I Samuel 1 Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998) | 28 versitos |
1
I. Samuel
1. LA INFANCIA DE SAMUEL
Peregrinación de Siló.
Hubo un hombre de Ramatáin Sofín, un sufita de la montaña de Efraín, llamado Elcaná, hijo de Yeroján, hijo de Elihú, hijo de Toju, hijo de Suf, efrainita.
2 Tenía dos mujeres: una se llamaba Ana y la otra Peniná. Peniná tenía hijos; Ana, en cambio, no los tenía.
3 Este hombre subía anualmente desde su ciudad para adorar y ofrecer sacrificios a Yahvé Sebaot en Siló, donde estaban Jofní y Pinjás, los dos hijos de Elí, sacerdotes de Yahvé.
4 El día en que Elcaná sacrificaba, daba sendas porciones a su mujer Peniná y a sus hijos e hijas,
5 y a Ana le daba una porción especial, pues era su preferida, aunque Yahvé había cerrado su seno.
6 Su rival la zahería para irritarla, porque Yahvé había cerrado su seno.
7 Así sucedía año tras año: cuando subía al templo de Yahvé la mortificaba. Ana no dejaba de llorar y se negaba a comer.
8 Elcaná su marido le decía: «Ana, ¿por qué lloras y no comes? ¿Por qué está apenado tu corazón? ¿No soy para ti mejor que diez hijos?»
9
Oración de Ana.
Tras haber comido y bebido en Siló, Ana se levantó. —El sacerdote Elí estaba sentado en su silla, contra la jamba de la puerta del santuario de Yahvé.
10 Estaba ella llena de amargura y oró a Yahvé llorando sin consuelo,
11 e hizo este voto: «¡Oh Yahvé Sebaot! Si te dignas mirar la aflicción de tu sierva y acordarte de mí, no olvidarte de tu sierva y darle un hijo varón, yo lo entregaré a Yahvé por todos los días de su vida y la navaja no tocará su cabeza.»
12 Mientras ella prolongaba su oración ante Yahvé, Elí observaba sus labios.
13 Ana oraba para sus adentros; sus labios se movían, pero no se oía su voz. Elí creyó que estaba ebria
14 y le dijo: «¿Hasta cuándo va a durar tu embriaguez? ¡Echa el vino que llevas!»
15 Pero Ana le respondió: «No, señor; soy una mujer acongojada; no he bebido vino ni cosa que embriague, sino que desahogo mi alma ante Yahvé.
16 No juzgues a tu sierva como una mala mujer; hasta ahora sólo por pena y pesadumbre he hablado.»
17 Elí le respondió: «Vete en paz y que el Dios de Israel te conceda lo que le has pedido.»
18 Ella dijo: «Que tu sierva halle gracia a tus ojos.» Se fue la mujer por su camino, comió y no pareció ya la misma.
19
Nacimiento y consagración de Samuel.
Se levantaron de mañana y, después de haberse postrado ante Yahvé, regresaron a su casa, en Ramá. Elcaná se unió a su mujer Ana y Yahvé se acordó de ella.
20 Concibió Ana y, llegado el tiempo, dio a luz un niño a quien llamó Samuel, «porque, dijo, se lo he pedido a Yahvé».
21 Subió el marido Elcaná con toda su familia para ofrecer a Yahvé el sacrificio anual y cumplir su voto,
22 pero Ana no subió, porque dijo a su marido: «Cuando el niño haya sido destetado, entonces lo llevaré, será presentado a Yahvé y se quedará allí para siempre.»
23 Elcaná, su marido, le respondió: «Haz lo que mejor te parezca, y quédate hasta que lo destetes; así Yahvé cumpla su palabra.» Se quedó, pues, la mujer y amamantó a su hijo hasta su destete.
24 Cuando lo hubo destetado, lo subió consigo, llevando además un novillo de tres años, una medida de harina y un odre de vino, e hizo entrar en la casa de Yahvé, en Siló, al niño todavía muy pequeño.
25 Inmolaron el novillo y llevaron el niño a Elí.
26 Ella dijo: «Óyeme, señor. Por tu vida, señor, yo soy la mujer que estuvo aquí junto a ti, orando a Yahvé.
27 Este niño pedía yo y Yahvé me ha concedido la petición que le hice.
28 Ahora se lo ofrezco a Yahvé por todos los días de su vida; está ofrecido a Yahvé.» Y se postró allí, ante Yahvé.

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Introducción a I Samuel

Los libros de Samuel formaban una sola obra en la Biblia hebrea. La división en dos libros se remonta a la traducción griega que ha unido asimismo Samuel y Reyes bajo un mismo título: los cuatro libros de los Reinos; la Vulgata los llama los cuatro libros de los Reyes. El Samuel hebreo corresponde a los dos primeros. Este título proviene de la tradición que atribuía al profeta Samuel la composición de este escrito.

El texto es uno de los peor conservados del AT. La traducción griega de los Setenta da un texto bastante diferente, que se remonta a un prototipo del que las cuevas de Qumrán han proporcionado importantes fragmentos. Existían, pues, varias recensiones hebraicas de los libros de Samuel.

Se distinguen en él cinco partes:
a) Samuel, 1 S 1-7;
b) Samuel y Saúl, 1 S 8-15;
c) Saúl y David, 1 S 16 a 2 S 1;
d) David, 2 S 2-20;
e) suplementos, 2 S 21-24.

La obra combina o yuxtapone diversas fuentes y tradiciones sobre los comienzos del período monárquico. Hay una historia del arca y de su cautiverio entre los filisteos, 1 S 4-6, en la que no aparece Samuel y que proseguirá en 2 S 6. Está enmarcada por un relato de la infancia de Samuel, 1 S 1-3, y por otro relato que presenta a Samuel como el último de los Jueces y anticipa la liberación del yugo filisteo, 7. Samuel desempeña un papel esencial en la historia de la institución de la realeza, 1 S 8-12, donde se han distinguido desde hace tiempo dos grupos de tradiciones: 9; 1Sa_10:1-16 ; 11, por una parte, y 8; 1Sa_10:17-24 ; 12, por otra. Al primer grupo se le ha denominado versión monárquica del acontecimiento, y al segundo, versión antimonárquica; esta última sería posterior. En realidad ambas tradiciones son antiguas y solamente representan tendencias diferentes; además, la segunda corriente no es tan antimonárquica como se afirma, sino que solamente se opone a una realeza que no respetaría los derechos de Dios. Las guerras de Saúl contra los filisteos son narradas en 13-14, con una primera versión del rechazo de Saúl, 1Sa_13:7 a; una segunda versión de este rechazo se da en 15, en conexión con una guerra contra los amalecitas. Este rechazo prepara la unción de David por Samuel, 1Sa_16:1-13 . Sobre los comienzos de David y sus desavenencias con Saúl, se han recogido tradiciones paralelas y, al parecer, de igual antigüedad en 1Sa 16:14 - 2 S 1, donde los duplicados son frecuentes. El final de esta historia se encuentra en 2 S 2-5: el reinado de David en Hebrón, la guerra filistea y la toma de Jerusalén aseguran la confirmación de David como rey sobre todo Israel, 2Sa_5:12 . El cap. 6 prosigue la historia del arca; la profecía de Natán, 7, es antigua, pero ha sido retocada; el cap. 8 es un resumen redaccional. En 2 S 9 se inicia una larga narración que no concluirá hasta el comienzo de Reyes, 1R 1-2. Es la historia de la familia de David y de las luchas en torno a la sucesión al trono, escrita por un testigo ocular, en la primera mitad del reinado de Salomón. Queda interrumpida por 2 S 21-24, que agrupa trozos de origen diverso sobre el reinado de David.

Es posible que desde los primeros siglos de la monarquía hayan tomado cuerpo, además de la gran historia de 2 S 9-20, otras agrupaciones literarias: un primer ciclo de Samuel, dos historias de Saúl y David. Es posible, asimismo, que estos conjuntos hayan sido combinados en torno al año 700, pero los libros no recibieron su forma definitiva hasta que fueron incorporados a la gran historia deuteronomista. Sin embargo, la influencia del Deuteronomio resulta aquí menos visible que en Jueces y Reyes. Se la descubre particularmente en los primeros capítulos de la obra, especialmente en 1Sa_2:22-36 ; 7 y 12, quizá en una modificación de la profecía de Natán, 2 S 7; pero el relato de 2 S 9-20 se ha conservado casi sin retoque.

Los libros de Samuel abarcan el período que va de los orígenes de la monarquía israelita al final del reinado de David. La expansión de los filisteos (la batalla de Afec, 1 S 4, se sitúa hacia el 1050) ponía en peligro la existencia misma de Israel e impuso la monarquía. Saúl, hacia el 1030, es, en un principio, como un continuador de los Jueces, pero su reconocimiento por todas las tribus le confiere una autoridad universal y permanente: ha nacido la realeza. Comienza la guerra de liberación y los filisteos son arrojados hasta su territorio, 1 S 14; los encuentros ulteriores tienen lugar en los confines del territorio israelita, 1 S 17 (valle del Terebinto), 28 y 31 (Gelboé). Este último combate acaba en desastre y en él muere Saúl, hacia el 1010. La unidad nacional se ve de nuevo comprometida, David es consagrado rey en Hebrón por los de Judá, y las tribus del Norte le oponen a Isbaal, descendiente de Saúl, refugiado en Transjordania. Sin embargo, el asesinato de Isbaal hace posible la unión, y David es reconocido rey por Israel.

El segundo libro de Samuel no da más que un resumen de los resultados políticos del reinado de David: fueron, sin embargo, considerables. Los filisteos fueron definitivamente rechazados, la unificación del territorio concluye con la absorción de los enclaves cananeos, y en primer lugar Jerusalén, que se convirtió en la capital política y religiosa del reino. Fue sometida Transjordania, y David extendió su dominio sobre los arameos de Siria meridional. Con todo, cuando murió David, hacia el 970, la unidad nacional no estaba verdaderamente consolidada; David era rey de Israel y de Judá y estas dos fracciones se oponían a menudo: la rebelión de Absalón fue sostenida por las gentes del Norte, el benjaminita Seba quiso sublevar al pueblo al grito de «A tus tiendas, Israel». Se presiente ya el cisma.

Estos libros traen un mensaje religioso; exponen las condiciones y las dificultades de un reino de Dios sobre la tierra. El ideal sólo se ha conseguido bajo David; este logro ha sido precedido por el fracaso de Saúl y será seguido por todas las infidelidades de la monarquía, que atraerán la condenación de Dios y provocarán la ruina de la nación. A partir de la profecía de Natán, la esperanza mesiánica se ha alimentado de las promesas hechas a la casa de David. El NT se refiere a ellas tres veces, Hch_2:30 , 2Co_6:18 , Heb_1:5 . Jesús es descendiente de David, y el nombre de hijo de David que le da el pueblo es el reconocimiento de sus títulos mesiánicos. Los Padres han establecido un paralelo entre la vida de David y la de Jesús, el Cristo, el Ungido, elegido para salvación de todos, rey del pueblo espiritual de Dios y, sin embargo, perseguido por los suyos.

Fuente: Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros

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Notas

I Samuel 1,1
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Sir_46:13-20

[2] 1Cr_6:19-23 [1Cr_6:34-38]

NOTAS

1 Los caps. 1-3 son una composición literaria unificada. Se puede descubrir en ella una tradición silonita que gira en torno a tres elementos: 1º nacimiento de Samuel y su entrada en el santuario de Siló; 2º los hijos de Elí; 3º la revelación de Yahvé a Samuel. Sólo el primero y el tercero se refieren a la persona de Samuel. El segundo se ocupa principalmente del pecado de los hijos de Elí, que contrasta con la fidelidad de Samuel y reclama el castigo divino.

1:1 Esta ciudad, llamada más adelante Ramá (1Sa_1:19; 1Sa_2:11), estaba habitada por un grupo que se consideraba descendiente de un antepasado común: Suf. No debemos confundirla con Ramá de Benjamín (Jos_18:25; 1Re_15:17, 1Re_15:21-22).


I Samuel 1,2
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Éxo_23:14+; Lev_23:39

I Samuel 1,3
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Jue_21:19

NOTAS

1:3 (a) No es segura la interpretación de la expresión «Yahvé de los ejércitos» (ya se trate de los ejércitos de Israel, o de los ejércitos celestes, ángeles, astros o todas las fuerzas cósmicas). El título aparece aquí por primera vez y está relacionado con el culto del santuario de Siló; la expresión «Yahvé Sebaot que está sobre los querubines» aparecerá por primera vez en 1Sa_4:4 a propósito del arca traída de Siló. Este título quedó unido al ritual del arca y con ella entró en Jerusalén, 2Sa_6:2, 2Sa_6:18; 2Sa_7:8, 2Sa_7:27. Volvieron a utilizarlo los profetas mayores (excepto Ezequiel), los profetas postexílicos (sobre todo Zacarías) y los Salmos.

1:3 (b) Actual Seilún, a unos 20 km al sur de Nablus. El arca quedó instalada allí en tiempo de los Jueces, quizá ya con Josué, ver Jos_18:1+, en un santuario destruido por los filisteos tras la derrota narrada en 1 S 4 (ver Jer_7:12; Jer_26:6, Jer_26:9; Sal_78:60). La peregrinación anual mencionada aquí es la de la Fiesta de las Tiendas.

I Samuel 1,4
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Deu_12:18

I Samuel 1,6
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Gén_16:4-5

I Samuel 1,7
NOTAS

1:7 El santuario de Siló es concebido como un edificio construido según el modelo del templo de Jerusalén, ver 1Sa_1:9; 1Sa_3:3.

I Samuel 1,8
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Rut_4:15

I Samuel 1,11
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Luc_1:48

[2] Núm_6:1+; Jue_13:5; Jue_16:17

NOTAS

1:11 Samuel será el hijo concedido por Dios a una madre estéril, como en los casos de Isaac, Sansón, Juan Bautista. El niño que va a nacer es consagrado por su madre a Yahvé para servir en su santuario. Los cabellos largos serán la señal de esta consagración, como en el caso de Sansón. Pero de Samuel no se dice expresamente que sea nazireo, ver Nm 6+, como se dice de Sansón, Jue_13:5.

I Samuel 1,13
NOTAS

1:13 Se solía rezar en voz alta. A veces las fiestas daban lugar a excesos en la bebida, Isa_22:13; Amó_2:8. De ahí el juicio despectivo de Elí.

I Samuel 1,15
NOTAS

1:15 Lit. «dura (o terca) de espíritu». La expresión puede significar obstinación, pero también aflicción.

I Samuel 1,20
NOTAS

1:20 Esta explicación por la raíz hebrea sa'al, «pedir», debería dar el nombre de Sa'ûl, Saúl. La etimología bíblica se contenta en este caso con una vaga asonancia.«Samuel» se explica mejor por el compuesto Sem-'El, «el Nombre de Dios» o «el Nombre (de Dios) es El».

I Samuel 1,22
NOTAS

1:22 Generalmente se tardaba bastante en destetar a los niños, a veces hasta tres años.

I Samuel 1,23
NOTAS

1:23 Las versiones y 4Q dicen «tu palabra», pero el deseo de Elcaná no hace sino prolongar el de Elí (1Sa_1:17).

I Samuel 1,24
NOTAS

1:24 «un novillo de tres años» griego, sir.; «tres novillos» hebr.; pero ver 1Sa_1:25.

I Samuel 1,28
NOTAS

1:28 El verbo está en masc. sing. sin sujeto explícito. Éste puede ser Elí, a quien Ana acaba de dirigirse (1Sa_1:26-28 a), o Samuel.