Jueces 16 Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998) | 31 versitos |
1
El episodio de las puertas de Gaza.
De allí Sansón se dirigió a Gaza, vio allí una prostituta y entró en su casa.
2 Se dio aviso a los hombres de Gaza: «Ha venido Sansón.» Ellos le rodearon y le estuvieron acechando a la puerta de la ciudad. Estuvieron tranquilos toda la noche pensando: «Esperemos hasta que despunte el día y lo mataremos.»
3 Sansón estuvo durmiendo hasta media noche; y a media noche se levantó, cogió las hojas de la puerta de la ciudad con sus dos jambas, las arrancó junto con la barra, se las cargó a la espalda, y las subió hasta la cumbre del monte que está frente a Hebrón.
4
Sansón traicionado por Dalila.
Después de esto, se enamoró de una mujer de la vaguada de Sorec, que se llamaba Dalila.
5 Los tiranos de los filisteos subieron donde ella y le dijeron: «Sonsácale y entérate de dónde le viene esa fuerza tan enorme, y cómo podríamos dominarlo para amarrarlo y tenerlo sujeto. Nosotros te daremos cada uno mil cien siclos de plata.»
6 Dalila dijo a Sansón: «Dime, por favor, ¿de dónde te viene esa fuerza tan grande y con qué habría que atarte para tenerte sujeto?»
7 Sansón le respondió: «Si me amarraran con siete cuerdas de arco todavía frescas, sin dejarlas secar, me debilitaría y sería como un hombre cualquiera.»
8 Los tiranos de los filisteos llevaron a Dalila siete cuerdas de arco frescas, sin secar aún, y lo amarró con ellas.
9 Tenía ella hombres apostados en la alcoba y le gritó: «Los filisteos contra ti, Sansón.» Él rompió las cuerdas de arco como se rompe el hilo de estopa en cuanto siente el fuego. Así no se descubrió el secreto de su fuerza.
10 Entonces Dalila dijo a Sansón: «Te has reído de mí y me has dicho mentiras; dime pues, por favor, con qué habría que atarte.»
11 Él le respondió: «Si me amarraran bien con cordeles nuevos sin usar, me debilitaría y sería como un hombre cualquiera.»
12 Dalila cogió unos cordeles nuevos, lo amarró con ellos y le gritó: «Los filisteos contra ti, Sansón.» Tenía ella hombres apostados en la alcoba, pero él rompió los cordeles de sus brazos como un hilo.
13 Entonces Dalila dijo a Sansón: «Hasta ahora te has estado burlando de mí y no me has dicho más que mentiras. Dime con qué habría de amarrarte.» Él le respondió: «Si tejieras las siete trenzas de mi cabellera con la trama y las clavaras con la clavija del tejedor, me debilitaría y sería como un hombre cualquiera.»
14 Ella le hizo dormir, tejió luego las siete trenzas de su cabellera con la trama, las clavó con la clavija y le gritó: «Los filisteos contra ti, Sansón.» Él se despertó de su sueño y arrancó la trama y la clavija. Así no se descubrió el secreto de su fuerza.
15 Dalila le dijo: «¿Cómo puedes decir: Te amo, si tu corazón no está conmigo? Tres veces te has reído ya de mí y no me has dicho en qué consiste esa fuerza tan grande.»
16 Como todos los días le asediaba con sus palabras y le importunaba, aburrido de la vida,
17 le abrió todo su corazón y le dijo: «La navaja no ha pasado jamás por mi cabeza, porque soy nazireo de Dios desde el vientre de mi madre. Si me rasuraran, mi fuerza se retiraría de mí, me debilitaría y sería como un hombre cualquiera.»
18 Dalila comprendió entonces que le había abierto todo su corazón, mandó llamar a los tiranos de los filisteos y les dijo: «Venid, pues esta vez me ha abierto todo su corazón.» Y los tiranos de los filisteos vinieron donde ella con el dinero en la mano.
19 Ella hizo dormir a Sansón sobre sus rodillas y llamó a un hombre, que le cortó las siete trenzas de su cabeza. Y comenzó a debilitarse, y se le fue el vigor.
20 Ella gritó: «Los filisteos contra ti, Sansón.» Él se despertó de su sueño y se dijo: «Saldré como las otras veces y me los sacudiré.» No sabía que Yahvé se había apartado de él.
21 Los filisteos le echaron mano, le sacaron los ojos y lo bajaron a Gaza. Allí lo ataron con una doble cadena de bronce y daba vueltas a la muela en la cárcel.
22
Venganza y muerte de Sansón.
Pero el pelo de su cabeza, nada más rapado, empezó a crecer.
23 Los tiranos de los filisteos se reunieron para ofrecer un gran sacrificio a su dios Dagón y hacer gran fiesta. Decían:
«Nuestro dios ha puesto en nuestras manos
a Sansón, nuestro enemigo.»
24 En cuanto lo vio la gente, alababa a su dios diciendo:
«Nuestro dios ha puesto en nuestras manos
a Sansón nuestro enemigo,
al que devastaba nuestro país
y multiplicaba nuestros muertos.»
25 Y como su corazón estaba alegre, dijeron: «Llamad a Sansón para que nos divierta.» Trajeron, pues, a Sansón de la cárcel, y él los estuvo divirtiendo; luego lo pusieron de pie entre las columnas.
26 Sansón dijo entonces al muchacho que lo llevaba de la mano: «Ponme donde pueda tocar las columnas en las que descansa el edificio, para que me apoye en ellas.»
27 El edificio estaba lleno de hombres y mujeres. Estaban dentro todos los tiranos de los filisteos y, en el terrado, unos tres mil hombres y mujeres contemplando los juegos de Sansón.
28 Sansón invocó a Yahvé y exclamó: «Señor Yahvé, dígnate acordarte de mí, hazme fuerte aunque sólo sea esta vez, oh Dios, para que de un golpe me vengue de los filisteos por mis dos ojos.»
29 Y Sansón tanteó las dos columnas centrales sobre las que descansaba el edificio, se apoyó en ellas, en una con su brazo derecho, en la otra con el izquierdo,
30 y gritó: «¡Muera yo con los filisteos!» Apretó con todas sus fuerzas y el edificio se derrumbó sobre los tiranos y sobre toda la gente allí reunida. Los muertos que mató al morir fueron más que los que había matado en vida.
31 Sus hermanos y toda la casa de su padre bajaron y se lo llevaron. Lo subieron y sepultaron entre Sorá y Estaol, en el sepulcro de su padre Manóaj. Había juzgado a Israel por espacio de veinte años.

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Introducción a Jueces

El libro de los Jueces comprende tres partes desiguales:
a) una introducción, 1:1-2:5;
b) el cuerpo del libro, 2:6-16:31;
c) adiciones que narran la migración de los danitas, con la fundación del santuario de Dan, 17-18, y la guerra contra Benjamín en castigo del crimen de Guibeá, 19-21.

La introducción actual al libro, 1:1-2:5, en realidad no le pertenece: se ha dicho a propósito del libro de Josué que era otro cuadro de la conquista y sus resultados, considerado desde un punto de vista de los de Judá. Su inserción ha ocasionado la repetición en Jue_2:6-10 de informaciones acerca de la muerte y la sepultura de Josué que se habían dado ya en Jos_24:29-31 .

La historia de los Jueces se refiere en la parte central, 2:6-16:31. Los modernos distinguen seis grandes jueces, Otniel, Ehúd, Barac (y Débora), Gedeón, Jefté y Sansón, cuyos hechos se refieren de una manera más o menos detallada, y seis menores, Sangar, Jue_3:31 , Tolá y Yaír, Jue_10:1-15 , Ibsán, Elón y Abdón, Jue_12:8-15 , que solamente son objeto de breves menciones. Pero esta distinción no se hace en el texto; hay una diferencia mucho mayor entre los dos grupos, y el título común de jueces que se les da es el resultado de la composición del libro, que ha reunido elementos extraños entre sí en un principio. Los grandes jueces son héroes libertadores; su origen, su carácter y su acción varían mucho, pero todos poseen un rasgo común: han recibido una gracia especial, un carisma, han sido especialmente elegidos por Dios para una misión de salvación.

Sus historias fueron narradas primero oralmente, en formas variadas, e incorporaron elementos diversos. Finalmente, fueron reunidas en un libro de los libertadores, compuesto en el reino del Norte en la primera parte de la época monárquica. Abarcaba la historia de Ehúd, la de Barac y Débora, quizá alterada ya por el relato de Jos 11, referente a Yabín de Jasor, la historia de Gedeón-Yerubaal, a lo que se añadió el episodio de la realeza de Abimélec, la historia de Jefté ampliada con la de su hija. Se recogieron dos antiguas piezas poéticas, el Cántico de Débora, 5, que es un duplicado del relato en prosa, 4, y el apólogo de Jotán, Jue_9:7-15 , dirigido contra la realeza de Abimélec. Los héroes de algunas tribus se convertían en este libro en figuras nacionales que habían dirigido las guerras de Yahvé para todo Israel. Los jueces menores, Tolá, Yaír, Ibsán, Elón, Abdón, proceden de una tradición diferente. No se les atribuye ningún acto salvador, solamente se dan informaciones acerca de sus orígenes, su familia y el lugar de su sepultura, y se dice que han juzgado a Israel durante un número de años preciso y variable. Conforme al uso diverso del verbo sf[di[si2][md5].[mu5]t[ee, juzgar, en las lenguas semíticas del Oeste, emparentadas con el hebreo, en Mari en el s. XVIII a. C., y en Ugarit en el s. XIII, y hasta en los textos fenicios y púnicos de la época grecorromana (los sufetes de Cartago), estos jueces no sólo administran justicia, sino que gobiernan. Su autoridad no se extendía más allá de su ciudad o de su distrito. Fue una institución política intermedia entre el régimen tribal y el régimen monárquico. Los primeros redactores deuteronomistas poseían informes auténticos de estos jueces, pero extendieron su poder a todo Israel y los ordenaron en sucesión cronológica. Trasladaron su título a los héroes del libro de los libertadores, que de ese modo se convirtieron en jueces de Israel. Jefté servía de lazo de unión entre los dos grupos: había sido un libertador, pero también había sido juez; se sabían, y se dan a propósito de él los mismos datos, Jue_11:1-2 ; Jue_12:7 , que a propósito de los jueces menores, entre los cuales se incrusta su historia. Con ellos se equiparó también una figura que primitivamente nada tenía que ver con ninguno de los dos grupos: el singular héroe danita Sansón, que no había sido ni libertador ni juez, pero cuyas hazañas contra los filisteos se narraban en Judá, 13-16. Se añadió en la lista a Otniel, Jue_3:7-11 , que pertenece a la época de la conquista, ver Jos_14:16-19 ; Jue_1:12-15 , y más adelante a Sangar, Jue_3:31 , que ni siquiera era israelita, ver Jue_5:6 , así se alcanzaba la cifra de doce, simbólica de todo Israel. Fue también la redacción deuteronomista la que puso al libro su marco cronológico: conservando los datos auténticos sobre los jueces menores, fue intercalando en los relatos indicaciones convencionales en que se repiten las cifras de 40, duración de una generación, o su múltiplo 80, o su mitad 20, en un esfuerzo por alcanzar un total que, combinado con otros datos de la Biblia, corresponde a los 480 años que la historia deuteronomista pone entre la salida de Egipto y la construcción del Templo, 1Re_6:1 . En este marco, las historias de los Jueces llenan sin lagunas el período que discurrió entre la muerte de Josué y los comienzos del ministerio de Samuel. Pero, sobre todo, los redactores deuteronomistas dieron al libro su sentido religioso. Éste se expresa en la introducción general de 2:6-3:6 y en la introducción particular a la historia de Jefté, Jue_10:6-16 , así como en las fórmulas redaccionales que llenan casi toda la historia de Otniel, que es una composición deuteronomista, y que sirven de marco a las grandes historias siguientes: los israelitas han sido infieles a Yahvé, él los ha entregado en manos de los opresores; los israelitas han implorado a Yahvé, él les ha enviado un salvador, el Juez. Pero vuelven las infidelidades y la serie se repite. Este libro deuteronomista de los Jueces tuvo por lo menos dos ediciones. Los indicios más claros son: los dos elementos que se añaden en la introducción, Jue_2:11-19 y Jue_2:6-10 * 2:20-3:6, y las dos conclusiones a la historia de Sansón, Jue_15:20 y Jue_16:30 , que significan que el cap. 16 es una adición.

Este libro no contenía aún los apéndices, 17-21. Éstos no narran la historia de un juez, sino que informan de los acontecimientos ocurridos antes de la institución de la monarquía, razón por la cual han sido añadidos al final del libro después de la vuelta del Destierro. Reproducen antiguas tradiciones y han pasado por una larga historia literaria o preliteraria antes de ser aquí incluidos. Los caps. 17-18 tienen su origen en una tradición danita sobre la migración de la tribu y la fundación del santuario de Dan, que ha sido transformada en sentido peyorativo. Los caps. 19-21 combinan dos tradiciones de los santuarios de Mispá y Betel, que fueron divulgadas por todo Israel; estas tradiciones, quizá benjaminitas, fueron revisadas en Judá en sentido hostil a la realeza de Saúl en Guibeá.

El libro es casi nuestra única fuente para el conocimiento de la época de los Jueces; pero no permite escribir una historia lógica de esa época. La cronología que nos da es artificial, como lo hemos dicho ya. Suma períodos que han podido superponerse en el tiempo, puesto que los tiempos de opresión y las liberaciones nunca afectan más que a una parte del territorio y la época de los Jueces no se extendió más de siglo y medio.

Los principales acontecimientos cuyo recuerdo se nos conserva pueden ser fechados dentro de este período sólo por aproximación. La victoria de Tanac bajo Débora y Barac, 4-5, pudo haber sido conseguida hacia mediados del s. XII, es anterior a la invasión madianita (Gedeón) y a la expansión de los filisteos fuera de su territorio propio (Sansón). De ello se deduce sobre todo que, durante este turbulento período, los israelitas no sólo tuvieron que luchar contra los cananeos, primeros poseedores del país, por ejemplo contra los de la llanura de Yizreel, batidos por Débora y Barac, sino también contra los pueblos vecinos: moabitas (Ehúd), amonitas (Jefté), madianitas (Gedeón), y contra los filisteos recién llegados (Sansón). En estos momentos de peligro, cada grupo defiende su territorio. En ocasiones, un grupo se une a los grupos vecinos, Jue_7:23 , o a la inversa, una tribu poderosa protesta porque no ha sido invitada a participar del botín, Jue_8:1-3 ; Jue_12:1-6 . El Cántico de Débora, 5, estigmatiza a las tribus que no han respondido al llamamiento y, cosa notable, Judá y Simeón ni siquiera aparecen nombrados.

Estas dos tribus vivían en el Sur, separadas por la barrera no israelita de Guézer, de las ciudades gabaonitas y de Jerusalén, y su aislamiento alimentaba los gérmenes del cisma futuro. Por el contrario, la victoria de Tanac, que daba a los israelitas la llanura de Yizreel, facilitó la unión de la Casa de José y de las tribus del Norte. Sin embargo, la unidad entre las diferentes fracciones estaba asegurada por la participación en la misma fe religiosa: todos los Jueces fueron yahvistas convencidos, y el santuario del arca en Silo era el centro donde todos los grupos se encontraban. Además, estas luchas forjaron el alma nacional y prepararon el momento en que, ante un peligro general, se unirían todos contra el enemigo común, bajo Samuel.

El libro enseñaba a los israelitas que la opresión es un castigo de la impiedad y que la victoria es una consecuencia de la vuelta a Dios. El Eclesiástico alaba a los Jueces por su fidelidad, Sir_46:11-12 , la epístola a los Hebreos presenta sus éxitos como la recompensa de su fe; forman parte de esa nube de testigos que anima al cristiano a rechazar el pecado y a soportar con valentía la prueba a que se le somete, Heb_11:32-34 y Heb_12:1 .

Fuente: Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros

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Notas

Jueces 16,3
NOTAS

16:3 Hebrón está a 60 km de Gaza. Esta hazaña del Hércules danita explica quizá el nombre de un lugar cerca de Hebrón, a la salida de la ruta que baja hacia Gaza.


Jueces 16,4
NOTAS

16:4 Mujeres son las que han metido a Sansón en todas sus aventuras; de éstas ha salido gracias a la fuerza que Dios da al hombre que le está consagrado. Una última mujer le perderá, porque le hará faltar a su voto de nazireo.

Jueces 16,5
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Jue_14:15-18

Jueces 16,14
NOTAS

16:14 Completamos Jue_16:13-14 según el griego; una frase se ha perdido en el hebr. -Se trata de un telar horizontal en el que la urdimbre de la pieza que se teje se extiende entre clavijas hincadas en el suelo. Después de cada paso de la lanzadera se aprieta la trama con un mazo.

Jueces 16,19
NOTAS

16:19 «comenzó a debilitarse» versiones; «ella comenzó a maltratarle» hebr.

Jueces 16,23
NOTAS

16:23 Dagón fue antiguamente la gran divinidad de la región del Éufrates medio. Su culto se hallaba extendido en Siria y Palestina, ver el nombre de Bet Dagón, Jos_15:41; Jos_19:27. Había sido adoptado por los filisteos, que muy pronto parecen haberse olvidado de todo lo referente a su religión original. Daremos de nuevo con Dagón en la historia del arca, 1Sa_5:2 s.

Jueces 16,24
NOTAS

16:24 Añadido para el ritmo y según Jue_16:23; omitido por hebr.

Jueces 16,30
NOTAS

16:30 El fin de Sansón encierra una soberana grandeza: da su vida poniendo en juego por última vez, contra los enemigos de su pueblo, la fuerza que ha recibido de Dios.

Jueces 16,31
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Jue_15:20

NOTAS

16:31 Segunda conclusión deuteronomista, según la línea de los datos sobre los jueces «menores».