I Macabeos 4 Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998) | 61 versitos |
1
La batalla de Emaús.
Gorgias, tomando cinco mil hombres y mil jinetes escogidos, partió con ellos de noche
2 para caer sobre el campamento de los judíos y vencerlos por sorpresa. La gente de la Ciudadela los guiaba.
3 Pero lo supo Judas y salió él a su vez con sus guerreros con intención de batir al ejército real que quebada en Emaús
4 mientras estaban todavía dispersas las tropas fuera del campamento.
5 Gorgias llegó de noche al campamento de Judas y, al no encontrar a nadie, los estuvo buscando por las montañas, pues pensaba: «Éstos van huyendo de nosotros.»
6 Al rayar el día, apareció Judas en la llanura con tres mil hombres. Sólo que no tenían las armas defensivas y las espadas que hubiesen querido,
7 mientras veían el campamento de los paganos fuerte, bien atrincherado, rodeado de la caballería y todos diestros en la guerra.
8 Judas entonces dijo a los que con él iban: «No temáis a esa muchedumbre ni su pujanza os acobarde.
9 Recordad cómo se salvaron nuestros padres en el mar Rojo, cuando el faraón los perseguía con su ejército.
10 Clamemos ahora al Cielo, a ver si tiene piedad de nosotros, si recuerda la alianza de nuestros padres y destruye hoy este ejército a nuestro favor.
11 Entonces reconocerán todas las naciones que hay quien rescata y salva a Israel.»
12 Los extranjeros alzaron la vista y, al ver a los judíos que venían contra ellos,
13 salieron del campamento a presentar batalla. Los soldados de Judas hicieron sonar la trompeta
14 y entraron en combate. Salieron derrotados los paganos y huyeron hacia la llanura.
15 Los rezagados cayeron todos a filo de espada. Los persiguieron hasta Gázara y hasta las llanuras de Idumea, Asdod y Yamnia. Cayeron de ellos al pie de tres mil hombres.
16 Judas, al volver con su ejército de la persecución,
17 dijo a su gente: «Contened vuestros deseos de botín, que otra batalla nos amenaza;
18 Gorgias y su ejército se encuentran cerca de nosotros en la montaña. Haced frente ahora a nuestros enemigos y combatid con ellos; después podréis con tranquilidad haceros con el botín.»
19 Apenas había acabado Judas de hablar, cuando se dejó ver un destacamento que asomaba por la montaña.
20 Advirtieron éstos que los suyos habían huido y que el campamento había sido incendiado, como se lo daba a entender el humo que divisaban.
21 Viéndolo se llenaron de pavor y, al ver por otro lado en la llanura el ejército de Judas dispuesto para el combate,
22 huyeron todos al país de los filisteos.
23 Judas se volvió entonces al campamento para saquearlo. Recogieron mucho oro y plata, telas teñidas en púrpura marina y muchas otras riquezas.
24 De regreso cantaban y bendecían al Cielo: «Porque es bueno, porque es eterna su misericordia.»
25 Hubo aquel día gran liberación en Israel.
26 Los extranjeros que habían podido escapar se fueron donde Lisias y le comunicaron todo lo que había pasado.
27 Al oírles quedó consternado y abatido, porque a Israel no le había sucedido lo que él quería ni las cosas habían salido como el rey se lo tenía ordenado.
28
Primera campaña de Lisias.
Al año siguiente, reunió Lisias sesenta mil hombres escogidos y cinco mil jinetes para combatir contra ellos.
29 Llegaron a Idumea y acamparon en Bet Sur. Judas fue a su encuentro con diez mil hombres
30 y, cuando vio aquel poderoso ejército, oró diciendo: «Bendito seas, Salvador de Israel, que quebraste el ímpetu del poderoso guerrero por mano de tu siervo David y entregaste el ejército de los filisteos en manos de Jonatán, hijo de Saúl, y de su escudero.
31 Pon de la misma manera este ejército en manos de tu pueblo Israel, y sus fuerzas y su caballería queden defraudadas.
32 Infúndeles miedo, rompe la confianza que ponen en su fuerza y queden abatidos con su derrota.
33 Hazles sucumbir bajo la espada de los que te aman, y entonen himnos en tu alabanza todos los que conocen tu nombre.»
34 Vinieron a las manos y cayeron en el combate unos cinco mil hombres del ejército de Lisias.
35 Al ver Lisias la derrota sufrida por su ejército y la intrepidez de los soldados de Judas, y cómo estaban resueltos a vivir o morir valerosamente, partió para Antioquía, donde reclutó mercenarios con ánimo de presentarse de nuevo en Judea con fuerzas más numerosas.
36
Purificación y Dedicación del Templo.
Judas y sus hermanos dijeron: «Nuestros enemigos están vencidos; subamos, pues, a purificar el Lugar Santo y a celebrar su dedicación.»
37 Se reunió todo el ejército y subieron al monte Sión.
38 Cuando vieron el santuario desolado, el altar profanado, las puertas quemadas, arbustos nacidos en los atrios como en un bosque o en un monte cualquiera, y las salas destruidas,
39 rasgaron sus vestidos, dieron muestras de gran dolor y echaron ceniza sobre sus cabezas.
40 Cayeron luego rostro en tierra y a una señal dada por las trompetas, alzaron sus clamores al Cielo.
41 Judas dio orden a sus hombres de combatir a los de la Ciudadela hasta terminar la purificación del Lugar Santo.
42 Luego eligió sacerdotes irreprochables, celosos de la Ley,
43 que purificaron el Lugar Santo y llevaron las piedras de la contaminación a un lugar inmundo.
44 Deliberaron sobre lo que había de hacerse con el altar de los holocaustos que estaba profanado.
45 Con buen criterio, acordaron demolerlo para evitarse un oprobio, dado que los paganos lo habían contaminado. Lo demolieron, pues,
46 y depositaron sus piedras en el monte del templo, en un lugar conveniente, hasta que surgiera un profeta que diera respuesta sobre ellas.
47 Tomaron luego piedras sin labrar, como prescribía la Ley, y construyeron un nuevo altar como el anterior.
48 Repararon el Lugar Santo y el interior del templo y santificaron los atrios.
49 Hicieron nuevos objetos sagrados y colocaron dentro del templo el candelabro, el altar del incienso y la mesa.
50 Quemaron incienso sobre el altar y encendieron las lámparas del candelabro, que lucieron en el templo.
51 Pusieron panes sobre la mesa, colgaron las cortinas y dieron fin a la obra que habían emprendido.
52 El día veinticinco del noveno mes, llamado Quisleu, del año ciento cuarenta y ocho, se levantaron al romper el día
53 y ofrecieron sobre el nuevo altar de los holocaustos que habían construido un sacrificio conforme a la Ley.
54 Precisamente fue inaugurado el altar con cánticos, cítaras, liras y címbalos, en el mismo tiempo y el mismo día en que los paganos lo habían profanado.
55 El pueblo entero se postró rostro en tierra y adoró y bendijo al Cielo que los había conducido al triunfo.
56 Durante ocho días celebraron la dedicación del altar y ofrecieron con alegría holocaustos y el sacrificio de comunión y acción de gracias.
57 Adornaron la fachada del templo con coronas de oro y pequeños escudos, restauraron las entradas y las salas y les pusieron puertas.
58 Hubo grandísima alegría en el pueblo, y el ultraje inferido por los paganos quedó borrado.
59 Judas, de acuerdo con sus hermanos y con toda la asamblea de Israel, decidió que cada año, a su debido tiempo y durante ocho días a contar del veinticinco del mes de Quisleu, se celebrara con alborozo y regocijo el aniversario de la dedicación del altar.
60 Por aquel tiempo, levantaron en torno al monte Sión altas murallas y fuertes torres, no fuera que otra vez se presentaran como antes los paganos y lo pisotearan.
61 Puso Judas allí una guarnición que lo defendiera y, para que el pueblo tuviese una fortaleza frente a Idumea, fortificó Bet Sur.

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Introducción a I Macabeos

LOS LIBROS DE LOS MACABEOS

Introducción
Los dos libros de los Macabeos no formaban parte del canon de la Escritura de los judíos, pero han sido reconocidos por la Iglesia cristiana como inspirados (libros deuterocanónicos). Se refieren a la historia de las luchas sostenidas contra los soberanos seléucidas para conseguir la libertad religiosa y política del pueblo judío. El título les viene del sobrenombre de Macabeo dado al héroe principal de esta historia, 1Ma_2:4 , y que también se aplicó a sus hermanos.

El Primer libro de los Macabeos fija en su introducción, 1-2 , los adversarios que se enfrentan: el helenismo invasor, que halla cómplices en algunos judíos, y la reacción de la conciencia nacional, adherida a la Ley y al Templo. Por un lado, Antíoco Epífanes que profana el Templo y desencadena la persecución; por el otro, Matatías que lanza el grito de guerra santa. El cuerpo del libro se divide en tres partes, consagradas a las actividades de los tres hijos de Matatías que sucesivamente se ponen a la cabeza de la resistencia. Judas Macabeo (166-160 a. C.), 3:1-9:22, obtiene una serie de victorias sobre los generales de Antíoco, purifica el Templo y logra para los judíos la libertad de vivir conforme a sus costumbres. Bajo Demetrio I, las intrigas del sumo sacerdote Alcimo le crean dificultades, pero continúan sus éxitos militares, y Nicanor, que quería destruir el Templo, es derrotado y muerto. Judas busca la alianza de los romanos para asegurar sus posiciones. Muere en el campo de batalla. Le sucede su hermano Jonatán (160-142), 9:23-12:53. Las maniobras políticas alcanzan entonces mayor importancia que las operaciones militares. Jonatán se aprovecha con habilidad de las rivalidades de los que pretenden el trono de Siria: es nombrado sumo sacerdote por Alejandro Balas, reconocido por Demetrio II y confirmado por Antíoco VI. Trata de concertar alianza con los romanos y los espartanos. Va dilatándose el territorio sometido a su control y parece asegurada la paz interior, cuando Jonatán cae en manos de Trifón, que le hace morir, así como al joven Antíoco VI. El hermano de Jonatán, Simón (142-134), 13:1-16:24, apoya a Demetrio II, que recupera el poder. Demetrio, y luego Antíoco VII, le reconocen como sumo sacerdote, estratega y etnarca de los judíos. Con esto, está ya conseguida la autonomía política. Estos títulos le son confirmados por un decreto del pueblo. Se renueva la alianza con los romanos. Es una época de paz y prosperidad. Pero Antíoco VII se vuelve contra los judíos, y Simón, con dos de sus hijos, es asesinado por su yerno, que creía hacer con esto un servicio al soberano.

La narración, pues, abarca cuarenta años, desde la subida de Antíoco Epífanes, el año 175, hasta la muerte de Simón, a quien sucede Juan Hircano, el 134 a. C. Se escribió en hebreo, pero sólo se conserva en una traducción griega. Su autor es judío de Palestina y ha compuesto su obra después del 134, pero antes de la toma de Jerusalén por Pompeyo el 63 a. C. Las últimas líneas del libro, 1Ma_16:23-24 , indican que fue escrito hacia el final del reinado de Juan Hircano, como fecha más temprana, probablemente hacia el año 100 a. C. Es un documento precioso para la historia de aquel tiempo, siempre que se tenga en cuenta el género literario, imitación de las antiguas crónicas de Israel, y las intenciones del autor. Porque, por mucho que se extienda en narrar los sucesos de la guerra y las intrigas políticas, el autor quiere relatar una historia religiosa. Considera las desgracias de su pueblo como castigo del pecado y atribuye a la asistencia de Dios los éxitos de sus adalides. Es un judío celoso de su fe y ha comprendido que ésta era la que estaba en juego en la lucha entre la influencia pagana y las costumbres de los padres. Es, pues, un decidido adversario de la helenización y se siente lleno de admiración por los héroes que han combatido por la Ley y por el Templo, y que han conquistado para el pueblo la libertad religiosa y luego la independencia nacional. Es el cronista de una lucha en que se salvó el Judaísmo, portador de la Revelación.

Fuente: Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros

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Notas

I Macabeos 4,1
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] |2Ma_8:23-29


I Macabeos 4,2
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] 1Ma_1:33

I Macabeos 4,8
NOTAS

4:8 Ver 1Ma_3:22+. La arenga antes del combate, prescrita por Deu_20:2, parece haber sido normal en la antigüedad; ver también 2Ma_8:16-20.

I Macabeos 4,9
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] 1Ma_2:21+; 1Ma_3:18+

I Macabeos 4,15
NOTAS

4:15 Es Guézer, Jos_10:33, que será atacada por Judas, 2Ma_10:32, pero no será tomada sino por Simón, que la convertirá en residencia de su hijo (Juan Hircano), 1Ma_13:43 s; 1Ma_14:7, 1Ma_14:34; 1Ma_16:1, 1Ma_16:21.

I Macabeos 4,23
NOTAS

4:23 La «púrpura marina», de un rojo oscuro, es la de Tiro. Es la «púrpura escarlata» de Ex 25-29.

I Macabeos 4,24
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Sal_118:14+

NOTAS

4:24 Cantaban sin duda el Sal 118, ver 2Cr_20:21.

I Macabeos 4,26
NOTAS

4:26 Ver 1Ma_3:37 y 2Ma_11:21. Nos hallamos en los com C sin duda el Sal 118, ver 2Cr_20:21.

I Macabeos 4,28
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] |2Ma_11:1-12

I Macabeos 4,29
NOTAS

4:29 El ejército había dado un rodeo a Judea por la zona llana. La ciudadela seléucida de Bet Sur, ver 1Ma_6:7, límite sur de Judea, está a 28 km de Jerusalén en el camino de Hebrón.

I Macabeos 4,30
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] 1Sa 17

[2] 1Sa_14:1-23

I Macabeos 4,35
NOTAS

4:35 El autor parece ignorar las negociaciones que siguieron a este choque decisivo entre Judas y el importante ejército de Lisias, 2Ma_11:13 s.

I Macabeos 4,36
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] |2Ma_10:1-8

NOTAS

4:36 El templo, centro de la vida religiosa, marco exigido para la observación integral de la Ley, es una de las preocupaciones esenciales de los sublevados, ver 1Ma_2:7; 1Ma_3:43; 2Ma_13:11. Saqueado y profanado por los gentiles, 1Ma_1:21 s, 1Ma_1:54, es purificado y consagrado de nuevo a raíz de las primeras victorias. La muerte de Antíoco Epífanes, que nuestro autor sitúa erróneamente después de las expediciones contra los pueblos vecinos, cap. 5, no fue sin duda ajena a esos hechos. La idea de la santidad del templo alcanzará un relieve particular en el segundo libro, 2Ma_3:12+; 2Ma_5:15; 2Ma_13:11; 2Ma_15:18, 2Ma_15:37+.

I Macabeos 4,38
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Sal_74:2-7

I Macabeos 4,40
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] 1Ma_2:21+; 1Ma_3:18+

I Macabeos 4,43
NOTAS

4:43 La palabra griega traduce sin duda al hebr. siqqus, empleado frecuentemente para designar a los ídolos (los «monstruos abominables», ver Deu_29:16 [Deu_29:17]; Jer_4:1; Jer_7:30; etc.; Eze_5:11; Eze_7:20; Eze_11:18, etc.), y aquí se refiere al altar idolátrico, ver 1Ma_1:54.

I Macabeos 4,44
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] 1Re_8:64+

I Macabeos 4,46
NOTAS

4:46 El libro vuelve a menudo sobre esta interrupción de la profecía, ver 1Ma_9:27; 1Ma_14:41; ver ya Sal_74:9; Sal_77:9 [Sal_77:8]; Lam_2:9; Eze_7:26.

I Macabeos 4,47
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Éxo_20:25

I Macabeos 4,49
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Éxo_25:31-39; Éxo_30:1-10; Éxo_25:23-30

I Macabeos 4,52
NOTAS

4:52 Diciembre del 164, tercer aniversario del primer sacrificio ofrecido a Zeus, ver 1Ma_1:59.

I Macabeos 4,59
NOTAS

4:59 Esta fiesta de la Dedicación, Janukká en hebreo, es una de las más recientes del calendario de Israel, ver Éxo_23:14+. Se cantaba en ella el Hallel (Sal 113-118), se llevaban ramos verdes y palmas. Estas semejanzas con la fiesta de las Tiendas se subrayan en 2Ma_1:9+; 2Ma_10:6. Por lo demás, el templo de Salomón se había inaugurado en la fiesta de las Tiendas, 1Re_8:2, 1Re_8:62-66. También se encendían lámparas, que pronto dieron a la fiesta su otro nombre de «fiesta de las luminarias». Estas lámparas, símbolo de la Ley, colocadas en los vanos de cada casa, aseguraron la conservación y la popularidad de la fiesta después de la destrucción del templo. Tiene gran importancia en 2 M; ver las dos cartas preliminares y 2Ma_10:1-8. Se la menciona en Jua_10:22.

I Macabeos 4,61
NOTAS

4:61 El griego añade «que lo defendiera», ditografía.