II Samuel  21 Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998) | 22 versitos |
1
V. Apéndices. Suplementos
La gran hambre y la ejecución de los descendientes de Saúl.
En tiempo de David hubo hambre por tres años consecutivos. David consultó a Yahvé, que respondió así: «Hay sangre sobre Saúl y sobre su casa, porque mató a los gabaonitas.»
2 Llamó el rey a los gabaonitas y les dijo: (Estos gabaonitas no eran israelitas, sino uno de los residuos amorreos, a los que los israelitas habían hecho juramento. Pero Saúl intentó exterminarlos, llevado del celo por los israelitas y Judá.)
3 Dijo, pues, David a los gabaonitas: «¿Qué debo hacer por vosotros y cómo puedo aplacaros para que bendigáis la heredad de Yahvé?»
4 Le respondieron los gabaonitas: «No es para nosotros cuestión de oro ni plata con Saúl y su casa, ni se trata de hacer morir a nadie en Israel.» Él dijo: «Haré por vosotros lo que me digáis.»
5 Entonces ellos dijeron al rey: «Aquel hombre nos exterminó y proyectó aniquilarnos para hacernos desaparecer de todos los términos de Israel.
6 Que se nos entreguen siete de entre sus hijos y los despeñaremos ante Yahvé, en Guibeá de Saúl, el elegido de Yahvé.» El rey dijo: «Os los entregaré.»
7 Pero el rey perdonó a Mefibóset, hijo de Jonatán, hijo de Saúl, a causa del juramento de Yahvé que había entre ellos, entre David y Jonatán, hijo de Saúl.
8 Tomó el rey a los dos hijos que Rispá, hija de Ayá, había dado a Saúl, Armoní y Mefibóset, y a los cinco hijos que Mical, hija de Saúl, había dado a Adriel, hijo de Barzilay de Mejolá
9 y los puso en manos de los gabaonitas, que los despeñaron en el monte ante Yahvé. Cayeron los siete a la vez; fueron muertos en los primeros días de la cosecha, al comienzo de la siega de la cebada.
10 Rispá, hija de Ayá, tomó un sayal y se lo tendía sobre la roca desde el comienzo de la siega hasta que cayeron sobre ellos las lluvias del cielo; no dejaba que se pararan junto a ellos las aves del cielo por el día ni las bestias del campo por la noche.
11 Avisaron a David lo que había hecho Rispá, hija de Ayá, concubina de Saúl.
12 Entonces David fue a recoger los huesos de Saúl y los huesos de su hijo Jonatán, de entre los vecinos de Yabés de Galaad que los habían hurtado de la explanada de Betsán, donde los filisteos los habían colgado el día que mataron a Saúl en Gelboé;
13 subió desde allí los huesos de Saúl y los huesos de su hijo Jonatán y los reunió con los huesos de los despeñados.
14 Sepultaron los huesos de Saúl y los de su hijo Jonatán en tierra de Benjamín, en Selá, en el sepulcro de Quis, padre de Saúl, y ejecutaron cuanto había ordenado el rey, después de lo cual Dios quedó aplacado con la tierra.
15
Hazañas contra los filisteos.
Hubo otra guerra de los filisteos contra Israel. Bajó David con sus veteranos y atacaron a los filisteos. David estaba extenuado.
16 Yisbi, hijo de Nob, era un campeón de los descendientes de Rafá; el peso de su lanza era de trescientos siclos de bronce, ceñía una espada nueva y se dijo: «Voy a matar a David.»
17 Pero acudió en su socorro Abisay, hijo de Sarvia, que hirió al filisteo y lo mató. Entonces los hombres de David le conjuraron diciendo: «No vuelvas a salir al combate con nosotros, para que no apagues la antorcha en Israel.»
18 Después de esto, hubo guerra de nuevo en Gob contra los filisteos; entonces Sibecay, jusatita, mató a Saf, uno de los descendientes de Rafá.
19 Hubo otra guerra en Gob contra los filisteos, y Eljanán, hijo de Yaír de Belén, mató a Goliat de Gat; el asta de su lanza era como un enjullo de tejedor.
20 Hubo guerra de nuevo en Gat y había allí un campeón que tenía seis dedos en cada mano y seis dedos en cada pie, veinticuatro dedos en total; también él descendía de Rafá.
21 Desafió a Israel, y Jonatán, hijo de Simá, hermano de David, lo mató.
22 Estos cuatro descendían de Rafá de Gat y sucumbieron a manos de David y de sus veteranos.

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Introducción a II Samuel 

Los libros de Samuel formaban una sola obra en la Biblia hebrea. La división en dos libros se remonta a la traducción griega que ha unido asimismo Samuel y Reyes bajo un mismo título: los cuatro libros de los Reinos; la Vulgata los llama los cuatro libros de los Reyes. El Samuel hebreo corresponde a los dos primeros. Este título proviene de la tradición que atribuía al profeta Samuel la composición de este escrito.

El texto es uno de los peor conservados del AT. La traducción griega de los Setenta da un texto bastante diferente, que se remonta a un prototipo del que las cuevas de Qumrán han proporcionado importantes fragmentos. Existían, pues, varias recensiones hebraicas de los libros de Samuel.

Se distinguen en él cinco partes:
a) Samuel, 1 S 1-7;
b) Samuel y Saúl, 1 S 8-15;
c) Saúl y David, 1 S 16 a 2 S 1;
d) David, 2 S 2-20;
e) suplementos, 2 S 21-24.

La obra combina o yuxtapone diversas fuentes y tradiciones sobre los comienzos del período monárquico. Hay una historia del arca y de su cautiverio entre los filisteos, 1 S 4-6, en la que no aparece Samuel y que proseguirá en 2 S 6. Está enmarcada por un relato de la infancia de Samuel, 1 S 1-3, y por otro relato que presenta a Samuel como el último de los Jueces y anticipa la liberación del yugo filisteo, 7. Samuel desempeña un papel esencial en la historia de la institución de la realeza, 1 S 8-12, donde se han distinguido desde hace tiempo dos grupos de tradiciones: 9; 1Sa_10:1-16 ; 11, por una parte, y 8; 1Sa_10:17-24 ; 12, por otra. Al primer grupo se le ha denominado versión monárquica del acontecimiento, y al segundo, versión antimonárquica; esta última sería posterior. En realidad ambas tradiciones son antiguas y solamente representan tendencias diferentes; además, la segunda corriente no es tan antimonárquica como se afirma, sino que solamente se opone a una realeza que no respetaría los derechos de Dios. Las guerras de Saúl contra los filisteos son narradas en 13-14, con una primera versión del rechazo de Saúl, 1Sa_13:7 a; una segunda versión de este rechazo se da en 15, en conexión con una guerra contra los amalecitas. Este rechazo prepara la unción de David por Samuel, 1Sa_16:1-13 . Sobre los comienzos de David y sus desavenencias con Saúl, se han recogido tradiciones paralelas y, al parecer, de igual antigüedad en 1Sa 16:14 - 2 S 1, donde los duplicados son frecuentes. El final de esta historia se encuentra en 2 S 2-5: el reinado de David en Hebrón, la guerra filistea y la toma de Jerusalén aseguran la confirmación de David como rey sobre todo Israel, 2Sa_5:12 . El cap. 6 prosigue la historia del arca; la profecía de Natán, 7, es antigua, pero ha sido retocada; el cap. 8 es un resumen redaccional. En 2 S 9 se inicia una larga narración que no concluirá hasta el comienzo de Reyes, 1R 1-2. Es la historia de la familia de David y de las luchas en torno a la sucesión al trono, escrita por un testigo ocular, en la primera mitad del reinado de Salomón. Queda interrumpida por 2 S 21-24, que agrupa trozos de origen diverso sobre el reinado de David.

Es posible que desde los primeros siglos de la monarquía hayan tomado cuerpo, además de la gran historia de 2 S 9-20, otras agrupaciones literarias: un primer ciclo de Samuel, dos historias de Saúl y David. Es posible, asimismo, que estos conjuntos hayan sido combinados en torno al año 700, pero los libros no recibieron su forma definitiva hasta que fueron incorporados a la gran historia deuteronomista. Sin embargo, la influencia del Deuteronomio resulta aquí menos visible que en Jueces y Reyes. Se la descubre particularmente en los primeros capítulos de la obra, especialmente en 1Sa_2:22-36 ; 7 y 12, quizá en una modificación de la profecía de Natán, 2 S 7; pero el relato de 2 S 9-20 se ha conservado casi sin retoque.

Los libros de Samuel abarcan el período que va de los orígenes de la monarquía israelita al final del reinado de David. La expansión de los filisteos (la batalla de Afec, 1 S 4, se sitúa hacia el 1050) ponía en peligro la existencia misma de Israel e impuso la monarquía. Saúl, hacia el 1030, es, en un principio, como un continuador de los Jueces, pero su reconocimiento por todas las tribus le confiere una autoridad universal y permanente: ha nacido la realeza. Comienza la guerra de liberación y los filisteos son arrojados hasta su territorio, 1 S 14; los encuentros ulteriores tienen lugar en los confines del territorio israelita, 1 S 17 (valle del Terebinto), 28 y 31 (Gelboé). Este último combate acaba en desastre y en él muere Saúl, hacia el 1010. La unidad nacional se ve de nuevo comprometida, David es consagrado rey en Hebrón por los de Judá, y las tribus del Norte le oponen a Isbaal, descendiente de Saúl, refugiado en Transjordania. Sin embargo, el asesinato de Isbaal hace posible la unión, y David es reconocido rey por Israel.

El segundo libro de Samuel no da más que un resumen de los resultados políticos del reinado de David: fueron, sin embargo, considerables. Los filisteos fueron definitivamente rechazados, la unificación del territorio concluye con la absorción de los enclaves cananeos, y en primer lugar Jerusalén, que se convirtió en la capital política y religiosa del reino. Fue sometida Transjordania, y David extendió su dominio sobre los arameos de Siria meridional. Con todo, cuando murió David, hacia el 970, la unidad nacional no estaba verdaderamente consolidada; David era rey de Israel y de Judá y estas dos fracciones se oponían a menudo: la rebelión de Absalón fue sostenida por las gentes del Norte, el benjaminita Seba quiso sublevar al pueblo al grito de «A tus tiendas, Israel». Se presiente ya el cisma.

Estos libros traen un mensaje religioso; exponen las condiciones y las dificultades de un reino de Dios sobre la tierra. El ideal sólo se ha conseguido bajo David; este logro ha sido precedido por el fracaso de Saúl y será seguido por todas las infidelidades de la monarquía, que atraerán la condenación de Dios y provocarán la ruina de la nación. A partir de la profecía de Natán, la esperanza mesiánica se ha alimentado de las promesas hechas a la casa de David. El NT se refiere a ellas tres veces, Hch_2:30 , 2Co_6:18 , Heb_1:5 . Jesús es descendiente de David, y el nombre de hijo de David que le da el pueblo es el reconocimiento de sus títulos mesiánicos. Los Padres han establecido un paralelo entre la vida de David y la de Jesús, el Cristo, el Ungido, elegido para salvación de todos, rey del pueblo espiritual de Dios y, sin embargo, perseguido por los suyos.

Fuente: Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros

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Notas

II Samuel  21,1
NOTAS

21 Los caps. 21-24, interrumpiendo la gran historia de la familia de David y de la sucesión al trono, que se reanudará en 1 R 1, contienen seis apéndices distribuidos de dos en dos: los dos relatos de 2Sa_21:1-14 (hambre de tres años) y 24 (peste de tres días); dos series de anécdotas heroicas: 2Sa_21:15-22 (los cuatro gigantes filisteos) y 2Sa_23:8-39 (los valientes de David); dos piezas poéticas: 22 (cántico de David) y 2Sa_23:1-7 (últimas palabras de David).

21:1 (a) Este relato, separado de su contexto, debe colocarse al parecer, cronológicamente, antes de 2Sa_9:1. 2Sa_21:7 debe de ser una glosa posterior.

21:1 (b) Como se pide audiencia a un rey, 1Re_10:24.


II Samuel  21,2
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Jos_9:3-27

NOTAS

21:2 2Sa_21:2 es una observación para el lector, y su valor histórico es difícil de apreciar. Según Jos_9:7, los gabaonitas son jivitas.

II Samuel  21,3
NOTAS

21:3 Los gabaonitas ofendidos han proferido una maldición contra Israel. Es necesario que la anulen con una bendición, ver Jue_17:2; 1Re_2:33, 1Re_2:44-45.

II Samuel  21,6
NOTAS

21:6 (a) No conocemos suficientemente el género de muerte expresado por el verbo hebreo «yaqa`». La raíz árabe indica «acción de caer».

21:6 (b) Desaparecido Saúl, la venganza de sangre se ejecuta sobre sus descendientes. -El título «elegido de Yahvé» dado a Saúl (ver 1Sa_10:24) expresa el desprecio de los gabaonitas hacia quien ha querido aniquilarlos.

II Samuel  21,7
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] 1Sa_20:15 s; 1Sa_20:42

II Samuel  21,8
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] 2Sa_3:7

[2] 1Sa_18:19

II Samuel  21,10
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] 2Sa_3:31; 2Sa_12:16

NOTAS

21:10 (a) Vestido de duelo, ver 2Sa_3:31; 2Sa_12:16.

21:10 (b) La llegada de la lluvia anuncia que el hambre va a cesar y que la expiación ha sido aceptada por Dios. Sólo entonces mandará David levantar los cadáveres. A estos casos particulares no se aplica Deu_21:22-23, ver Jos_10:27.

II Samuel  21,12
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] 1Sa_31:10-13

II Samuel  21,15
NOTAS

21:15 Estos episodios de las guerras filisteas estarían mejor situados después de 2Sa_5:17-25, al comienzo del reinado. Son combates individuales, ver 1Sa_17:40+, entre campeones filisteos y David o uno de sus valientes, ver también 2Sa_23:20-21. En el primer episodio, David es salvado, contra las reglas, por la intervención de Abisay; entonces, sus hombres le piden que no se exponga más en combate individual, 2Sa_21:17.

II Samuel  21,16
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Deu_1:28+

NOTAS

21:16 La traducción del comienzo del v. es dudosa.

II Samuel  21,17
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] 2Sa_14:7; 1Re_11:36; 1Re_15:4; 2Re_8:19

II Samuel  21,18
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] |1Cr_20:4-8; 2Sa_23:27; 1Sa_17:4+; 1Sa_17:7

II Samuel  21,19
NOTAS

21:19 El nombre propio va seguido en hebr. de la palabra «tejedor», que vuelve a encontrarse al final del v.

II Samuel  21,20
NOTAS

21:20 Traducción dudosa.

II Samuel  21,21
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] 2Sa_13:3; 1Sa_16:9