescencia, tienden al mal; no volveré ya a exterminar cuanto vivo hice sobre la tierra." El que derramare la sangre humana, por mano de hombre será derramada la suya; porque el hombre ha sido hecho a imagen de Dios." Hago con vosotros pacto de no volver a exterminar a todo viviente por las aguas de un diluvio y de que no habrá ya más un diluvio que destruya la tierra,” Y añadió Dios: “Esta es la señal del pacto que establezco entre mí y vosotros, y cuantos vivientes están con vosotros, por generaciones sempiternas: A Heber le nacieron dos hijos; el uno se llamó Paleg, porque en su tiempo se dividió la tierra; su hermano se llamó Yoqtán." Y dijeron: “Vamos a edificarnos una ciudad y una torre cuya cúspide toque a los cielos y nos haga famosos, por si tenemos que dividirnos por la haz de la tierra.” Y los dispersó de allí Yahvé por toda la haz de la tierra, y así cesaron de edificar la ciudad. por eso se llamó Babel, porque allí confundió Yahvé las lenguas de la tierra toda, y de allí los dispersó por la haz de toda la tierra. pero hubo un hambre en aquella tierra, y bajó a Egipto para peregrinar allí, por haber en aquella tierra gran escasez. di, pues, te ruego, que eres mi hermana, para que así me traten bien por ti, y por amor de ti salve yo mi vida.” A Abram le trataron muy bien por amor de ella, y tuvo ovejas, ganados y asnos, siervos y siervas, asnas y camellos. Pero Yahvé afligió con grandes plagas al faraón y a su casa por Sarai, la mujer de Abram;" y, llamando el faraón a Abram, le dijo: “¿por qué me has hecho esto? ¿por qué no me diste a saber que era tu mujer? ¿por qué dijiste: Es mi hermana, dando lugar a que la tomase yo por mujer? Ahora, pues, ahí tienes a tu mujer; tómala y vete.” y no podían habitar juntos en aquella tierra, por ser muy grandes sus haciendas para poder habitar juntamente. Anda y camina por esta tierra a lo largo y a lo ancho, que a ti te la daré toda.” por doce años habían estado sometidos a Codorlaomer, pero el año trece se rebelaron. y, dividiendo su tropa, cayó sobre ellos por la noche, él y sus siervos, y los derrotaron, persiguiéndolos hasta Jobá, que está a la izquierda de Damasco, Y creyó Abram a Yahvé, y le fue reputado por justicia. Tomó Abram todo esto, y partió los animales por la mitad, pero no las aves, y puso de cada uno una parte frente a la otra. Cuando estaba ya el sol para ponerse, cayó un sopor sobre Abram, y fue presa de gran terror, y le envolvió densa tiniebla. Y dijo a Abram: “Has de saber que tu descendencia será extranjera en una tierra no suya, y estará en servidumbre, y la oprimirán por cuatrocientos años;" Puesto ya el sol, y en densísimas tinieblas, apareció una hornilla humeando y un fuego llameante, que pasó por entre la mitad de las víctimas. y dijo a Abram: “Mira, Yahvé me ha hecho estéril; entra, pues, a mi esclava, a ver si por ella puedo tener hijos.” Escuchó Abram a Sarai," Tomó, pues, Sarai, la mujer de Abram, a Agar, su esclava egipcia, al cabo de diez años de habitar Abram en la tierra de Canaán, y se la dio por mujer a su marido, Abram. y añadió: “Yo multiplicaré tu descendencia.” Que por lo numerosa no podrá contarse. Mira, has concebido y parirás un hijo, y le llamarás Ismael, porque ha escuchado Yahvé tu aflicción. por eso llamó al pozo Ber-Jai-Roi. Es el que está entre Cades y Barad. y ya no te llamarás Abram, sino Abraham, porque yo te haré padre de una muchedumbre de pueblos. yo establezco contigo y con tu descendencia después de ti, por sus generaciones, mi pacto eterno de ser tu Dios y el de tu descendencia después de ti, Dijo Dios a Abraham: “Tú guarda mi pacto, tú y tu descendencia después de ti por sus generaciones. Todos, todos los criados en casa o comprados, se circuncidarán, y llevaréis en vuestra carne la señal de mi pacto por siempre;" pero mi pacto lo estableceré con Isaac, el que te parirá Sara el año que viene por este tiempo.” y os traeré un bocado de pan y os confortaréis; después seguiréis, pues por eso habéis pasado junto a vuestro siervo.” Ellos contestaron: “Haz como has dicho.” Y dijo uno de ellos: “A otro año por este tiempo volveré sin falta, y ya tendrá un hijo Sara, tu mujer.” Sara oía desde la puerta de la tienda, que estaba a espaldas del que hablaba. Y dijo Yahvé a Abraham: “¿por qué se ha reído Sara, diciéndose: De veras voy a parir, siendo tan vieja? ¿Hay algo imposible para Yahvé? A otro año por este tiempo volveré, y Sara tendrá ya un hijo.” Si hubiera cincuenta justos en la ciudad, ¿los exterminarías acaso y no perdonarías al lugar por los cincuenta justos? Y le dijo Yahvé: “Si hallare en Sodoma cincuenta justos, perdonaría por ellos a todo el lugar.” Si de los cincuenta justos faltaren cinco, ¿destruirías por los cinco a toda la ciudad?” Y le contestó: “No la destruiría si hallase allí cuarenta y cinco justo.” Insistió Abraham todavía, y dijo: “¿Y si se hallasen allí cuarenta?” Contestóle: “También por los cuarenta lo haría.” Volvió a insistir: “Señor, ya que comencé; ¿y si se hallasen allí veinte justos?” Y contestó: “No la destruiría por los veinte.” Todavía Abraham: “Perdona, Señor, sólo una sola vez más: ¿Y si se hallasen diez?” Y le contestó: “por los diez no la destruiría.” diciendo: “Mirad, señores; os ruego que vengáis a la casa de vuestro siervo, para pernoctar en ella y lavaros los pies. Cuando os levantéis por la mañana, seguiréis vuestro camino.” Y le contestaron: “No; pasaremos la noche en la plaza.” les dijo: “por favor, hermanos, no hagáis semejante maldad. porque vamos a destruir este lugar, pues es grande su clamor en la presencia de Yahvé, y éste nos ha mandado para destruirla.” Salió, pues, Lot para hablar a sus yernos, los que habían de tomar por mujeres a sus hijas, y les dijo: “Levantaos y salid de este lugar, porque va a destruir Yahvé esta ciudad”; y les pareció a sus yernos que se burlaba." En cuanto salió la aurora, dieron prisa los ángeles a Lot, diciéndole: “Levántate, toma a tu mujer y a las dos hijas que tienes, no sea que perezcas tú también por las iniquidades de la ciudad.” Díjoles Lot: “No, por favor, señores;" Pero apresúrate a refugiarte en ella, pues no puedo hacer nada mientras en ella no hayas entrado tú.” por eso se dio a aquella ciudad el nombre de Soar. Subió Lot desde Soar, y habitó en el monte con sus hijas, porque temía habitar en Soar, y moró en una caverna con sus dos hijas. pero vino Dios a Abimelec en sueños durante la noche, y le dijo: “Mira que vas a morir por la mujer que has tomado, pues tiene marido.” Y le dijo Dios en el sueño: “Bien sé yo que lo has hecho con pureza de corazón; por eso te he impedido que pecaras contra mí, y no he consentido que la tocaras." Ahora, pues, devuelve la mujer al marido, pues él, que es profeta, rogará por ti y vivirás; pero, si no se la devuelves, sabe que ciertamente morirás tú con todos los tuyos.” por la mañana llamó Abimelec a sus servidores y les contó todo esto, y fueron presa de gran terror. Y le respondió Abraham: “Es que me dije: De seguro que no hay temor de Dios en este lugar, y van a matarme por causa de mi mujer. Aunque es también en verdad mi hermana, hija de mi padre, pero no de madre, y la tomé por mujer;" Rogó Abraham por Abimelec, y curó Dios a Abimelec, a su mujer y a sus siervos, y engendraron, pues había Yahvé cerrado enteramente todo útero en la casa de Abimelec por lo de Sara, la mujer de Abraham. Muy duro se le hacía esto a Abraham, por causa de su hijo;" pero le dijo Dios: “No te dé pena por el niño y la esclava; haz lo que te dice Sara, que es por Isaac por quien será llamada tu descendencia." También al hijo de la esclava le haré un pueblo, por ser descendencia tuya.” Se levantó, pues, Abraham de mañana y, cogiendo pan y un odre de agua, se lo dio a Agar, poniéndoselo a la espalda, y con ello al niño, y la despidió. Ella se fue y erraba por el desierto de Bersabé. Sucedió por entonces que Abimelec y Picol, jefe de su ejército, dijo a Abraham: “Dios está contigo en todo cuanto haces. Júrame, pues, ahora por Dios que no has de engañarme a mí ni a mis descendientes, y que, como te favorecí yo a ti, así harás tú conmigo y con la tierra por donde andas.” Pero reconvino Abraham a Abimelec por causa de un pozo de aguas de que se habían apoderado los siervos de Abimelec, por eso se llamó aquel lugar Bersebá, porque allí juraron ambos, e hicieron alianza en Bersebá. Y se levantó Abimelec y Picol, jefe de su ejército, y se volvieron a la tierra de los filisteos. y anduvo mucho tiempo Abraham por tierra de los filisteos. “No extiendas tu brazo sobre el niño — le dijo — y no le hagas nada, porque ahora he visto que en verdad temes a Dios, pues por mí no has perdonado a tu hijo, a tu unigénito.” Alzó Abraham los ojos, y vio tras sí un carnero enredado por los cuernos en la espesura, y cogió el carnero y lo ofreció en holocausto en vez de su hijo. Llamó Abraham a aquel lugar “Yahvé-yire” — Yahvé ve; por lo que todavía se dice: “En el monte de Yahvé se proveerá.” Llamó el ángel de Yahvé a Abraham por segunda vez desde los cielos, y le dijo: “por mí mismo juro, palabra de Yahvé, que por haber tú hecho cosa tal, de no perdonar a tu hijo, a tu unigénito, y la bendecirán todos los pueblos de la tierra, por haberme tú obedecido.” Murió en Quiriat-Arbá, que es Hebrón, en la tierra de Canaán. Vino Abraham a llorar a Sara y hacer duelo por ella, “Óyenos, señor, por favor: Tú eres entre nosotros un príncipe de Dios; sepulta a la muerta en el mejor de nuestros sepulcros; ninguno de nosotros te negará su sepulcro para que en él sepultes a tu muerta.” les dijo: “Si de veras queréis que pueda yo apartar mi muerta de mi vista, sepultándola, escuchadme y rogad por mí a Efrón, el hijo de Sojar, que por su justo precio me ceda para sepultura en propiedad, en presencia vuestra, su caverna de Macpela, que está al término de su campo.” Efrón estaba sentado entre los hijos de Jet, y respondió Efrón, el jeteo, a Abraham en presencia de los hijos de Jet y de cuantos entraban por las puertas de la ciudad: Vino, pues, a ser propiedad de Abraham, ante los hijos de Jet y de cuantos entraban por la puerta de la ciudad, y júrame por Yahvé, Dios de los cielos y de la tierra, que no tomarás mujer para mi hijo de entre las hijas de los cananeos, en medio de los cuales habito, Salióle al encuentro el siervo, y le dijo: “Dame, por favor, a beber un poco de agua de tu cántaro.” le preguntó: “¿De quién eres hija tú? Dime, por favor, si no habría lugar en casa de tu padre para pasar allí la noche. y le dijo: “Ven, bendito de Yahvé; ¿por qué te estás ahí fuera? Ya he preparado yo la casa y lugar para los camellos.” y me incliné, postrándome ante Yahvé, y bendije a Yahvé, Dios de mi señor Abraham, que me había traído por camino derecho para tomar a la hija de su hermano para mujer de su hijo.” y había salido por la tarde para pasearse por el campo, y, alzando los ojos, vio venir camellos. y preguntó al siervo: “¿Quién es aquel hombre que viene por el campo a nuestro encuentro?” El siervo le respondió: “Es mi señor.” Ella cogió el velo y se cubrió. e Isaac condujo a Rebeca a la tienda de Sara, su madre; la tomó por mujer y la amó, consolándose de la muerte de su madre." Era Isaac de cuarenta años cuando tomó por mujer a Rebeca, hija de Batuel, arameo, de Padán-Aram, y hermana de Labán, arameo. Rogó Isaac a Yahvé por su mujer, que era estéril, y fue oído por Yahvé, y concibió Rebeca, su mujer. Isaac, porque le gustaba la caza, prefería a Esaú, y Rebeca a Jacob. dijo a Jacob: “por favor, dame a comer de ese guiso rojo, que estoy desfallecido.” por esto se le dio a Esaú el nombre de Edom Respondió Esaú: “Estoy que me muero; ¿qué me importa la primogenitura?” Sigue habitando en esta tierra, donde yo te diga; peregrina por ella, que yo estaré contigo y te bendeciré, pues a ti y a tu descendencia daré todas estas tierras, cumpliendo el juramento que hice a Abraham, tu padre," por haberme obedecido Abraham y haber guardado mi mandato, mis preceptos, mis ordenaciones y mis leyes.” Preguntáronle los hombres del lugar por su mujer, y él decía: “Es mi hermana.” Pues temía decir que era su mujer, no fuera que le mataran los hombres del lugar por Rebeca, que era muy hermosa. Como se prolongase su estancia en Guerar, mirando un día Abimelec, rey de los filisteos, por la ventana, vio que estaba Isaac acariciando a Rebeca, su mujer. Llamó Abimelec a Isaac, y le dijo: De cierto que es tu mujer. ¿por qué, pues, dices: “Es mi hermana?” Y le contestó Isaac: “Es que me dije: No vaya yo a morir por causa suya.” Sembró Isaac en aquella tierra, y recogió aquel año ciento por uno, pues le bendijo Yahvé. Todos los pozos abiertos por los siervos de su padre, Abraham, los cegaron los filisteos, llenándolos de tierra. Dijo Abimelec a Isaac: “Vete de aquí, porque has llegado a ser mucho más poderoso que nosotros.” Volvió a abrir los pozos abiertos en tiempo de Abraham, su padre, cegados por los filisteos después de la muerte de Abraham, dándoles los mismos nombres que les había dado su padre. pero los pastores de Guerar riñeron con los de Isaac, diciendo: “Estas aguas son nuestras.” Y llamó al pozo Ezeq, porque había habido riña por él. Excavaron sus siervos otro pozo, por el cual hubo también un altercado, y lo llamó Sitna. Yéndose más lejos, excavó otro pozo, por el cual no hubo ya querellas, y le llamó Rejobot, diciendo: “Ahora ya nos ha dado Yahvé holgura y prosperaremos en esta tierra.” y se le apareció Yahvé en la noche, y le dijo: “Yo soy el Dios de Abraham, tu padre; nada temas, que yo estoy contigo: Yo te bendeciré y multiplicaré tu descendencia por Abraham, mi siervo.” Ellos respondieron: “porque hemos visto claramente que está Yahvé contigo, y nos hemos dicho: Haya en medio de nosotros un juramento entre ti y nosotros. Queremos hacer alianza contigo, e Isaac llamó al pozo Sebá; por eso se llamó la ciudad Bersebá hasta el día de hoy." Era Esaú de cuarenta años, y tomó por mujeres a Judit, hija de Beeri, jeteo, y a Basemat, hija de Elón, jeteo, Y dijo Isaac a su hijo: “¿Cómo tan pronto hallaste, hijo mío?,” y le respondió: “porque hizo Yahvé, tu Dios, que se me pusiera delante.” y no le conoció, porque estaban sus manos velludas como las de Esaú, su hermano, y se dispuso a bendecirle. Respondió Isaac y dijo a Esaú: “Mira, le he hecho señor tuyo, y todos sus hermanos se los he dado por siervos; le he atribuido el trigo y el mosto. A ti, pues, ¿qué voy a hacerte, hijo mío?” Concibió Esaú contra su hermano Jacob un odio profundo por lo de la bendición que le había dado su padre, y se dijo en su corazón: “Cerca están los días del duelo por mi padre; después mataré a Jacob, mi hermano.” y se fue a Ismael y, sobre las que ya tenía, tomó por mujer a Majalat, hermana de Nebayot, hija de Ismael, hijo de Abraham. Levantóse Jacob bien de mañana, y, tomando la piedra que había tenido por cabecera, la alzó como memoria y vertió óleo sobre ella. El les dijo: “Todavía es muy de día, no es tiempo de recoger el ganado. ¿por qué no abreváis los rebaños y los volvéis a que pasten?” Pasado éste, le dijo Labán: “¿Acaso porque eres hermano mío vas a servirme de balde? Dime cuál va a ser tu salario.” Amaba Jacob a Raquel, y dijo a Labán: “Te serviré siete años por Raquel, tu hija menor.” Y sirvió Jacob por Raquel siete años, que le parecieron sólo unos días, por el amor que le tenía. y por la noche, tomando a Lía, su hija, se la llevó a Jacob, que entró a ella. Llegada la mañana, vio Jacob que era Lía, y dijo a Labán: “¿por qué me has hecho esto? ¿No te he servido por Raquel? ¿por qué me has engañado?” Acabada esta semana, te daré también después la otra por el servicio que me prestes durante otros siete años.” Hízolo así Jacob, y, cumplida la semana, diole Labán a Raquel, su hija, por mujer, Entró también a Raquel Jacob, y la amó más que a Lía, y sirvió por ella otros siete años. Concibió otra vez, y parió un hijo, diciendo: “Ahora mi marido se apegará a mí, pues le he parido tres hijos”; y por eso le llamó Leví." Concibió nuevamente, y parió un hijo, diciendo: “Ahora sí que he de alabar a Yahvé,” y por eso le llamó Judá. Y cesó de tener hijos. Airóse Jacob contra Raquel, y le dijo: “¿por ventura soy yo Dios, que te he hecho estéril?” Ella le dijo: “Ahí tienes a mi sierva Bala; entra a ella, que para sobre mis rodillas y tenga yo prole por ella.” Diole, pues, su sierva por mujer, y Jacob entró a ella. y dijo Raquel: “Dios me ha hecho justicia, me ha oído y me ha dado un hijo”; por eso le llamó Dan." diciendo Raquel: “Luchas de Dios he luchado con mi hermana, y la he vencido”; por eso le llamó Neftalí." Viendo Lía que había dejado de tener hijos, tomó a Zelfa, su esclava, y se la dio por mujer a Jacob. y dijo Lía: “por dicha mía, pues las hijas me han hecho feliz,” y le llamó Aser. Salió Rubén al tiempo de la siega del trigo, y halló en el campo unas mandrágoras, y se las trajo a Lía, su madre, y dijo Raquel a Lía: “Dame, por favor, de las mandrágoras de tu hijo.” Vino Jacob del campo por la tarde, y, saliéndole Lía al encuentro, le dijo: “Entra a mí, pues te he comprado por unas mandrágoras de mi hijo.” Y durmió con ella Jacob aquella noche, Y dijo Lía: “Dios me ha pagado mi merced por haber dado mi sierva a mi marido”; y le llamó Isacar." Dame mis mujeres, por las que te he servido, y me iré, pues bien sabes tú qué buen servicio te he hecho.” Respondióle Labán: “Si he hallado gracia a tus ojos, yo sé por agüero que por causa tuya me ha bendecido Yahvé. Bien poco era lo que antes tenías, pero se ha aumentado grandemente, y Yahvé te ha bendecido a mi paso. Ahora, pues, habré de hacer también yo por mi casa.” Yo pasaré hoy por entre todos tus rebaños, y separaré toda res manchada o rayada entre los corderos y toda res manchada entre las cabras. Eso será mi salario. Mi probidad responderá así por mí a la mañana, cuando vengas a reconocer mi salario; todo cuanto no sea manchado entre las cabras y rayado entre los corderos, será en mí un robo.” Y él dijo: “Alza tus ojos y mira: todos los carneros que cubren a las ovejas son rayados y manchados, porque yo he visto lo que te ha hecho Labán. ¿por qué has huido secretamente, engañándome, en vez de advertirme, y te hubiera despedido yo jubilosamente con cantos, tímpanos y cítaras? Y si es que te vas porque anhelas irte a la casa de tu padre, ¿por qué me has robado mis dioses?” pero Raquel había tomado los “terafim” y los había escondido en el palanquín del camello, sentándose encima. Labán rebuscó por toda la tienda, pero no halló nada. Raquel le dijo: “No se irrite mi señor porque no pueda levantarme ante él, pues me hallo con lo que comúnmente tienen las mujeres.” Así fue cómo, después de buscar y rebuscar Labán en toda la tienda, no pudo hallar los “terafim.” He vivido devorado por el calor del día y por el frío de la noche, y huía de mis ojos el sueño. He llevado en tu casa veinte años; catorce te he servido por tus dos hijas, seis por tus ganados, y me has mudado diez veces el salario." Si no hubiera sido por el Dios de mi padre, el Dios de Abraham, y por el Terror de Isaac, ahora me hubieras dejado ir de vacío. Dios ha visto mi aflicción y el trabajo de mis manos, y ha juzgado la pasada noche.” Y dijo Labán: “Este montón es hoy testigo entre ti y mí.” por eso le llamó Galaad, y también Mispah, por haber dicho Labán: “Que vele Yahvé entre los dos cuando nos hayamos separado el uno del otro.” El Dios de Abraham, el Dios de Najor, juzgue entre nosotros.” Juró, pues, Jacob por el Terror de Isaac, su padre;" Al verlos, dijo Jacob: “Este es el campamento de Dios”; y por eso llamó a aquel lugar Majanayim." Tú me has dicho: Yo te favoreceré grandemente y haré tu descendencia como las arenas del mar, que por lo numerosas no pueden contarse.” Rogóle Jacob: “Dame, por favor, a conocer tu nombre”; pero él le contestó: “¿Para qué preguntas por mi nombre?”; y le bendijo allí." por eso los hijos de Israel no comen, todavía hoy, el tendón femoral de la articulación del muslo, por haber sido herido en él Jacob. Jacob partió para Sucot, y se hizo allí una casa y apriscos para ganados; por eso se llamó Sucot aquel lugar." Compró a los hijos de Jamor, padre de Siquem, el trozo de tierra donde había asentado sus tiendas por cien “quesitas,” “Estos hombres son gente de paz en medio de nosotros; que se establezcan en esta tierra y la recorran; la tierra es a ambas manos espaciosa para ellos. Tomaremos por mujeres a sus hijas y les daremos a ellos las nuestras;" Y dijo Siquem a Jamor, su padre; “Tómame esa joven por mujer.” Cuando de vuelta del campo le oyeron los hijos de Jacob, se llenaron de ira y de furor por el ultraje hecho a Israel acostándose con la hija de Jacob, cosa que no debía hacerse. Jamor les habló diciendo: “Siquem, mi hijo, está prendado de vuestra hija; dádsela, os ruego, por mujer;" Siquem, por su parte, dijo al padre y a los hermanos de Dina: “Halle yo gracia a vuestros ojos, y os daré lo que me pidáis. Aumentad mucho la dote y las dádivas. Cuanto me digáis, os lo daré; pero dadme a la joven por mujer.” Los hijos de Jacob respondieron a Siquem y a su padre dolosamente por el estupro de Dina, su hermana, y le dijeron: “No podemos hacer eso de dar nuestra hermana a un incircunciso, porque eso sería para nosotros una afrenta. El joven no dio largas a la cosa, por lo enamorado que estaba de la hija de Jacob y por ser el de más respeto de la casa de su padre. Escucharon a Jamor y a Siquem cuantos salían por las puertas de la ciudad, y todo varón fue circuncidado. Los hijos de Jacob se arrojaron sobre los muertos y saquearon la ciudad por haber sido deshonrada su hermana. Partieron, y se extendió el terror de Dios por las ciudades del contorno, y no los persiguieron. Alzó allí un altar y llamó a este lugar El-Betel, porque allí se le apareció Dios cuando huía de su hermano. Murió Débora, la nodriza de Rebeca, y fue enterrada por debajo de Betel, bajo una encina, que se llamó la encina del llanto. Habitó Jacob en la tierra por donde peregrinó su padre, en la tierra de Canaán. Israel amaba a José más que a todos sus otros hijos, por ser el hijo de su ancianidad, y le hizo una túnica talar. Encontróle un hombre errando por el campo y le preguntó: “¿Qué buscas?” y, cuando pasaban los mercaderes madianitas, sacaron a José, subiéndole del pozo, y por veinte monedas de plata se lo vendieron a los ismaelitas, que le llevaron a Egipto. Rasgó Jacob sus vestiduras, vistióse de saco e hizo duelo por su hijo durante mucho tiempo. Vio allí a una cananea llamada Súa, y la tomó por mujer, y entró a ella, Pasó mucho tiempo, y murió la hija de Súa, mujer de Judá. Pasado el duelo por ella, subió Judá con su amigo Jirá, el adulamita, al esquileo de su ganado a Timná. Despojóse ella de sus vestidos de viuda, se cubrió con un velo, y cubierta se sentó a la entrada de Enaím, en el camino de Timná, pues veía que Selá era ya mayor y no le había sido dada por mujer. Judá, al verla, la tomó por una meretriz, pues tenía tapada la cara. Dirigióse a donde estaba y le dijo: “Déjame entrar a ti,” pues no conoció que era su nuera. Ella le respondió: “¿Qué vas a darme por entrar a mí?” Mandó Judá el cabrito por medio de su amigo el adulamita, para que retirase la prenda de manos de la mujer; pero éste no la halló." Entretanto, a José, que había sido llevado a Egipto y comprado a los ismaelitas por Putifar, ministro del faraón y jefe de la guardia, egipcio, el cual vio que Yahvé estaba con él, y que todo cuanto hacía, Yahvé lo hacía prosperar por su mano. Hízole mayordomo de su casa, y puso en su mano todo cuanto tenía. Bendijo Yahvé por José a la casa de Putifar, y derramó Yahvé su bendición sobre todo cuanto tenía en casa y en el campo, y no hay en esta casa nadie superior a mí, sin haberse reservado él nada fuera de ti, por ser su mujer, ¿voy a hacer yo una cosa tan mala y a pecar contra Dios?” le agarró por el manto, diciendo: “Acuéstate conmigo.” Pero él, dejando en su mano el manto, huyó y se salió fuera. De nada se cuidaba por sí el jefe de la cárcel, porque estaba Yahvé con José, y cuanto hacía éste, Dios lo llevaba a buen término. Cuando por la mañana vino a ellos José y los vio tristes, preguntó a los dos ministros que con él estaban presos en la casa de su señor, diciéndoles: “¿por qué tenéis hoy mala cara?” Volvió a dormirse, y por segunda vez soñó que veía siete espigas, que salían de una sola caña de trigo muy granadas y hermosas;" pero detrás de ellas brotaron siete espigas flacas y quemadas por el viento solano, No se conocerá la abundancia en la tierra a causa de la escasez, porque ésta será muy grande. Cuanto a la repetición del sueño al faraón por dos veces, es que el suceso está firmemente decretado por Dios, y que Dios se apresurará a hacerlo. y el faraón dijo a sus cortesanos: “¿Podríamos, por ventura, encontrar un hombre como éste, lleno del espíritu de Dios?” Tú serás quien gobierne mi casa, y todo mi pueblo te obedecerá; sólo por el trono seré mayor que tú,” Llamó el faraón a José con el nombre de “Zâfnat Panêaj,” y le dio por mujer a Asenet, hija de Putifar, sacerdote de On. Salió José por toda la tierra de Egipto. llegando a reunir tanto trigo como las arenas del mar; en tan gran cantidad, que hubo que dejar de contar, porque no podía contarse." Dio al primero el nombre de Manasés, porque dijo: “Dios me ha hecho olvidar todas mis penas y toda la casa de mi padre”;" y clamaba el pueblo al faraón por pan, y el faraón decía a todos los egipcios: “Id a José y haced lo que os diga.” Cuando el hambre se extendió por toda la superficie de aquella tierra, abrió José los graneros, y lo que en ellos había se lo vendía a los egipcios, pues crecía el hambre en la tierra de Egipto. a Benjamín, el hermano de José, no le mandó Jacob con sus hermanos por temor de que le sucediera alguna desgracia. Pero voy a probaros. por la vida del faraón que no saldréis de aquí mientras no venga vuestro hermano menor. Mandad a uno de vosotros a buscar a vuestro hermano, y los demás quedaréis aquí presos. Así probaré si lo que decís es verdad, y si no, por la vida del faraón que sois unos espías.” Y les hizo meter a todos juntos en prisión por espacio de tres días. Ellos se dijeron unos a otros: “Ciertamente somos nosotros reos de culpa contra nuestro hermano, a quien vimos con angustia de su alma pedirnos compasión, y no le escuchamos. por eso ha venido sobre nosotros esta desventura.” Ellos no sabían que José les entendía, pues él les había hablado por medio de intérprete. “El hombre que es señor de aquella tierra nos habló duramente y nos tomó por espías de la tierra. Y dijo Israel: “¿por qué me habéis hecho este mal, de dar a conocer a aquel hombre que teníais otro hermano?” Mientras los llevaba a casa de José llenos de temor, se decían: “Es por lo del dinero que volvió en nuestros sacos por lo que nos traen aquí: para asaltarnos, caer sobre nosotros y hacernos esclavos con nuestros asnos,” Salió después de haberse lavado la cara, y, haciendo esfuerzos por contenerse, dijo: “Servid la comida.” Sirvieron a José aparte, aparte a sus hermanos y aparte también a los egipcios que comían con él, pues los egipcios no pueden comer con los hebreos, por ser esto para ellos cosa abominable. Cuando les pusieron delante las porciones, la de Benjamín era cinco veces mayor que la de cada uno de los otros, y bebieron y estuvieron muy alegres en compañía suya. Habían salido de la ciudad, pero no estaban lejos, cuando José dijo a su mayordomo: “Anda y sal en la persecución de esas gentes, y, cuando les alcances, diles: “¿por qué habéis devuelto mal por bien? ¿por qué me habéis robado la copa de plata? Ellos le contestaron: “¿por qué habla así mi señor? Lejos de tus siervos hacer semejante cosa. El mayordomo los reconoció, comenzando por el del mayor y acabando por el del más joven, y se halló la copa en el saco de Benjamín. Acercóse entonces Judá y le dijo: “por favor, señor mío, que pueda decir tu siervo unas palabras en tu oído sin que contra tu siervo se encienda tu cólera, pues eres como otro faraón. Permíteme, pues, que te ruegue que quede tu siervo por esclavo de mi señor en vez del joven, y que éste vuelva con sus hermanos. Corrió por la casa del faraón la voz de que habían venido los hermanos de José, y se complacieron de ello el faraón y sus cortesanos. bLevantóse Jacob y dejó a Bersabé, y los hijos de Israel pusieron a Jacob, su padre, y a sus mujeres e hijos, en los carros que había mandado el faraón para transportarlos. le diréis: “Tus siervos somos ganaderos desde nuestra infancia hasta ahora, nosotros y nuestros padres”; para que habitéis en la tierra de Gosén, porque los egipcios abominan de todos los pastores.” Dijéronle también: “Hemos venido para habitar en esta tierra, pues no tenemos pasto para nuestros rebaños, por ser grande el hambre en la tierra de Canaán. Permite, pues, que habiten tus siervos en la tierra de Gosén.” Ya no había pan en toda aquella tierra, pues el hambre era muy grande, y Egipto y la tierra de Canaán estaban exhaustos por el hambre. ¿Vamos a perecer ante ti nosotros y nuestras tierras? Cómpranos y compra nuestras tierras por pan: seremos nosotros y nuestras tierras esclavos del faraón; danos para sembrar, para que podamos vivir y no muramos y no se queden yermas nuestras tierras.” José adquirió para el faraón todas las tierras de Egipto, pues los egipcios, obligados por el hambre, vendieron cada uno su campo, y la tierra vino a ser propiedad del faraón, Sólo dejó de comprar las tierras a los sacerdotes, porque éstos recibían del faraón una porción y no tuvieron que vender sus tierras. Dio José una ley, que todavía hoy subsiste, por la cual pertenece al faraón el quinto del producto de las tierras de Egipto. Sólo las tierras de los sacerdotes no son del faraón. “Yo te acrecentaré y te multiplicaré, y te haré muchedumbres de pueblos, y daré esta tierra a tu descendencia después de ti, para que por siempre la poseas. Los ojos de Israel se habían oscurecido por la edad y no podía ya ver. José los acercó, y él los besó y los abrazó, Los bendijo, pues, Israel aquel día, diciendo: “por ti bendecirán a Israel, diciendo: Hágate Dios como a Efraím y Manasés.” Y puso a Efraím antes de Manasés. Herviste como el agua; no tendrás la supremacía, porque subiste al lecho de tu padre. Cometiste entonces una profanación, subiste a mi lecho." No entre mi alma en sus designios ni se una mi corazón a su asamblea, porque en su furor degollaron hombres y caprichosamente desjarretaron toros. Maldita su cólera por violenta, maldito, por cruel, su furor. Yo los dividiré en Jacob y los dispersaré en Israel. Brillan por el vino sus ojos, y de la leche blanquean sus dientes. Pero la cuerda del arco se les rompe, y su poderoso brazo se encoge, por el poderío del Fuerte de Jacob, por el nombre del Pastor de Israel. empleando en ello cuarenta días, que es el tiempo que se emplea para embalsamar. Los egipcios hicieron duelo por él durante sesenta días. Llegados a la era de Atad, que está al otro lado del Jordán, hicieron allí muy grande llanto, e hizo José un duelo de siete días por su padre. Los moradores de la tierra, los cananeos, al ver el duelo en la era de Atad, se dijeron: “Gran duelo es este de los egipcios”; por eso se dio el nombre de Abel-Misrayim a este lugar, que está al lado de allá del Jordán." Perdona el crimen de tus hermanos y su pecado, pues ciertamente te hicieron mucho mal; pero, por favor, te ruego, perdona el crimen de los servidores del Dios de tu padre.” José lloró al oírlos."
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