II Tesalonicenses  1 Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998) | 12 versitos |
1
Saludo.
Pablo, Silvano y Timoteo a la iglesia de los Tesalonicenses, en Dios nuestro Padre y en el Señor Jesucristo.
2 Gracia a vosotros y paz de parte de Dios Padre y del Señor Jesucristo.
3
Acción de gracias y palabras de aliento.
La retribución última.
Tenemos que dar en todo tiempo gracias a Dios por vosotros, hermanos, como es justo, porque vuestra fe está progresando mucho y se acrecienta la mutua caridad de todos y cada uno de vosotros,
4 hasta tal punto que nosotros mismos nos gloriamos de vosotros en las iglesias de Dios por la tenacidad y la fe en todas las persecuciones y tribulaciones que estáis pasando.
5 Esto es señal del justo juicio de Dios, en el que seréis declarados dignos del Reino de Dios, por cuya causa padecéis.
6 Porque es propio de la justicia de Dios el pagar con tribulación a los que os atribulan,
7 y a vosotros, los atribulados, con el descanso junto con nosotros, cuando el Señor Jesús se revele desde el cielo con sus poderosos ángeles,
8 en medio de una llama de fuego, y tome venganza de los que no conocen a Dios y de los que no obedecen al Evangelio de nuestro Señor Jesús.
9 Éstos sufrirán la pena de una ruina eterna, alejados de la presencia del Señor y de la gloria de su poder ,
10 cuando venga en aquel día a ser glorificado en sus santos y admirado en todos los que hayan creído —pues nuestro testimonio ha sido creído por vosotros.
11 Con este objeto rogamos en todo tiempo por vosotros: que nuestro Dios os haga dignos de la vocación y lleve a término con su poder todo vuestro deseo de hacer el bien y la actividad de la fe,
12 para que así el nombre de nuestro Señor Jesús sea glorificado en vosotros, y vosotros en él, según la gracia de nuestro Dios y del Señor Jesucristo.

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Introducción a II Tesalonicenses 

I y II Tesalonicenses.
Las primeras cronológicamente están dirigidas a los Tesalonicenses , evangelizados por San Pablo en el curso de su segundo viaje, Hch_17:1-10 , otoño del 49 a primavera del 50. Obligado por los ataques de los judíos a salir para Berea, desde donde llegó a Atenas y Corinto, de esta última ciudad escribió sin duda 1 Ts en el verano del 50. Silas y Timoteo están con él, y las buenas noticias traídas por este último después de una segunda visita a Tesalónica, sirven de ocasión a Pablo para desahogar su corazón, 1-3 ; siguen algunas exhortaciones prácticas, 1Ts_4:1-12 ; 1Ts_5:12-28 , entre las que se incluye una respuesta respecto de la suerte de los difuntos y de la Parusía de Cristo, 4:13-5:11. 2 Ts, escrita sin duda en Corinto algunos meses más tarde ( 2Ts_2:15 ), contiene además de exhortaciones prácticas, 1 ; 2:13-3:15, nuevas instrucciones sobre la fecha de la Parusía y los signos que la han de preceder, 2Ts_2:1-12 .

2 Ts presenta sorprendentes semejanzas literarias con 1 Ts, hasta el punto que algunos críticos han visto en ella la obra de un falsario que se habría inspirado en San Pablo imitando su estilo. Pero resulta difícil comprender el motivo de tal falsificación, y es mucho más sencillo pensar que el mismo Apóstol, queriendo corregir algunos aspectos de su enseñanza escatológica mal comprendidos, 1Ts_5:2-9 , haya escrito esta segunda carta repitiendo las fórmulas de la primera. Ambos escritos no se contradicen, sino que se completan; y su autenticidad queda asimismo bien testificada por la antigua tradición de la Iglesia.

Aparte del interés que ofrecen por presentar ya en germen muchos de los temas que se repetirán en ulteriores epístolas, éstas son importantes sobre todo por su doctrina sobre la escatología. En esta primera etapa de su apostolado, el pensamiento del Apóstol aparece enteramente centrado en la resurrección de Cristo y en su venida gloriosa que traerá la salvación a los que hayan creído en él, aun cuando hubieran ya muerto, 1Ts_4:13-18 . Describe esta venida gloriosa según las tradiciones de la apocalíptica judía y del cristianismo primitivo (discurso escatológico de los Sinópticos, sobre todo de Mt). Conforme a las enseñanzas de Jesús, ora insiste en la inminencia imprevisible de esta venida, que exige vigilancia, 1Ts_5:1-11 , hasta el punto de producir la impresión de que él y ellos la verán en vida, 1Ts_4:17 , ora tanquiliza a sus fieles inquietos por esta perspectiva, recordándoles que no ha llegado aún el Día y que ha de ser precedido de algunos signos, 2Ts_2:1-12 . Éstos ya no son tan claros para nosotros como debieron serlo para los primeros lectores. Parece que Pablo se imagina al Anticristo como un individuo que vendrá en los últimos tiempos. En cuanto al obstáculo «que ahora le retiene», 2Ts_2:6 , algunos intérpretes han visto en él al imperio romano, otros a la predicación evangélica, pero nada hay de cierto.

Fuente: Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros

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Notas

II Tesalonicenses  1,1
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] 1Ts_1:1

[2] Hch_15:22+; Hch_16:1+


II Tesalonicenses  1,3
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] 1Ts_1:2

[2] 1Ts_3:6-12

[3] 1Ts_4:9-10

II Tesalonicenses  1,4
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] 1Ts_2:19-20

[2] 1Co_1:2+; 1Ts_1:7-8

II Tesalonicenses  1,5
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Mat_4:17+; 1Ts_2:14; 1Ts_3:4+

II Tesalonicenses  1,6
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Flp_1:28

II Tesalonicenses  1,7
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Apo_14:13

[2] 1Co_1:7+

NOTAS

1:7 A Pablo le gusta subrayar que su destino está ligado al de sus iglesias, ver 1Ts 2-3; 1Co_4:8; Flp_1:30, etc.

II Tesalonicenses  1,8
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Éxo_3:2; Isa_66:15; Jer_10:25; Isa_66:4; Rom_1:5+

NOTAS

1:8 (a) El cielo, ver 1Ts_4:16, los ángeles, ver Mat_13:39, Mat_13:41, Mat_13:49; Mat_16:27; Mat_24:31; Mat_25:31; Luc_12:8 (probablemente los «santos» de 1Ts_3:13), el fuego de las teofanías, ver Éxo_13:22+; Éxo_19:16+, son rasgos de la apocalíptica judía, ver 1Ts_4:16+.

1:8 (b) Es decir, los gentiles, 1Ts_4:5, y los judíos, Rom_10:16.

II Tesalonicenses  1,9
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Isa_2:10

II Tesalonicenses  1,10
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Isa_2:11-17; Isa_49:3; Isa_66:5; Sal_89:8 [Sal_89:7] LXX; Sal_68:35 [Sal_68:34] LXX

NOTAS

1:10 (a) Parece que Pablo piensa aquí en los ángeles (los «santos», ver Hch_9:13+) y en los cristianos («los que hayan creído»).

1:10 (b) La condenación de los que rechazan el Evangelio está aquí descrita, con vivo contraste con la glorificación de los creyentes, en términos duros que quizá se expliquen por una persecución insistente. Tras el paréntesis de los vv. 2Ts_1:6-10, el pensamiento vuelve a enlazar con el v. 2Ts_1:5.

II Tesalonicenses  1,11
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] 1Ts_2:12+

[2] Flp_2:13; Flp_4:3

NOTAS

1:11 Otra traducción: «y realice eficazmente toda su voluntad de hacer el bien».

II Tesalonicenses  1,12
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Isa_66:5; Isa_24:15; Jua_17:10, Jua_17:24